hombres que marchan

Georges Perec escribe Un hombre que duerme en 1967. Uno de los autores más destacados de la literatura francesa del siglo XX, toda su obra aloja una autobiografía encriptada. Su circunstancia judía determina una infancia trágica: queda huérfano a los seis años y su supervivencia depende del estricto olvido de la identidad. Su escritura se ve aquejada de esta necesidad de rescatar el recuerdo y, en ese afán por perpetuar lo efímero, Perec fotografía y retiene, incluso desarrolla una sociología de lo cotidiano para paralizar la máquina destructora que es el tiempo.

Alberto Ruiz de Samaniego, Director de la Fundación Luis Seoane y especialista en la obra de Perec, comisarió hace unos meses en el Círculo de Bellas Artes la exposición Pere(t)c. Tentativa de inventario (02.02.12 > 29.04.12), un intento por mostrar el abrazo del autor galo a otros soportes icónicos como el cine, la fotografía, la pintura o el arte conceptual. Asimismo, coincidiendo con la Lectura Continuada del Quijote, pronunció la conferencia Hombres que marchan. En torno a un hombre que duerme, en la que afrontó la segunda novela del escritor.

En el siguiente vídeo podéis la entrevista que le realizamos aprovechando su paso por el CBA. En ella, Ruiz de Samaniego nos habló del personaje del libro de Perec: un estudiante que un día decide no levantarse de la cama, adoptando un estado de duermevela, un proceso “larval” que se ve justificado por su intento de “alcanzar una soberanía sobre el tiempo”. Perec narra en este título -que fue adaptado al cine años después por Bernard Queysanne-, la vida de un ser marginado, y nos desvela “la generación de los intelectuales que viven la colonización de la vida por el consumo”.

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