Fotografía checa

En 2009 el CBA mostró la obra de dos de los mayores fotógrafos checos de todos los tiempos: Josef Sudek y Jindrich Styrsky. En el periodo de entreguerras del siglo pasado, Praga fue el epicentro de un importante movimiento fotográfico que desempeñó un papel destacado en el desarrollo de la fotografía artística moderna. Con estéticas muy diferentes, las imágenes de Sudek y Styrsky tienen en común la ausencia casi absoluta del ser humano, patente sin embargo a través de sutiles huellas.

Buena parte de la obra de Josef Sudek (Kolín, Bohemia 1896-Praga, 1976) nos coloca ante la contemplación de las calles desiertas de una Praga en ocasiones monumental y en otras fantasmagórica, con nocturnos de árboles inclinados hacia la luz escasa de las farolas, que abre espacios inéditos en los reflejos. En otras fotografías, Sudek se adentra en paisajes naturales y bodegones difuminados por una luz sutil e inquietante. Sólo logró dedicarse en exclusiva a la fotografía tras obtener una pensión de invalidez al perder el brazo derecho en el frente durante la Primera Guerra Mundial. De personalidad compleja e introvertida, dejó un vasto legado fotográfico que le ha llevado a ser considerado como «el poeta de Praga». Su trabajo se caracteriza por un perfeccionismo y una delicadeza cuya radicalidad apunta hacia sendas poco exploradas de la historia de la fotografía.

La mirada del surrealista Jindrich Styrsky (Cermná, Bohemia 1899-Praga, 1942) se detiene en cambio en los artificios del hombre ausente, creados a su imagen y semejanza: personajes de madera o de tiza sobre las paredes, bustos y ángeles inanimados en las cornisas, prótesis, escaparates, circos y objetos funerarios ligados a la imaginación del artista y a sus recuerdos y ensoñaciones de infancia. Styrsky se dio a conocer con gran éxito en la primera exposición del Grupo Surrealista Checo, celebrada en la galería Mánes de Praga, con dos series fechadas en 1934: Hombre con anteojos y Hombre rana, trabajos que fueron recibidos como una importante aportación del surrealismo a la fotografía moderna. La serie Tarde parisina, 1935, con una temática similar, fue su última colección completa.