Nathaly Ossa: «La música es revolución, una orquesta es un acto político»

Nathaly Ossa con la conferencia de Los lunes, al Círculo ¿Sólo música? Recorrido por los programas de transformación social a través de la música que están cambiando el mundo vino al Círculo de Bellas Artes a poner en valor los proyectos musicales que han sido capaces de cambiar y transformar la sociedad y a reivindicar su carácter político y revolucionario. La charla se vincula al concierto solidario que el Cuarteto Quiroga realiza en favor de Música ANPIL, una asociación que trabaja desde estas premisas con los niños y niñas de Haití.

Nathaly Ossa en un momento de la charla en Los lunes, al Círculo. Autor: Miguel Balbuena (CBA)

En incontables ocasiones la música ha servido para hablar a través de sus letras de compromiso social, feminismo, libertad, lucha, solidaridad… Sin embargo, Nathaly en esta conferencia fue un paso más allá al transmitir lo que la educación musical en sí tiene de revolucionario: como contrapeso a la destrucción, ofrece creación; contra la miseria, belleza; contra la guerra, arte. Sería algo así como destacar, no tanto el resultado o producto final, sino el proceso de cambio y transformación en el que está inmersa activamente la propia comunidad —no como mera receptora pasiva—, lo que le da aún mucho más valor.

Se suele decir que la cultura no es tan prioritaria en una sociedad en estado de shock, ya sea porque ha pasado un período de guerra, crisis, violencia, represión, dictadura o incluso después de una catástrofe natural; que lo primero es el hambre, la estabilidad económica, la sanidad…, pero Nathaly nos muestra a través de auténticos héroes como el maestro Abreu en Venezuela, Ron Davis en Suecia, Ahmad Sarmast en Afganistan, Jorge Peña en Chile o Juan Guillermo Ocampo en Colombia, que la música puede ser motor de cambio para una comunidad.

Si algo tienen en común todos ellos es que están locos porque si en Medellín en el 97 o el 98 nos dicen que frente al hambre, la muerte y la destrucción la solución es la música, es absurdo. No tiene lógica, pero a partir de las escuelas de música se crearon escuelas de teatro y danza, bibliotecas, sistemas de transportes en los barrios… la revolución en Medellín fue increíble.

Nathaly Ossa en Los lunes, al Círculo

Nathaly Ossa vivió en sus propias carnes la salvaje violencia narcoterrorista del cartel de Medellín y por eso destaca la importancia de la creación de la Red de Escuelas de Música de la ciudad en 1996 promovida por Juan Guillermo Ocampo. Un programa que más allá de la educación musical buscaba una formación personal de la juventud y que acabó por ser uno de los proyectos públicos bandera del municipio.

Fue muy duro para nosotros ver que por series y películas parecía como que lo que pasó fue algo bueno, cuando fue destructivo y horroroso. El cartel aquel de ¡Oh, blanca Navidad! en Sol, que tanta gracia hizo a algunas personas, para nosotros fue algo muy doloroso porque la lucha ha sido enorme. Más allá del emprendimiento y la innovación, el símbolo de Medellín son las políticas públicas que se han constituido en planes de desarrollo mantenidos en el tiempo y que han puesto por delante de todo la educación y la cultura, y sobre todo la música

Nathaly Ossa en Los lunes, al Círculo

Aún recuerdo aquel cartel y cómo se hablaba en torno a la apología de las drogas y a la libertad de expresión o a los límites del humor —discusiones eurocentristas—, pero es cierto que apenas se comentó el hecho de que esto fue algo muy traumático para un país como Colombia. Quizás nos falta demasiada empatía y cultura para reconocer estas cosas. Pero los datos igual sí que nos pueden dar una perspectiva del guantazo histórico que nos merecemos. Entre 1989 y 1993, en pleno auge del Cartel de Medellín, murieron alrededor de 5.500 personas en más de 620 atentados; entre ellos había población civil, con más de 400 muertos y más de 1.700 heridos. Estamos hablando de que en esos cuatro años, las víctimas durante el terror de Pablo Escobar multiplican por siete a los asesinados por ETA en los 35 años que van desde la muerte de Franco en 1975 hasta el último asesinato en 2010. ¿Alguien se puede imaginar la que se montaría si una publicidad de una serie sobre ETA hiciera alguna alusión jocosa del estilo de la de Narcos?

Volviendo a la intervención de Nathaly, hizo mención al narcoturismo surgido a partir de la serie, que llevaban a muchos a seguir los pasos de los narcos y a fotografiarse frente al edificio Mónaco, que simbolizaba el poder de Pablo Escobar. Indignada, recurrió al sarcasmo para explicar que «esto fue lo que el pueblo en votación pública decidió hacer con respecto a este edificio…»

Se implosionó. Sí. Vengan a tomarse al foto con los tres árboles que quedaron aquí. Después, hubo un concierto de la Filarmónica de Medellín, todos con máscaras contra el polvo. El 80% eran niños en el 96 cuando empezó la Red de Escuelas de Música de Medellín. Es una ciudad que dice no a esto y sí al arte, la cultura, la música, la educación.

