LSD y psiquedelia en España

La exposición Psicodelia en la cultura visual de la era beat 1962-1972, que estará en la sala Picasso hasta el 20 de enero de 2019, viene secundada de un buen número de conferencias y actividades relacionadas en la nueva temporada de Los Lunes, Al Círculo. En algunas de estas citas, —aún quedan las de Pau Riba el 19N y la sesión dj en la misma sala de la exposición el 3D— hemos visto a expertos en la materia como Diego A. Manrique, Kiko Amat, o Juan Carlos Usó, donde cada uno de ellos ha ofrecido una arista distinta en este caleidoscopio psicotrópico.

Portada del disco publicado por el escritor y psicólogo Timothy Leary en favor de la LSD tras su ilegalización ese mismo año de 1966. Exposición “Psicodelia en la cultura visual de la era beat 1962-1972” (hasta el 20 de enero de 2019 en el CBA).

 

Si partimos del significado que da la RAE a la psicodelia, leemos:

Tendencia surgida en la década de 1960, caracterizada por la excitación extrema de los sentidos, estimulados por drogas alucinógenas, música estridente, luces de colores cambiantes, etc.

Juan Carlos Usó habla de psiquedelia en Los Lunes, Al Círculo —no de psicodelia— como «lo que manifiesta la mente, el espíritu, el alma» y que procede de un neologismo anglosajón introducido por el filósofo Aldous Huxley y el psiquiatra Humphry Osmond tras diversas experiencias con la mescalina en los años 50. Así pues, este sociólogo, nos metió de lleno en la parte más lisérgica del asunto, dejando de lado el apartado musical y colorido que nos destaca la RAE en esta definición un tanto superflua de la cosa.

La difusión de la psiquedelia tuvo un detonante, que fue el famoso y pionero «viaje» en bicicleta del químico Albert Hofmann tras ingerir una pequeña cantidad de un nuevo compuesto llamado LSD-25 que provocaría, como afirma el sociólogo e historiador, Juan Carlos Usó, «la mayor revolución en el acerbo cultural y espiritual del mundo en los últimos cincuenta o sesenta años». En España, el interés por la psiquedelia venía del primer tercio de siglo, donde se pueden encontrar diversos reportajes en prensa sobre el uso de ayahuasca o peyote, pero fue 1955 un año clave. El doctor en Psiquiatría, Ramón Sarró i Burbano, acompañado de otros psiquiatras acudieron a un congreso en Estados Unidos donde comparten mesa con el mismo Aldous Huxley, quien les surte de LSD y les habla de él. «Sabemos que en 1956 se llevaron a cabo más de 40 observaciones clínicas con pacientes, más autoensayos de los doctores», asegura Usó, quien apunta que en los tres años posteriores se realizaron pruebas en todas las clínicas psiquiátricas de España.

Así pues, los primeros en probar el LSD fueron los propios psiquiatras y sus alumnos; lo mismo que en Estados Unidos. Sin embargo, la cobertura mediática fue más amplia y más que disuadir, incitó al consumo, como apunta Usó. A finales de los 50, coincidiendo con los estudios de los psiquiatras españoles surgieron artículos en diversas publicaciones que reflejaban algunos resultados de dichos estudios, aún sin ser publicaciones especializadas, e incluso reproducían artículos de fuera de España. En este sentido, Usó destaca el primero que encontró, escrito por el periodista Aldo Ray en Los Sitios, un diario gerundense de origen falangista, correspondiente al miércoles 13 de marzo de 1957. Ahí se reproduce un viaje experimentado con LSD por un humanista británico y registrado por una doctora. A Ray le maravilló la posibilidad de «entrar a conveniencia en el mundo del espacio, del tiempo, del sonido y del color». Usó, continúa contando que, lejos del tremendismo que caracterizaría las informaciones sobre el ácido pocos años después, Ray no dudaba en asegurar que «esto parece una fantástica aventura y, sin embargo, responde a la realidad». ¿Seguro que solo a los psiquiatras les resultarían atractivas estas consideraciones del periodista? Sin poder probar la incidencia directa, Usó sitúa a la Cofradía de Bevedors de Vi de Girona como la primera sociedad que incorporó el ácido a sus citas gastronómico-literarias.

En los 60 encontramos en distintas publicaciones que, intentando mostrar la parte nociva del consumo de estupefacientes, lo que sí reflejaban era desconocimiento. Hablaban de oídas o reproducían artículos en los que, por ejemplo, Cary Grant o Paul McCartney te contaban las veleidades del LSD o los maravillosos viajes que habían tenido. La dietilamida de ácido lisérgico (LSD) ya no estaba en centros de investigación psiquiátrica, sino en las calles; lo consumían los músicos, los actores, la jetset internacional y eso molaba. Uno de sus principales y más controvertidos difusores fue Timothy Leary, que incluso publicó en 1966 un disco a modo de manifiesto para defender la legalización del L.S.D. —ese mismo año fue ilegalizado en EE.UU.—. La curiosidad se desató. Y ahí aparecen publicaciones muy llamativas por doquier. Usó, tiene un verdadero arsenal de referencias. Por mi parte, destaco alguna más también encontrada en la hemeroteca de ABC en la página 33 del viernes 27 de agosto de 1965.

Debía ser interesante poder leer los pensamientos de los chavales y chavalas de 18 años leyendo este breve. O a lo mejor es que yo tengo la mente muy sucia…

Ejemplar de la revista contracultural Berkeley Barb que puedes ver en la exposición “Psicodelia en la cultura visual de la era beat 1962-1972”, en el CBA hasta el 20.01.2019.

