DIARIOS DE MOTOCICLETA

“Optamos por emplear una gramática cinematográfica sencilla y directa, y por la simplicidad del formato súper 16, con algunas imágenes nocturnas en 35 mm. La mayor parte del tiempo, procuré evitar imponer una puesta en escena, y me dejé llevar por lo que íbamos encontrando en el camino, sin imponer ideas preconcebidas. También intentamos hacer lo contrario de lo que podría llamarse un documentario inducido. Básicamente, intentamos filmar la historia como si estuviese desarrollándose frente a nuestros propios ojos. Filmar en los escenarios auténticos, que en ocasiones resultaban tan exóticos para los actores como lo habían sido para los protagonistas de la historia, no sólo añadió autenticidad al proyecto, sino que incrementó también nuestras posibilidades creativas”.

Walter Salles