Nathaly Ossa en Los lunes, al Círculo

Muchos años después, la ciudad de Medellín votó y se puso de acuerdo para borrar el mayor símbolo del terror narco que aún quedaba en pie. Y de nuevo surgen paralelismos, aunque evidentemente habría que establecer muchas diferencias, pero a mí me vienen a la cabeza algunos monumentos sobre los que aún hoy se duda que destino darles, como la Cruz del Valle de los Caídos. Algunos quieren dejarlo como está, otros derribarlo y otros darle un sentido, como cuando Winfried Nerdinger decía en la revista Minerva que «los monumentos que son representativos de la historia deben conservarse como lugar para producir diálogo. Resulta perturbador, pero se puede aprender de ellos.»

La conferencia está plagada de héroes anónimos a los que hemos mencionado anteriormente. José Antonio Abreu crea en 1975 el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela —conocido popularmente como El Sistema—, que ofrece educación musical pública y gratuita y que se ha mantenido incluso en la Venezuela de hoy, inmersa en una crisis ideológica, económica y política. «Abreu hizo que la música se expandiera y que pasara a ser de mayorías para mayorías», explicó Nathaly, quien recordó los sueños ilimitados de los niños que generó Abreu, quien solía decir: «A través de la lucha llegan los sueños posibles, y gracias a ellos se forman repertorios, orquestas y giras imposibles».

Ron Davis Álvarez es uno de los chicos que surgieron de El Sistema para convertirse en grandes músicos comprometidos. Después de conformar la primera orquesta en Groenlandia de niños inuits en 2011, emigra definitivamente por la crisis y en 2016, en Gotemburgo, funda la Dream Orchestra conformada por niños y jóvenes, entre 8 y 19 años, refugiados de la guerra y la violencia de Siria, Afganistán, Irak, Irán, Palestina, Kurdistán, Albania, Eritrea, Angola y Somalia, con el objetivo de integrarlos a la sociedad sueca. Son más de 60 integrantes que nunca antes habían tocado un instrumento. «Los refugiados -puntualiza Nathaly- suelen ser vistos como gente rara, de otra cultura, extraños… si los ves tocando en una orquesta todo cambia.» La música como lenguaje universal.

Ya le gustaría a Superman haber salvado tantas vidas como a Ahmad Sarmast y en un clima en el que no te enfrentas a un villano, sino a las tradiciones y las costumbres más horribles incrustadas en sociedades enteras. El fundador del Instituto Nacional de Música de Afganistán en 2010, había emigrado con la llegada de los talibanes al poder. Cuando su poder cayó, regresó a un país devastado para volcar sus esfuerzos en los niños de la calle y las niñas en general y revitalizar la música que había estado prohibida. «La música transforma dramáticamente la vida de los niños» dice, y con esa premisa ha trabajado siempre. Incluso después de que atentaran contra él, en un ataque en el que murieron dos personas y en el que perdió parte de la audición en sus dos oídos y que le dejó secuelas psicológicas. Fue operado en Australia, donde le salvaron la vida y después de aquello, ¿qué hizo? Regresar a Afganistán y formar a las primeras mujeres directoras de una orquesta conformada a su vez solo por mujeres, la Orquesta de Zohra. «Hoy son un símbolo de lo que Afganistán ya no quiere perder», asegura Nathaly. La resistencia y la perseverancia acabaron con una pequeña transformación.

Por último, antes de mencionar a Vivaldi, como uno de los primeros músicos en volcarse con los más desfavorecidos, recordó a Jorge Peña que, inspirándose en los proyectos de la educación pública de EEUU funda en 1964 la Orquesta Infantil de La Serena en Chile. Con la llegada de la dictadura de Pinochet, Peña fue torturado y fusilado en 1973. Había sido apresado bajo la burda acusación de introducir armamento en estuches de instrumentos para niños. La actual Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile, conocida como la FOJI, creada en 2001, se inspiró en su trabajo. De nuevo la belleza triunfa sobre la barbarie.

Este viaje nos muestra que la música nos da una capacidad de lucha, que es un elogio a la dificultad, que nos da la capacidad de soñar y de saber que no hay nada imposible; es una excusa de resistencia ante la opresión y el fundamentalismo, es revolución porque una orquesta es un acto político y al mismo tiempo es transformación por el derecho infinito que tenemos las personas, los países, para reinventarnos para volver a comenzar una y otra vez.

Nathaly Ossa en Los lunes, al Círculo

Próximas citas de Los lunes, al Círculo.

Ángel Gabilondo, la palabra y el decir poético en María Zambrano

Si bien hace algunas semanas pudimos escuchar en los #LunesAlCírculo a Nuria Sánchez Madrid hablar sobre lo político en Zambrano, ahora nos tocaba conocer más sobre lo poético. Algo de lo que se encargó el maestro de filosofía y político Ángel Gabilondo, que pronunció Conciertos y desconciertos del decir poético en relación a la exposición María Zambrano y el método de los claros: Cuaderno de notas para un ensayo en imágenes. Ya son unas cuantas conferencias a las que asistimos dentro de Los lunes, al Círculo y, sin lugar a dudas, esta fue, para el que suscribe, una de las mejores que hemos vivido, no solo por la profundidad de la misma, por su contenido, sino por la intensidad formal, un monólogo que no perdió pasión en un solo momento, con múltiples citas de Ullán, Rilke, Margarit, Valéry o Valente, entre otros muchos, y que, de alguna manera, se convirtió en un bello y rítmico poema en sí mismo, en una reivindicación de la poesía y sus fuentes, del pensamiento y, sobre todo, de la palabra, que durante una hora y pico nos abrazó sentidamente a María Zambrano. Si Gabilondo señaló al Círculo como «templo de la palabra», bien podríamos decir que él es un gran maestre de la misma.

