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CUT AND PASTE

Sean Mackaoui en siete obras

ERA UNA MINI CITA (2008)

31 x 39 x 30 cm

«En agosto de 1978, el director de cine Claude Lelouch colocó una steadicam sobre el capó de un Ferrari 275 GTB al que se subió de madrugada con un conductor profesional de Fórmula 1 (se dice que se trataba de Alain Prost). Grabó una película muy famosa que consiste en un recorrido en coche a toda velocidad por el centro de París. La steadicam acababa de aparecer y la duración máxima de la película era de ocho minutos. No se cortaron las calles ni se pidió ninguna clase de permiso. En algunos tramos el coche supera los 220 km/h, se salta semáforos en rojo y avanza en sentido contrario. Cuando se estrenó la película, la policía detuvo a Lelouch y durante algún tiempo sólo se proyectó en circuitos underground. Hoy se puede ver en Youtube sin problema.

A mí los coches me dan bastante igual, pero la obra de Lelouch me parece alucinante y esta pieza es un pequeño homenaje. Se trata de una especie de versión reducida de su película. Compré una maqueta del coche, el modelo más cercano que encontré, para situarlo sobre una lijadora plana y ancha que gira muy rápido y hace de carretera. Detrás del coche va dando vueltas una estructura con postales de París que hace de escenario: empieza en Les Champs-Elysées y termina en Montmartre pasando por la Torre Eiffel. Todo está reducido: en vez de ocho minutos y medio, mi versión dura ocho segundos y medio.

Mi gran problema con éste y también con otros objetos es cómo exponerlos. Si los objetos tienen motores es para jugar con ellos, pero me fastidiaría que se estropearan durante los primeros días. Idealmente son para jugar, pero para hacerlo de vez en cuando, no ocho horas al día durante tres meses. No están construidos para eso. Panamarenko, un artista que me encanta, decía que no hace falta que el objeto expuesto funcione realmente, el hecho de que pueda hacerlo ya es suficiente».

UNA NOVELA NEGRA (2008)

5 x 38 x 14 cm

«Soy un gran admirador de las novelas de James Ellroy. Normalmente no tengo una idea preconcebida de cómo va a ser una obra. Sencillamente me siento a jugar con los cachivaches que tengo en el estudio y las ideas surgen a partir de esos objetos. Esta es una de las pocas ocasiones en las que he empezado a trabajar con una idea previa. Los libros de Ellroy son novela negra en estado puro, son muy duros. Recuerdo el primero que leí, L. A. Confidential, sobre la policía de Los Ángeles en los años cuarenta. Tiene un estilo muy abrupto, empiezas el libro y no entiendes nada, no se presenta a los personajes ni hay introducciones. Ellroy sencillamente te suelta en medio de una absoluta locura. Pero al cabo de 40 o 50 páginas me enganchó y me pasé tres días tumbado en el sofá devorando el libro. Ésa es la idea de esta pieza. Pones la mano, se cierra el cepo y te quedas enganchado a la historia. Habla de esos libros que te trasportan a otro mundo y te escupen días después al otro lado».

UNA COMETA PARA LOLA (2008)

28 x 25 x 22 cm

«En este objeto, cuando aprietas el botón, la cometa se mueve como si estuviera volando. Dentro de un mes voy a ser padre y es un regalo para mi futura hija, que se llamará Lola. Compré estas casas en Tokio, son edificios japoneses para maquetas de tren de una calidad buenísima. La caja la encontré en la calle, procede de una fábrica de turrones que había en la calle Carretas de Madrid. Me gustó mucho por ese aire asiático que tiene. En el interior hay una pila y un motor que mueve un plástico muy fino que sostiene la cometa. Por si a alguien le surge la duda: al menos en Japón, hay cometas cuadradas, no todas son el clásico rombo. Me gusta crear estos pequeños mundos a partir de los recuerdos de mis viajes. Japón me dejó completamente hechizado y esta pieza es una especie de postal en tres dimensiones que recuerda las sensaciones que me produjo aquel viaje».

EL ARTE DE HABLAR MUCHO SIN DECIR NADA (2008)

31 x 39 x 30 cm

«Esta pieza consiste en dos calaveras de loro colocadas encima de dos motores alimentados por plaquitas solares. En cuanto hay luz se ponen en movimiento pero, por si acaso no hay iluminación suficiente, tienen su propio foco que va cargando las placas y se activa con un pulsador. Éste es un ejemplo típico de una obra que surge a partir de distintos elementos que andan rondando por mi estudio y con los que un día me pongo a jugar. Como decía antes, encontré las cabezas de loro en E-Bay. Los motores los compré en la mejor tienda del mundo: Tokyu Hands, en Tokio. La vitrina es del Rastro, creo que es un expositor para relojes, estaba todo roto y tardé un montón en limpiar el latón.

