economía

Nos hemos vuelto pobres. Hemos ido perdiendo uno tras otro pedazos de la herencia de la humanidad; a menudo hemos tenido que empeñarlos a cambio de la calderilla de lo ‘actual’ por la centésima parte de su valor. Nos espera a la puerta la crisis económica, y tras ella una sombra, la próxima guerra.

Experiencia y pobreza

Obras II, 1, p. 221-222

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Proust describe una clase que, en todas sus partes, se encuentra obligada a camuflar lo que es su base material, por lo que ha conformado un feudalismo que, carente en sí mismo de significado económico, le sirve como máscara a la gran burguesía.

Hacia la imagen de Proust

Obras II, 1, p. 326

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El aparato periodístico requiere, al igual que una fábrica, trabajo y mercados. En determinados momentos del día –dos o tres veces en el caso de los grandes periódicos– es imprescindible proporcionar una determinada cantidad de trabajo a las máquinas. Y no con un material cualquiera: todo aquello que haya sucedido entre tanto en algún ámbito de la vida, de la política, de la economía, del arte..., tiene que haber sido periodísticamente elaborado.

Karl Kraus

Peter Suhrkamp, «Der Journalist» –frase puesta en boca de Karl Kraus–. Cit. en W. Benjamin, Obras II, 1, p. 343-344

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No hay experiencia más firmemente desmentida de lo que han sido las experiencias estratégicas mediante la guerra de trincheras, las experiencias económicas mediante la inflación, las experiencias corporales mediante la batalla de las máquinas, las experiencias morales mediante los que ejercen el poder.

El narrador

Obras II, 2, p. 42

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Pues ahora y aquí no hay esperanza mientras cada destino aterrador, cada destino oscuro, sea discutido en sus detalles una hora tras otra por la prensa, analizado en sus causas más ficticias y en sus más ficticias consecuencias, lo cual no nos ayuda a conocer esas oscuras fuerzas a que nuestra vida está sujeta.

Calle de dirección única

Obras IV, 1, p. 37.

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La existencia burguesa constituye estrictamente el régimen de los asuntos privados. Cuanto más importante resulte un tipo de comportamiento, más quedará eximido de control. El credo político, la situación económica, o la religión que se practique… todo esto trata de esconderse, siendo al mismo tiempo la familia el edificio tétrico y podrido en cuyos rincones se establecen los instintos más sórdidos.

Calle de dirección única

Obras IV, 1, p. 84.

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No hay guerras abstractas, sino guerras concretas que siempre son fenómenos de la vida económica del hombre.

Una vez al fin, muchos soldados

Obras, IV, I, p. 416.

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La política financiera del imperio se ha visto constantemente dominada por dos preocupaciones esenciales: el proveer a la insuficiencia de los ingresos de origen natural y multiplicar las grandes obras en el terreno de la construcción, que impulsan la circulación del capital, dando ocupación a muchos brazos.

Obra de los pasajes

André Cochut. Opérations et tendances financières du second empire, París, 1868, p. 13. Cit. en Obra de los pasajes, E 6, 2

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El flâneur viene a ser el inspector del mercado. Su saber se aproxima en gran medida a la ciencia oculta de la coyuntura. Es el cliente de los capitalistas, enviado al reino de los consumidores.

Obra de los pasajes

Obra de los pasajes, M 5, 6

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Lo que hay que mostrar no es el origen económico de la cultura, sino el efecto de la economía en la cultura.

Obra de los pasajes

Obra de los pasajes, N 1 a, 6

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En la misma medida en que se desarrolla la producción mecánica es despersonalizada la propiedad, revistiéndose ahora con las ropas de la forma colectiva impersonal que constituye la sociedad anónima, cuyas acciones se ven arrebatadas por el torbellino de la Bolsa [...]. Ahí unos ganan lo que pierden otros, y ello de un modo que se parece tanto al juego, que el negocio bursátil es, de hecho, calificado de ‘jugar en bolsa’. El desarrollo económico moderno, tomado enteramente en su conjunto, muestra la tendencia irrefrenable a transformar así crecientemente la entera sociedad capitalista en un casino internacional de desmesuradas proporciones, en el cual los burgueses van ganando y perdiendo capital a consecuencia de acontecimientos misteriosos incluso para ellos [...]. Al igual que en el seno de un garito, sobre lo que es la sociedad burguesa viene a reinar así lo ‘impenetrable’ [...]. Éxitos y fracasos por causas totalmente inesperadas, que son en general desconocidas, debidas al azar en apariencia, van predisponiendo así al burgués a asumir los rasgos constitutivos de los jugadores [...]. Lo impenetrable de la sociedad envuelve hoy al burgués como al salvaje lo impenetrable de la naturaleza.

Obra de los pasajes

Paul Lafargue. «Die Ursachen des Gottesglaubens», Die neue Zeit, XXIV, 1, Stuttgart, 1906, p. 512. Cit. en Obra de los Pasajes, O 4, 1

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