Valerio Rocco Lozano, director del CBA, y Ángel Gabilondo.

«Os puedo asegurar –comentaba Valerio Rocco, director del Círculo, al final de la conferencia– que esta peana temblaba mientras hablaba Ángel porque la energía que imprime en su discurso le mueve desde la cabeza hasta los pies. Y esto era una vibración de auténtico pensamiento, pero en un sentido que habría que analizar musicalmente… movía las piernas como un bailarín». Es alucinante que un profesor con tantos años de experiencia, con mil y una conferencias a sus espaldas, con otras muchas intervenciones en la Asamblea de Madrid, en debates televisados, etc., asegure que mueve las piernas, como si de un batería dándole al bombo se tratara, «por los nervios de hablar en público». Creo que más allá de lo nervioso que pueda ser, es por el profundo respecto que este maestro tiene a las palabras que pronuncia, a la devoción hacia el sentido pleno con que quiere dotar a las mismas, algo de lo que versó la conferencia y que guarda cierta relación con una charla que el filósofo Emilio Lledó mantenía hace algunos meses con los alumnos de la Escuela SUR y en la que defendía con fervor el diálogo.

Tenemos lenguaje, lógos, porque necesitamos comunicarnos. Esa es la esencia, eso crea sociedad, crea pólis. El lógos tiene que ser siempre dia-lógos, o sea un lógos que circula, que transita, que vive, que late, que expresa sentimientos, no solo racionalidades, que no solo señala el mundo, sino también la interioridad de lo que somos. Por eso es tan importante la educación, porque nos enseña a pensar las palabras.

Gabilondo profundizaba en esta idea rescatando unas palabras de la propia Zambrano: «Si me dí a hablar es porque me encontré en ello, tenía que hacerlo… es como si ni siquiera lo hubiera decidido como si hablar ocurriera más allá de toda intención». El habla como algo intrínseco al ser humano.

En este sentido es curioso observar que con todas las tecnologías que tenemos al alcance, con todas las redes sociales, las webs y los foros de que disponemos, la inmensa mayoría de las personas compartimos compulsivamente ideas, noticias, pensamientos, artículos… de otros. Ponemos palabras de otros en nuestra boca, palabras que no hemos llegado a rumiar, a pensar, ¿nos están anquilosando el pensamiento? «En este mundo nuestro de palabras estereotipadas… Pensar el lenguaje es un deber de todos», decía Emilio Lledó.

La retórica en los discursos políticos, no exclusivamente de personas que ejercen la política, ha secuestrado la palabra; quizás sea el momento de reivindicar la poesía como refugio. Gabilondo rescató unas palabras de José Miguel Ullán, sobre María Zambrano, que de alguna manera nos animan a pensar en ese lenguaje:

«Zambrano hablaba para ver, para ver por qué hasta reconocerse mediadora al sacar a la luz y entregarnos ese sonido que solo en sueños se deja oír… Hablaba porque iba tras ello, porque lo necesitaba… No hablaba desde la comodidad sino de la necesidad.»

Se suele decir que hablar es una cualidad que nos diferencia de los animales, pero lo cierto es que la manera en que se habla en público, en el hemiciclo, en la calle, en las tertulias de televisión, en muchas ocasiones no nos distingue de otros animales precisamente.

Gabilondo afirmó que «vivimos y habitamos el mundo de un modo impoético… de espaldas al lenguaje, que utilizamos como si fuera un instrumento, una herramienta…». No es lo mismo hablar, decir, que proferir palabras. ¿Cuántas veces oímos parlotear sin el más mínimo latido del corazón?

«Considero extremadamente peligrosos los seres que coinciden consigo mismos». Poco a poco, Gabilondo nos introduce en el sentir poético de Zambrano que comparte raíces con su filosofía y que nos lleva a un ser incompleto que enamora. «Contra el vértigo, la claridad y la precisión. Para ser poeta no vale la vaguedad del ensueño… Bien lo dice Valéry, la poesía necesita luz… identificar la confusión con la profundidad es tanto como reducir la confusión a unidad. […] La luz solo brota en plenitud en la plena oscuridad, nunca huye de ella». Luz y oscuridad.

«Sin lenguaje no morimos ni vivimos, sin lenguaje, no somos. La muerte de verdad es la muerte de aquel a quien se ama; su muerte nos va matando; y también se fallece en la soledad por la imposibilidad de comunicación, entonces se muere juzgado por otros. La comunicación remite a algo común… solos en común.» La soledad y la comunidad.

Y así Gabilondo nos llevó en un precioso viaje a través de las claves de la poesía de Zambrano. Nos habló de que vivir es convivir y que la vida se compone de situaciones, no de hechos.

