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CUT AND PASTE

En el zoco de papel

Entrevista con Sean Mackaoui

Tarski D. Guzmán
Fotografía Minerva

El conocido ilustrador de origen anglolibanés Sean Mackaoui (Lausana, 1968), es también uno de los artistas recientes que más intensamente han desarrollado las posibilidades del collage en nuestro país. A partir de recortes de revistas o palabras encontradas, Mackaoui hace brotar significados inesperados y agudos de combinaciones aparentemente ingenuas e íntimas. Un espíritu que fecunda también sus objetos tridimensionales, máquinas alucinantes a medio camino entre el juguete y la instalación artística.

LOS INICIOS

«Empecé a hacer collage a los dieciocho años, justo antes de enterarme de que había suspendido todos mis exámenes. Había ido con unos amigos a pasar una semana a la zona de Lake District, en el norte de Inglaterra, donde uno de ellos tenía una casa. Un día fuimos de visita a Kendal, un pueblo cercano que tenía un museo municipal muy pequeño. Me quedé alucinado, porque había una pequeña exposición dedicada a Kurt Schwitters. Se me hizo muy raro ver allí la obra de uno de los grandes maestros del collage. Luego me enteré de que cuando Schwitters se exilió a Inglaterra huyendo de los nazis, tras vivir algún tiempo en Londres, acabó en esa zona, donde pasó sus últimos días. Todo aquello me encantó y, junto a algunos amigos, empecé a hacer mis propios collages. Al principio, era más que nada una forma barata de tener regalos para la familia en Navidades. Es un recuerdo que me persigue cuando vuelvo a casa de mis padres y veo las paredes cubiertas de collages horribles… De todos modos, era algo que sólo hacía de vez en cuando, porque en aquel momento yo quería ser fotógrafo. Como no me aceptaron en ninguna facultad de Bellas Artes, me fui a Londres, a buscar mi fama y mi fortuna que, por supuesto, no encontré. Trabajé como ayudante de varios fotógrafos, de camarero, limpiando pisos… Con el tiempo me di cuenta de que no tengo lo que hay que tener para ser un buen fotógrafo. Mi compañero de piso también se dedicaba a la fotografía y sus fotos eran infinitamente mejores que las mías. Tampoco sabía pintar ni dibujar, así que sólo me quedaba el collage».

SIN BLANCA EN MADRID Y LONDRES

«Después de unos años en Londres conocí a una chica y me vine a España con la idea de pasar un año o dos, aunque ya llevo quince aquí. Como buen inglés, al principio daba clases de idiomas, aunque la verdad es que no tenía ni idea de enseñar. Pero, aún así, logré sobrevivir una temporada y por las noches en mi cuartito hacía algún collage con una caja de recortes que me había traído. Al cabo de un año seguía perdido y me planteé la posibilidad de intentar vivir de esto. Hice un dossier, me fui a un quiosco y anoté los nombres de los directores de arte de las publicaciones a las que quería presentar mi trabajo. La primera persona a la que llamé fue Alberto García Alix, de El Canto de la Tripulación, porque me encantaba la revista. Fui a verle, le gustó mi trabajo y se convirtió en algo así como mi padrino. Por el mero hecho de publicar en El Canto de la Tripulación, otras muchas revistas me abrieron sus puertas, fue un efecto dominó.

Poco después empecé a exponer. Yo vivía en la calle Santa Teresa, en una especie de hostal que alquilaba habitaciones. Muy cerca había un bar que ya no existe, el Café Lisboa, que organizaba pequeñas exposiciones. En el hostal también vivían dos búlgaros: Nico y Nadia. Un día Nico fue a tomar una caña al café, vio que había cuadros colgando de las paredes y decidió que era una buena idea que yo expusiera allí. Así que lo organizó todo con la dueña del bar, por supuesto sin consultarme nada. Cuando volvió a casa sencillamente me dijo: "Bueno, Sean, ya tienes tu primera exposición". Me quedé horrorizado, pero al final me dejé convencer y creo que fue una buena idea. Poco a poco las cosas iban encontrando su sitio. Por fin podía ganarme la vida haciendo algo que me gustaba».

LA PUREZA DEL COLLAGE

«Mucha gente hace collage, pero muy pocos se dedican exclusivamente a ello. Yo, en cambio, soy un purista [risas]. Me da la impresión de que muchos artistas lo ven como una especie de actividad extracurricular. Pero es que yo no sé hacer nada más [risas]. Tal vez me defiendo de mi falta de talento a través del purismo... También es cierto que el cumplido más bonito que nunca ha recibido mi trabajo lo hizo un amigo que vino a mi casa, vio mi mesa de trabajo llena de recortes y preguntó: "¿Puedo jugar?" Me gustó, porque es cierto que para mí es un trabajo en el que, como en cualquier otro, hay días buenos y malos. Pero también me doy cuenta de que es todo un lujo poder vivir de lo que he escogido hacer, que es... ¡recortar revistas! Me tomo muy en serio lo que hago, pero intento no tomarme nada en serio a mí mismo. Cuando me siento delante de mi mesa a trabajar nunca me planteo si estoy creando arte o lo hago por dinero... Sencillamente me limito a jugar. Sé que si cambiara de enfoque, perdería toda la energía. Puede resultar muy infantil, pero es mi punto de vista».

