Daguerre

En aquellos días lamentables surgió una industria nueva que contribuye no poco a confirmar a la idiotez en su convicción [...] de que el arte no es ni puede ser otra cosa que la reproducción mera y exacta de lo que es la naturaleza. [...] Algún dios vengativo escuchó las plegarias que le elevaba una multitud. Daguerre fue sin duda su mesías.

Pequeña historia de la fotografía

Charles Baudelaire, Salon de 1859, en Oeuvres complètes, París, 1961. Cit. en Obras II, 1, p. 402

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