«Esperar, aprender a esperar, decir y hacer en este esperar. Quien no sabe esperar, no sabe decir. Esperar es salir al encuentro. Vivimos la ansiedad de no saber esperar, tenemos prisa, miedo…»

Y es que es cierto que las cosas que nos llenan en la vida, al menos al que suscribe, están fuera de ese corsé diario que nos ahoga; vivimos con unas necesidades creadas que se imponen, con un «tengo que…», que no nos deja volar en plena libertad. Sobre este esperar ahondó Gabilondo: «El ritmo del decir es el ritmo del esperar, que es apertura a las condiciones de oportunidad.» Y siguió introduciendo elementos esenciales en Zambrano, como el canto: «hace tiempo que no cantamos juntos… así se queda mudo el corazón.» Pienso en toda esa ficción que nos aleja de los problemas cotidianos de tu comunidad, de tu barrio. Andamos perdidos en mundos de series de televisión, parapetados tras el miedo, nos indignamos, pero no miramos a la calle, donde puedes encontrar otras personas con tus mismas motivaciones, con las mismas ganas de imaginar nuevos escenarios, donde sentirte arropado, donde cantar juntos. Sin tanta poesía lo explica muy bien Isaac Rosa en la revista Minerva: «La única manera de quitarnos esos miedos, o al menos de evitar que nos dominen, es construyendo otras formas de protección y seguridad: en comunidad».

Y así llegamos al sonido, al silencio y al sentido. «Solo cuando coinciden sonido y sentido hay poesía.» ¿Y por qué me acuerdo del Nobel de Literatura a Bob Dylan, aunque tampoco tengo claro que tenga que ver? (esto no lo dice Gabilondo, lo dice el que suscribe).

El profesor siguió con otro interrogante:

«¿Puede ser poético respirar, andar, dormir…? Sí, lo que suele ser es infrecuente porque lo poblamos de otros significados. Convertimos el andar en un sucedáneo del atletismo y olvidamos que en el dormir está el soñar.»

En este apartado, Gabilondo, reivindica el sentir originario de las palabras y, como mencionaba Gilles Deleuze, «espacios donde respirar, esperar, desear…».

Esto me lleva a la frase: «Mi cuerpo es un texto», que decía Marta Sanz en una charla reciente de la #CátedraACCIONA refiriéndose a que es el punto de partida, con todas sus experiencias vitales, sus satisfacciones e insatisfacciones, sus arrugas, sus achaques… a la hora de escribir; «mis textos son también cuerpos». En esos espacios, donde se mueven esos cuerpos que dicen veo relación en otro análisis de la misma Marta Sanz en una maravillosa charla del Festival Eñe, junto a Valerio Rocco, Luis Jorge Boone y Jacobo Armero, en la que decía: «…hay que fijarse en todos los pequeños episodios de poesía encontrada que surgen a lo largo del paseo por tu propio territorio y cómo esa manera activa, sensible y atenta de pasear son una forma de no caer en la alienación a la que estamos sometidos en nuestras vidas cotidianas… también es interesante en esos paseos por la ciudad, parar y mirar, algo que te coloca en una situación hiperestésica».

Todo esto me retrotrae en la conferencia a ese esperar del que hablaba Gabilondo, en el que también nace la palabra, sobre la que regresó de nuevo. «Decía Jacques Derrida “como alguien enamorado de las palabras las trato siempre como cuerpos que contienen su propia perversidad”. Yo amo las palabras cuando empiezan a enloquecer. Alguna vez dije que hago el amor con las palabras y me lo pusieron en un titular de periódico. A veces no se duerme o no se vive por una palabra que nos falta, a veces tenemos dolores de palabra… las palabras hacen, sangran…».

Y siguió con una reivindicación más política en torno a esto mismo:

«Precisamos otro modo de decir, un decir no obsesionado en decirlo todo, en comentarlo todo, en describirlo todo, en hacer declaraciones sobre todo… Estamos en una época en la que hemos perdido la palabra. En rigor, difícilmente podemos sentir y vivir. Precisamos reactivar nuestro decir, como tarea personal y política, no solo ya escribir sino que necesitamos la acción de leer, otro modo de escuchar, recrear lo dicho, dejar decir… así la lectura será poética… Escribir como leer, escribir escuchando. No es fácil sintonizar, encontrarse, ni siquiera con uno mismo… Me falta la palabra. Tanto que en ocasiones me consuela considerar que no sea yo quien le falte a ella, o mejor dicho, que sea yo quien le sobre; sin ella siento no tener ni cuerpo, ni boca, ni voz…».

Finalmente, nos sumergió en el decir poético «que hace que algo sea algo que no es todavía» y en la importancia que tiene en este el ritmo. Momento en el que aprovechó para dedicarnos un homenaje con una anécdota referida a José Ángel Valente tras una lectura poética de éste en el Círculo allá por 1999, poco antes de morir, que quedó recogida en el libro Palabra y materia de la colección La voz del poeta (CBA) [en el enlace encontrarás el audio al que se refiere Gabilondo en la conferencia en el que casi pierde la vida por mantener el ritmo]. José Ángel Valente le contó entonces a Gabilondo que María Zambrano devolvió una máquina de escribir eléctrica porque «en esta máquina no escucho el ritmo (tic, toc, tac) que necesito para escribir».