INFLUENCIAS

«Hay muchos creadores de collage que me interesan, pero a quien más debo es a mis dos héroes españoles: Joan Brossa y Diego Lara. Un día estaba en el estudio de Alberto García Alix y me enseñó un catálogo de Diego Lara. Yo entonces hacía collages muy llenos, algo que no me acababa de convencer. Para tratar de utilizar menos elementos, lo que hacía era reducir el espacio, de forma que empecé a hacer collages muy pequeños... pero seguían llenos. En cambio Diego Lara utilizaba muy pocos elementos sobre grandes superficies y eso cambió mi forma de pensar. Empecé a utilizar soportes mayores y a jugar con el espacio en blanco. Brossa también es un maestro del espacio negativo, del blanco… Lo conocí hace muchos años en Barcelona. Hice una exposición allí y pasé un par de horas con él en la galería enseñándole una serie de collages muy influenciados por su obra. Cuando se fue, me di cuenta de que me dolía la mandíbula de tanto sonreír. De todos modos, la inspiración llega de cualquier lado: de la música, claro, del título de un libro, de una película, de Wikipedia… Mis collages roban de todas partes».

EL ARTE DEL ESPIGADOR

«Mi material de trabajo es la basura de otras personas [risas]. Sigo un proceso de trabajo distinto con los objetos y las obras de papel. En el caso de las obras de papel casi nunca sé lo que voy a hacer. Tampoco utilizo nunca el ordenador. Me gusta sentarme delante de una hoja en blanco, buscar una imagen que me diga algo y dejar que vayan saliendo cosas: vas casando una imagen con la otra, ves qué funciona y qué no… Así, a medida que trabajas, van surgiendo ideas. Al cabo de dos o tres horas, si no sale nada, lo dejo, porque no puedo pensar en ello tanto tiempo.

Para mí el collage tiene mucho que ver con la casualidad: los elementos aparecen a partir de una pila de revistas en la calle, de un amigo que va a tirar cosas que no le sirven. Hay gente que me avisa cuando ve objetos en un contenedor o en una casa antigua que van a derribar, y voy corriendo y lo rescato… Me gusta la ironía de que una persona deseche algo que, tras tu intervención, pasa a valer algo.

La basura en España es de muy buena calidad, porque no hay una cultura de tiendas de segunda mano, como en Inglaterra. Aquí cuando algo ya no te sirve lo tiras y punto, en Inglaterra se lleva todo a las tiendas de caridad. Internet también permite encontrar cosas increíbles. Por todo el mundo hay tontos como yo que compran cosas sin valor. He tenido que contenerme un poco porque se me empezaba a ir de las manos. Llamaba a mi madre a Inglaterra y le decía: "Va a llegar una caja de e-Bay a mi nombre, ¿me avisas cuando la tengas?". Y me contestaba: "Claro, hijo, ¿qué hay en la caja?". "Son calaveras de loros…"»

¿QUÉ CUENTA UN COLLAGE?

«Para mí cada collage tiene su historia, cada exposición es como un libro de relatos breves. Intento contar historias relacionadas con cosas que me molestan o que me interesan. De todas formas, no me gusta hablar de ello, es como quitarle la magia. Los collages son mi forma de decir lo que pienso y compartirlo; una vez creados viven su propia vida. Lo que sí es cierto es que para mí los collages son muy sencillos, son una mezcla de dos o tres imágenes y un título que siempre pienso que sólo tiene una lectura. Por eso me parece increíble la cantidad de interpretaciones que les da la gente. Eso me sorprende y me atrae, hasta el punto de que a veces hago collages que sólo entiendo más o menos y les pongo un título aproximado. Siempre habrá alguien por ahí que le pueda poner las palabras justas. Por supuesto, los collages de encargo exigen un proceso mental completamente opuesto. Como decía, en mi trabajo personal me gusta mucho el espacio en blanco, un minimalismo que no puedes utilizar en casi ningún encargo. La gente quiere ilustraciones más obvias, rápidas de entender. Siempre hay un plazo de tiempo muy corto y te dan el concepto, el texto, el tamaño, si es en color o blanco y negro…»

EXPOSICIÓN SEAN MACKAOUI. ZOCO


19.06.08 > 31.08.08

COMISARIA CHARO CREGO
ORGANIZA CBA


PELÍCULA SEAN MACKAOUI. CRÓNICAS DEL CORTAPEGA



PRODUCCIÓN CBA
DIRECCIÓN CÉSAR RENDUELES
REALIZACIÓN GONZALO HERNÁNDEZ
SONIDO JACOBO BLASCO
MONTAJE MIGUEL BALBUENA • EMMA TUSSELL