Las noticias que se pueden ver de la época, son tan inocentes en algunos casos que causan hasta ternura. Un ejemplo, el affaire bananadina, un bulo que generó la revista contracultural y satírica Berkeley Barb en marzo de 1967, en el que aseguraba en un artículo que fumar hebras de banana producía efectos psicotrópicos por la bananadina que tenía. Hubo tal revuelo que en EE.UU. se investigó el tema por si prohibían la venta de plátanos en los mercados. En España, las noticias llegaban a través del teléfono escacharrado, pero también podías encontrar publicaciones en forma de crónica de reporteros que lo «habían vivido»… En ABC el 1 de abril del mismo año 1967 aparecía una crónica para enmarcar que comenzaba así: «Ríanse ustedes de la marihuana, el opio, la heroína, la cocaína o el LSD: con una piel de plátano debidamente tratada, resecada y fumada, en papel o en pipa, se puede penetrar en los dulces firmamentos del nirvana por el camino de los narcóticos. Es barata, fácil y legal. No tiene pero.»

Pero si lo tuvo, la mofa llegó también al cine español, más en concreto a la comedia La dinamita está servida (1968). Aquí tenéis una maravillosa escena con Alfredo Landa y Tony Leblanc para echarse unas risas.

Sin embargo, el 31 de julio de 1967 el Ministerio de la Gobernación, vía B.O.E., dio la orden de someter a «régimen de control de estupefacientes los productos alucinógenos en general y con carácter especial los denominados L.S.D.-25, mescalina y psilocibina». A partir de aquí, los medios de comunicación o el cine, como nos cuenta Usó, denostaron los efectos psiquedélicos de la LSD, que no su consumo, ya que las incautaciones de la policía se multiplicaron exponencialmente hasta finales de los 70. Usó destaca cómo en los años de apertura y caída de la dictadura franquista, la psiquedelia quedó enterrada ante la irrupción de la heroína y la cocaína en los 80.

Patricia Godes, con mucha sorna, en el catálogo de la exposición Psicodelia en la cultura visual de la era beat 1962-1972 recurre al I remember… para enumerar una serie de hitos y sucesos que vinieron a banalizar el movimiento hippie y la psiquedelia en España. Desde las nietas de Franco en una verbena hippie, hasta el pánico con los chicles Cosmos de regaliz, pasando por la moda zíngara o el cuello Mao… «Puede resultar muy eficaz dado el tratamiento sensacionalista que recibió dicho fenómeno en la prensa y la catarata de mitos acumulados en torno a la historia de nuestra cultura pop y sus subculturas y contraculturas afines». De hecho, puntualiza las causas por las que la psiquedelia no se consolidó con la caída del régimen: «En 1967, la psiquedelia era la puerta que abrieron nuestros hermanos mayores, idealista y esperanzadora. En 1977, cuando nos tocó el turno, inventamos el nihilismo suicida del punk. No future. Seguramente el fracaso, la asimilación y la degradación del movimiento hippie tuvieron algo que ver en ello.»

Hoy en día parece que se vuelve a hablar de la LSD desde el punto de vista científico, terapéutico y también lúdico, y si no, aquí tienes Viaje al LSD, pieza que TVE ofreció en La Noche Temática en 2013 en la que se hace un recorrido de parte de lo hablado y se incluyen algunas de las últimas investigaciones respecto a esto.

FUENTES

  1. Artículos de Juan Carlos Usó en la revista UlisesFuera de control. LSD y prensa de masas en España (I): 1956-1967 Ulises nº 11 (2009) y Fuera de control. LSD y prensa de masas en España (II): Desde 1968 hasta la actualidad, Ulises nº12 (2010).
  2. Conferencia de Los Lunes, Al Círculo con Juan Carlos Usó en torno a la psiquedelia en relación a la exposición Psicodelia en la cultura visual de la era beat 1962-1972.
  3. Catálogo de la exposición Psicodelia en la cultura visual de la era beat 1962-1972.
  4. Hemeroteca del ABC.

se nos fue un poeta: carlos oroza

Carlos Oroza falleció en Vigo este fin de semana a los 92 años. Icono de la poesía recitada y underground en España, a lo largo de su vida destacó por ser uno de los fundadores de la revista contracultural Tropos y por sus numerosos recitales, no exentos de disidencia.

Este “poeta maldito”, como lo definió Umbral, vivió en Madrid, Ibiza o Nueva York, pero la mayoría de su vida la pasó en Vigo, lugar donde ha fallecido. Inconformista, su poesía destacó por el verso libre y la oralidad, “la puntuación destruye la música de la palabra”–decía–; y los mensajes incitando a la rebeldía: “lo que ayer eran grandes verdades, hoy están puestas en duda”.

En 2014, Carlos fue distinguido por el CBA con la Medalla de Oro por su labor poética a lo largo de tantos años. Pese a destacar por la poesía oral, algunos de sus poemas se han registrado en diversas publicaciones. Destacamos Évame, de la Editorial Elvira, publicado en 2015.

En el número 24 de la revista Minerva del CBA publicamos el diálogo posterior a la entrega de la medalla junto a Antón Patiño. Marcada de momentos inolvidables, destacamos una pequeña píldora:

Antón Patiño: ¿Cuándo notaste que la poesía era tu forma de expresión?

Carlos Oroza: Yo nací con esa fatalidad. Un día se me posó un pájaro en el hombro y no dejó de cantarme. Entonces me instalé en mi otredad y compuse oralmente en la cama y en la calle al ritmo de mis pasos.

Entre sus poemas más reconocidos están: “Se prohíbe el paso”, “Dejad que el trigo crezca en las fronteras” o “Un sentimiento ingrávido recorre el ambiente”.

Radio Círculo tuvo la oportunidad de entrevistarlo. Puedes escucharlo AQUÍ.