No te preocupes, estimado lector, podría parecer que he destripado la conferencia, pero no es así. Esta está repleta de mucha más PALABRA, más citas maravillosas, de esas que te dejan el corazón en un puño y el pensamiento en combustión. Sí acabo con ese abrazo poético eterno que Gabilondo hilvanó entre María Zambrano y Joan Margarit, Premio Cervantes 2019 –quien abrirá por cierto la XXIV Lectura Continuada del Quijote en 2020–. Es bonito, parece que los poetas se contestan o se van complementando entre sí en un diálogo imposible. Comenzó este (no)diálogo Margarit con su llamamiento a la poesía como última casa de misericordia.

Y (no) contestó María Zambrano en un texto de febrero del ’39: «Estoy demasiado rendida para escribir… solo podría hacer poesía, pues la poesía es todo y en ella no tiene una que escindirse, el pensar escinde a la persona, pero el poeta es solo uno…» Completando con un extracto de Delirio de un incrédulo (1950) donde señalaba: «…el decir poético no es una debilidad, es una fragilidad y hay que ser muy fuerte para soportar la propia fragilidad en la que anida el instante de concebir, entregarse a este decir poético transforma toda nuestra existencia y le da una luminosidad que solo en nuestra propia oscuridad deslumbrará.». Para sentenciar: «…soltar esa imagen de querer ser yo… ¡¿quién nos soporta a nosotros siendo como somos?!».

Y llegó, finalmente, la (no) respuesta de Margarit, que rescató Gabilondo para cerrar su discurso como «un canto que hacemos en común» y un estupendo final poético también para este post (aunque hubo mucho más después, algo que puedes ver en el vídeo abajo):

NO TIRES LAS CARTAS DE AMOR

Ellas no te abandonarán.
El tiempo pasará, se borrará el deseo
-esta flecha de sombra-
y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,
se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.
Caerán los años. Te cansarán los libros.
Descenderás aún más
e, incluso, perderás la poesía.
El ruido de ciudad en los cristales
acabará por ser tu única música,
y las cartas de amor que habrás guardado
serán tu última literatura.

 

Concurso B.S.O. #4R «El Gran Río: Resistencia, Rebeldía, Rebelión, Revolución»

Uno de los proyectos transversales estrella de esta temporada en el Círculo de Bellas Artes es El Gran Río: Resistencia, Rebeldía, Rebelión, Revolución #4R. Coincidiendo con la inauguración de la exposición audiovisual homónima y con las primeras conferencias del año relacionadas, queremos hacerte partícipe con un concurso en el que solo queremos que compartas con nosotros una canción cuya temática sea el conflicto con el hashtag #4R en twitter e instagram, y en Facebook a través de los comentarios al evento que crearemos a tal efecto. También puedes hacernos llegar un email a circulobellasartes@gmail.com. Aunque el concurso ya se cerró, estamos abiertos a tus sugerencias para ampliar la playlist de Spotify.

Se trata de una playlist de lo más revolucionaria. Hemos sorteado: libros, abonos de cine clásico, artículos de nuestra nueva tienda, catálogos…

OJO: Participar puede hacerlo todo el mundo, pero los premios otorgados deberán recogerse en el mismo Círculo de Bellas Artes, con lo que los premiados deben de ser de Madrid o alrededores. Las fechas para recogerlos serán determinadas en un periodo de tiempo concreto en el que se podrán retirar en la recepción del CBA.

¿Te animas? Pon la B.S.O. de #4R hasta el 2 de abril.

Recuerda que este proyecto 4R, que comenzó con la conferencia de junio de 2017 de Zizek, continuó con las obras de teatro Kohlhaas y Trinchera en octubre de 2017, con la trilogía de Dovchenko ese mismo mes, ahora con la conferencia de Vandana Shiva y próximamente cine 4R a partir de marzo, más conferencias como las de los Lunes al Círculo o las programadas con Mackenzie Wark en febrero y Didi-Huberman el 13 de marzo, y cómo no, la exposición homónima y su catálogo para reflexionar en torno a la idea de conflicto.

A continuación publicamos los ganadores del concurso B.S.O. #4R «El gran río. Resistencia, rebeldía, rebelión, revolución»:

CATÁLOGOS de la exposición valorados en 22€:

Lola Martínez

Bethbet @IsabelBettybeth

BGroupie @BGroupie

Juanma @juanmadopiera

Rudy Martínez @rudymartinez66

 

ABONOS CINE (valor 18€ cada uno)

Valentín Pérez Venzalá @minotaurodigita

Andrea Kiedis @AndreaKiedis_

Jazz Club Madrid @JazzClubMadrid

Margot Locksmith

Sergio Balbontín @BALBON2046

 

ENTRADAS DOBLES EXPOS + AZOTEA (10€ las dobles, 5€ por cada una)

Daniel Rodríguez @danir0d

Beatriz Bolaños

Marta San Vicente

Nat Bruno Amiconi

Susana @SuAbad

 

CAMISETAS #4R (18€).

Hache @_CASALONTANA

María Calaveras

La Sonrisa despeinada @sondespeinada

Cristina Puig García

CONCURSO 4R (2) PDF

FACEBOOK EVENTO

Desgarrando a Francis Bacon

Fernando Castro, profesor de Estética de la Universidad Autónoma de Madrid, pronunció el 3 de abril, dentro de Los Lunes, Al Círculo, la conferencia En el fin del tiempo [Francis Bacon y la “desesperación jubilosa”] que sirvió para «desgarrar», como bien afirmó, a este pintor británico, esencial en la Historia del Arte Moderno.