La idea era ilustrar la alucinante capacidad de los políticos para hablar indefinidamente sin decir absolutamente nada. Me parece increíble cuando alguien le hace una pregunta a un político y éste logra hablar durante dos o tres minutos con toda soltura y firmeza y realmente da la impresión de que sabe lo que está diciendo. Pero luego analizas sus palabras y resulta que no son más que frases vacías. La idea es que en cuanto el loro ve una luz, o sea, un foco, se lanza a hablar ante el micrófono de turno. Lo bueno y lo malo de esta obra es que la pones en marcha y ya está. No es como los otros objetos, con los que hay que jugar. Este funciona autónomamente, son políticos hablando y hablando y hablando…»

LA RESPUESTA INFALIBLE (2008)

70 x 30 x 60 cm

«El robot está inspirado en un juego de mesa que tenía de niño. En España se llamaba El Maravilloso Mago Electrónico, en Inglaterra era The Magic Robot. El juego funcionaba con una serie de imanes, de forma que tú le hacías una pregunta al robot y él siempre conocía la respuesta. El robot lo sabe todo, tal vez demasiado… Así que esta obra se basa en la idea de que saber demasiado puede ser un problema, de que a veces es preferible la ignorancia a la sabiduría. El juego de mesa original estará en la exposición para explicar el proceso de creación. Cuando voy a una exposición, me gusta ver los bocetos que precedieron a las piezas. Pero yo no dibujo, así que mis bocetos son la basura que recojo.

Cada vez que conozco a alguien que tiene un taller de cualquier tipo, me sirve de inspiración para hacer algún objeto. El robot lo hice con un amigo que tiene una fábrica en Albacete. Podría haber sido mucho más sencillo, pero lo hemos complicado para que resulte más divertido. Por ejemplo, la verdad es que no hacía falta un motor tan grande, pero me gustan los motores y los engranajes. Este motor va a unas mil revoluciones por minuto que es, desde luego, demasiado rápido: el robot debe girar lentamente en busca de la respuesta, que es un proceso lento. Así que tuvimos que crear una serie de reducciones a través de varios juegos de engranajes. La idea inicial era colocar una placa de acero inoxidable con un interruptor que activara el motor, pero siempre me han dado envidia esos tíos que ves en las obras manejando grúas enormes con su control remoto, así que me he fabricado mi propio control».

EL TRATADO DE PAZ (2008)

15 x 30 x 30 cm

«Esta obra tiene que ver con los pocos tratados de paz que siguen vigentes en el mundo. Es un apretón de dos manos que, para asegurarse de que mantienen su palabra, están atravesadas por una bayoneta. Es el juego entre lo que empieza y termina una guerra. Las manos que se están dando un apretón de paz no se puedan separar, pero no pueden hacerlo por culpa de un arma. Está acompañada de otra pieza: una granada que, en vez de la típica anilla que la acciona, tiene una pluma de una paloma blanca: quitas la paz y explota todo.

Cuando me encuentro con personas que hacen cosas diferentes e interesantes sobre las que no tengo idea, siempre les pido que me dejen jugar con ellos. En este proyecto me ha ayudado mucho una amiga diseñadora, Marre Moerrel, que es ceramista, y con la que he fabricado los moldes de escayola de la bayoneta y la granada. El molde de las manos fue mucho más complicado. Tuve que acudir a un amigo dentista que tiene una clínica. Él y sus ayudantes nos hicieron unos moldes de las manos a otro amigo y a mí utilizando un agente que se seca muy rápido y que se usa para hacer modelados dentales. Fue un proceso bastante farragoso: tuvimos que hacer varias versiones en positivo y negativo hasta tener el molde en el que verter la cerámica líquida con la que se construyó la pieza definitiva. Esta es la primera vez que hago una serie de objetos, son tres, en blanco, negro y oro, con sus correspondientes accesorios».

LA PISTA (2008)

120 x 110 x 45 cm

«En este caso, la fabricación es mérito de un tornero buenísimo, un verdadero maestro de la madera. La idea era hacer un juguete grande de madera con un eje central, inspirado en las aves del paraíso. Cuando estos pájaros buscan pareja se transforman en auténticas obras de arte, los machos adoptan formas superextrañas y divertidas, bailan y exhiben sus colores y sus plumas. Eso es lo que yo quería recoger: una pista de baile en la que las aves del paraíso se exhiben. El mío es un baile un poco torpe, pero qué se le va a hacer... Está todo hecho en madera de abedul y los pájaros están lacados con un acabado muy bonito. La manivela que mueve el eje central hace que las aves suban, bajen y giren».