Francis Bacon no dejaba indiferente a nadie, ni como artista ni como persona. En el aspecto artístico, Castro, nos adentra en el porqué de las inquietudes que provocaba, partiendo de algunas citas célebres de la mismísima Margaret Thatcher, que llegó a decir aquello de «¿No será ese hombre horrible que pinta esos cuadros tan espantosos?»; o de críticos de arte de renombre, como John Berger, que le comparaba con Walt Disney y decía que, como aquel, era un pintor de status quo y un reaccionario. «Bacon —apunta Castro— no era valorado porque no se inscribía en la corriente principal del arte moderno que, orientado a la abstracción, convertía a la figuración en algo periférico o reaccionario».

Esta introducción vale al comisario de la exposición del CBA Francis Bacon. La cuestión del dibujo para establecer un pequeño debate acerca de la reinterpretación de conceptos en torno al realismo y la figuración. Alejado del encaje crítico de Walter Benjamin, Francis Bacon, se consideraba cercano al «realismo, siempre subjetivo». Lo cierto es que, como añade Fernando Castro, hay una gran diferencia entre «sus intenciones y lo que realmente hace como artista». Y continúa: «Bacon entiende que el realismo no es lo mismo que el naturalismo y que la pintura es un ejercicio interpretativo, de hecho, se vale de una cita de Nietzche inexistente que él adaptó a su manera: no existen hechos sino interpretaciones. Lo que quiere Bacon es representar una realidad insoportable en la que el instinto surge de un mar inconsciente de nuestro interior».

Ahondando en este sentido, el también profesor de la Escuela SUR, remite a un apartado de una entrevista de 1985 realizada por The South Bank Show, en la que el pintor irlandés dice: «No se trata de ilustrar la realidad sino de crear imágenes que sean una concentración de la realidad; una taquigrafía de las sensaciones». Algo que refuerza con una cita de Van Gogh que le gustaba mucho a Bacon: «construir una mentira que sea más cierta que la verdad literal». Para llegar a decir en otra ocasión, a raíz de su obsesión por el Papa Inocencio X de Velázquez: «Quiero pintar un Velázquez con piel de hipopótamo».

Francis Bacon era un tipo diferente, contracorriente de alguna manera. A pintores venerados en gran parte del mundo como Rothko y Pollock, recuerda Fernando Castro, les dedicó adjetivos como: sórdidos, torpes, anodinos… «Si me imagino una pesadilla insoportable esta sería estar en el MOMA en la sala de Rothko y, de cuando en cuando, me torturan en la de Pollock», dijo Bacon en alguna ocasión. Sin embargo, sí le interesaba Warhol, no desde su faceta artística, ya que lo consideraba bastante malo, pero sí en cuanto a dandi que había sido capaz de «engañar a todo el mundo».

Fotograma de El acorazado Potemkin de Eisenstein.

Fernando Castro también habla de algunos aspectos fundamentales para entender la obra de Bacon, como esa obsesión por la boca, que arranca de esa escena de Eisenstein de la niñera en El acorazado Potemkin o del cuadro de La matanza de los inocentes de Poussin. Por los mataderos, esos cuyo «olor a sangre humana alegran mi corazón», y para lo que se vale de las fotografías de John Deakin. También por la dimensión de la violencia con respecto a la historia, que le lleva a obsesionarse también con el cuadro Muerte de Acteón de Tiziano, en la que se identifica con él por la persecución a su arte. Y cómo no, por las crucifixiones, que parten de su fascinación por Picasso.

Por último, Fernando Castro termina el «desgarro» a Francis Bacon refiriéndose a aspectos más personales, algunos en relación a su estancia en Madrid los últimos años de su vida, entre los que destaca uno de sus famosos brindis, que viene a complementar de forma maravillosa esa parte del título de la conferencia referido a la “desesperación jubilosa”:

Una extraordinaria conferencia que te recomendamos ver al completo. Dos horas de aprendizaje, reflexión, anécdotas y algunas risas, que bien puedes acompañar con un buen whisky irlandés en honor a Francis Bacon.

Francis Bacon. La cuestión del dibujo Exposición comisariada por Fernando Castro, hasta el 21 de mayo de 2017 en la Sala Goya del CBA. Otros materiales disponibles:

Catálogo de la exposición descargable. 

Rueda de prensa de la exposición.

Display art, el arte de la presentación

“El display art o arte de la presentación no es sino situar una cosa junto a otra, limpiamente, y a la vez con intención de integrar un conjunto”. Juan Navarro Baldeweg pasó por los #LunesAlCírculo con una conferencia, que te ofrecemos íntegra, en la que ahonda sobre los términos display art y ready made a través de distintos ejemplos de la Historia del Arte de ayer y hoy.

El arquitecto y pintor, catedrático de la ETSAM (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid) y ex profesor de Boston, Pennsylvania y Yale arranca de la exposición Juguetes de Construcción para llamar la atención sobre el arte de la presentación: “Los juegos de construcción del futuro pasarán de utilizar partes o elementos para ser todos, a algo muy parecido a lo que ya hizo Marcel Duchamp, unas cajas que incluyan ya los objetos, pero que presentándolos de otra manera produzcan cambios en sus significados y, por lo tanto, pasen a ser otras cosas”.

Marcel Duchamp: Gran vídrio
El Gran Vídrio de Marcel Duchamp.

Baldeweg comienza analizando diversas instalaciones. En primer lugar, la que en 1953 presentó Katherine Dreier en el Moma con cinco objetos de Duchamp. Una instalación que entronca con el concepto de display en el que “estos objetos no están conectados con nada; es el espectador el que las conecta en su mente y se bifurcan en distintas líneas de pensamiento”. Continúa hablando sobre György Kepes y su exposición de la Hayden Gallery de 1951, un ready made en el que partimos de un mundo micro a uno macro y la interesante forma que tiene éste de conectar el arte y la ciencia. “Un mundo que sólo puedes ver a través de aparatos”. Kepes permite que accedamos a un paisaje inaccesible hasta entonces, algo que se traduce en The new landscape, una de sus obras más conocidas.

A partir de aquí, se suceden interesantes ejemplos en los que surgen nombres, como el artista japonés del siglo XV Sesshu, para introducir la ausencia del foco en el que “se mira lo grande desde lo pequeño y viceversa”; el ready made del Gran vídrio de Duchamp, que se aleja del display “al encontrarnos con un hilo conductor entre los distintos elementos que lo conforman”; las tiras del dibujante Rube Goldberg, “que ilustran lo que pueden representar esas cajas de juegos con objetos definidos” de las que habla Baldeweg al principio de su conferencia; el pabellón sueco de la exposición de Artes Decorativas de 1925; una casa de Pikionis que parece una “sopa de tropezones”; y con especial énfasis en el ready made a través de la pequeña iglesia metropolitana de Atenas y el uso de los expolios en todo su conjunto.

Mikri Mitropoli, la pequeña iglesia metropolitana de Atenas. By _tango7174
Mikri Mitropoli, la pequeña iglesia metropolitana de Atenas. By _tango7174

Juan Navarro Baldeweg, se vale de todo ello para remarcar interesantes reflexiones acerca de estos conceptos así como para reivindicar que no deba hablarse de arte conceptual sino de display art. Además, acentúa la importancia de éste a la hora de cambiar incluso la semántica que algunos ready mades tienen. Para ello, dedica un espacio importante a hablar de las obras de Marcel Broodthaers con sus museos ficticios y una serie de instalaciones como Elogio del sujeto o Alfombra de arena y cómo se sirve del display para relacionar objetos físicos con palabras con un fin poético. “El conjunto es en sí una propia obra de arte”, finaliza el catedrático, quien tuvo tiempo para lanzar al vuelo algunas preguntas que derivan del origen del display art: ¿Por qué la cronología en el arte? ¿Por qué hablamos de alta y baja cultura? ¿Quién toma la decisión de hacer una exposición y con qué criterio?

Sin duda, una interesante charla para comprender mejor el arte y la arquitectura modernos.

Próximas conferencias abiertas al público en el Círculo de Bellas Artes:
#LunesAlCírculo 18 de abril: Javier Arnaldo ¿Era el arte una broma?
#LunesAlCírculo 24 de abril: Juan Calatrava Jugar la ciudad / Jugar en la ciudad. De Jules Verne a Aldo van Eyck.
#MoisésyAarón 27 de abril: Juan Ángel Vela del Campo. El coro: pasión y paisaje.
#LunesAlCírculo 9 de mayo: Juan Miguel Hernández León Arte y juego.
#CátedraAcciona 17 de mayo: Félix de Azúa
#MoisésyAarón 25 de mayo: Jan Assmann Moisés y Aarón de Schönberg y la tragedia del monoteísmo.
#CátedraAcciona 15 de junio: Antonio Muñoz Molina

 

Luis de Pablo y la música como tiempo coloreado

Los #LunesAlCírculo del Círculo de Bellas Artes tuvieron la suerte el pasado 28 de marzo de contar con una conferencia del genio de la música contemporánea española y Medalla de Oro de la institución, Luis de Pablo.

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Con Alea el compositor explicó la presencia del azar en la música y reivindicó, citando a Debussy, que “la música no es más que tiempo coloreado”. De Pablo habló de la época entre finales de los 50 y 60 en los que esta música se desarrolló, y en la que él fue una de sus principales figuras. “El solfeo tradicional no servía para este tipo de música —aseguró el bilbaíno—. El pomposo solfeo es una manera de fijar el tiempo”.

La música aleatoria —prosiguió—, “era una manera de que el tiempo penetrase libremente”. Pero claro, como en todo, “el azar absoluto produce el caos absoluto, por lo que se hacía música libre, pero partiendo de ciertos parámetros fijos, que podían centrarse en la duración, la intensidad, etc, y otros que se dejaban al libre albedrío”.

De Pablo recordó el interés que en él suscitaron la música india o la iraní, en las que “hay un 50% de creatividad y de control; se trata de músicas escritas en las que hay una gran libertad para el intérprete”. Además, reivindicó dos figuras de la música clásica en Europa, Debussy y Chopin.

Al primero, a “su abuelo”, le debe “que rechace la catalogación de las formas y hay que destacar las palabras que dirigía a los jóvenes a los que animaba a salirse de ellas y salir al campo a escuchar el viento. La forma musical —citó De Pablo— viene de la materia musical que está uno inventando”.

Al segundo, por su “enorme expresividad de armonía”. Luis de Pablo aludió a la película El Pianista de Roman Polanski, para referirse a Chopin. “La potencia expresiva de Nocturne nº20 en esa escena ya lo dice todo”.

La cita terminó con diversas preguntas, en las que Luis de Pablo contó alguna anécdota interesante, como que la formación del Grupo Alea, el centro de música electroacústica auspiciado por la familia Huarte, no debió su nombre a este tipo de música, sino a lo que el propio compositor describió: “constituir aquel centro musical era algo realmente aleatorio en un país como el nuestro”.

El Círculo de Bellas Artes editó hace unos años A contratiempoun libro + dvd en el que se incluye un vídeo documental y diversos textos en relación al compositor.

La próxima cita de los #LunesAlCírculo es el 4 de abril con Patxi Lanceros y su conferencia Al otro lado del río. Disidencias y desinencias, ligada a la exposición Danubio, que puedes ver en el CBA hasta mayo. 

Inauguración de “Juguetes de construcción”, la exposición que provoca experiencias

La exposición Juguetes de construcción. Escuela de la arquitectura moderna, de Juan Bordes, comisario de la misma, además de coleccionista, escultor y arquitecto, quedó inaugurada en la Sala Picasso del CBA, donde permanecerá hasta el próximo 15 de mayo de 2016. Con esta tercera exposición, se cierra el cupo de inauguraciones hasta mayo.

Juguetes de Construcción. Escuela de la arquitectura moderna. 19 de febrero a 15 de mayo de 2016 en el CBA.
Juguetes de Construcción. Escuela de la arquitectura moderna. 19 de febrero a 15 de mayo de 2016 en el CBA.

En la presentación ante los medios de comunicación, en la que participaron Isabel Gistau, de Acciona —organizadora de la exposición junto al CBA—, y Juan Barja, director del Círculo de Bellas Artes, Juan Bordes destacó ante todo “la seriedad” de esta exposición que no va tanto de juguetes, como de “objetos provocadores de experiencias”.

Los diferentes juguetes de construcción de la muestra, están dispuestos desde los antecedentes y protagonistas (Sala 1), hasta ser presentados conforme a la definición de Vitrubio sobre la arquitectura en tres partes: firmitas, firme y resistente, (Sala 2); venustas, traducido como bello o armónico (Sala 3); y utilitas, útil y funcional (sala 4).

“Esta historia -aclara Juan Bordes- comienza en el siglo XVIII, cuando se fabrican juguetes de construcción para las familias de la aristocracia”. Sin embaro, es Friedrich Froebel quien ve en estos juguetes unas enormes “posibilidades educativas” y el primero en implantarlo en sus clases del Kindergarten”. Posteriormente, ya en el XIX se desarrollaría una amplia producción industrial, que implicaría cambios de material y una accesibilidad más popular.

Juguetes de Construcción. Escuela de la arquitectura moderna. Hasta el 15 de mayo en el Círculo de Bellas Artes.
Juguetes de Construcción. Escuela de la arquitectura moderna. Hasta el 15 de mayo en el Círculo de Bellas Artes.

Hablamos de “Escuela de la arquitectura moderna” porque muchos de aquellos que se educaron con estos juguetes, son los que revolucionarían esta disciplina. “Lloyd Wright, Taut, Le Corbusier…fueron solo algunos de los nombres que, ya no sólo aprendieron con estos juguetes, sino que los utilizaron como fuente de inspiración para sus creaciones”, afirma Juan Bordes.

Y es que, la importancia de estos juguetes en la creatividad y el desarrollo de la arquitectura y el pensamiento, reafirma la sentencia de Juan Bordes de que “estos no son serios”. De hecho, el comisario, realizó una crítica al sistema, ya que “estos juguetes plantean una experimentación y una alteración de posibilidades que son las que les dotan de un carácter educativo”. Un tipo de educación alejado del dogma y el enconrsetamiento que hoy no se estila habitualmente.

Juguetes de construcción. Escuela de la arquitectura moderna. Hasta el 15 de mayo en el Círculo de Bellas Artes.
Juguetes de construcción. Escuela de la arquitectura moderna. Hasta el 15 de mayo en el Círculo de Bellas Artes.

Juan Bordes, no exento de nostalgia crítica, destacó los errores del pasado en nuestro país: “España perdió el carro de Europa en el momento que no se dejó prosperar al Instituto Pestalozziano que quiso implantar Godoy a principios del siglo XIX”.

También, destacó el interés de unos juguetes que “no son nada sexistas, y estaban dirigidos tanto a niños como a niñas, hasta que llegó la ‘peste rosa'”.

Para finalizar, y por poner un ‘pero’ a esta exposición del CBA, lo decía Juan Barja, director del Círculo, al comienzo de la rueda de prensa: “lo malo es que no podremos sentarnos a jugar con estos juguetes”.

Los lunes, al Círculo

El CBA, como novedad este 2016 y en su línea de programar exposiciones tras las que haya un poso intelectual de debate y pensamiento, presenta Los lunes, al Círculo, un ciclo de conferencias abiertas al público que guardan una relación directa con las exposiciones. Los lunes, al Círculo arranca el 7 de marzo con el propio Juan Bordes y su conferencia Jugando a las vanguardias. ¡No te la pierdas!