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Un presente heideggeriano

Entrevista con John Sallis

Redacción Minerva

John Sallis, titular de la cátedra Frederick J. Adelmann de Filosofía en el Boston College, Massachusetts, es sin duda una de las voces más interesantes de la filosofía estadounidense actual. De formación eminentemente europea –ha estudiado o enseñado en lugares como París, Friburgo, el Archivo Hegel de Bochum o Tubinga–, su obra, marcada por una profunda preocupación por el lenguaje, revela la decisiva influencia sobre su pensamiento de figuras como Heidegger o Derrida, a quienes ha traducido al inglés.

Usted conoció en persona a Heidegger, ¿puede relatarnos su encuentro con él?

Fue durante la primavera de 1975, en su casa de Friburgo. El propósito de mi visita era tratar de solventar algunas dificultades que me habían surgido en la traducción al inglés de su texto Vom Wesen der Wahrheit [De la esencia de la verdad] que por aquel entonces estaba preparando. Heidegger fue muy amable y aunque aseguró que no sabía nada de inglés, los numerosos comentarios que me brindó en torno a algunos de los términos que empleaba en su texto me resultaron enormemente valiosos. Me indicó, por ejemplo, que en la palabra Entschlossenheit el prefijo «ent» debe entenderse en sentido privativo, de forma que el énfasis recae sobre la propiedad de no estar cerrado o clausurado. Cuando terminamos de discutir los detalles del texto, estuvimos conversando sobre temas diversos, como su interpretación de Schelling (precisamente se acababa de publicar su curso sobre este filósofo idealista) o la relevancia de la publicación de la edición crítica de las cartas de Nietzsche.

¿Cómo ha evolucionado la recepción de Heidegger en las últimas décadas?

El factor más importante que hay que tener en cuenta a la hora de evaluar la recepción del pensamiento de Heidegger es la publicación de su obra completa en alemán, que incluye, por ejemplo, los cursos que Heidegger impartió en Marburgo en la temporada en que estaba preparando su Ser y tiempo. Leyendo estas notas, puede apreciarse cómo la problemática de Ser y tiempo tomó forma fundamentalmente a través del compromiso crítico de Heidegger con la historia de la ontología y con la fenomenología de Husserl. Esta edición también ha puesto a disposición del público gran cantidad de manuscritos de las investigaciones que Heidegger llevó a cabo a finales de los años treinta y comienzos de los cuarenta. El más famoso de estos textos es Beiträge zur Philosophie [Contribuciones a la filosofía] pero todos ellos son indispensables para conocer cómo se desarrolló el pensamiento de Heidegger después de Sein und Zeit, es decir, para comprender la llamada Kehre [giro] del pensamiento heideggeriano.

¿Cuál ha sido la influencia más penetrante, permanente o indiscutible de Heidegger en la filosofía contemporánea? ¿Hay un legado reconocible que haya transcendido las fronteras de los círculos heideggerianos?

Me atrevería a afirmar que no hay prácticamente nada dentro de la filosofía contemporánea que haya escapado a la influencia del pensamiento de Heidegger. Incluso una corriente tan aparentemente remota y alejada de Heidegger como la filosofía de la ciencia estadounidense, deja traslucir esta influencia en el giro hacia la historia de la ciencia que comenzó con el estudio de Kuhn de las revoluciones científicas.

Heidegger ha sido un autor particularmente bien recibido en círculos artísticos y arquitectónicos, ¿piensa usted que es un fenómeno ajeno a su pensamiento o cree que guarda relación con alguna de las características de la filosofía heideggeriana?

Heidegger ha sido el primer filósofo, desde Hegel, que ha repensado a fondo y en un nivel fundamental la naturaleza del arte. Son muchos los artistas que, cuando leen El origen de la obra de arte, descubren algo que, de algún modo, resonaba en su propia experiencia como artistas. Este es el caso, por ejemplo, de Daniel Libeskind, el arquitecto que ha proyectado el nuevo museo judío de Berlín, o de Herbert Egl, el pintor alemán que llegó a dar el título de Ereignis horizont a una de sus series de obras, cuando Ereignis [evento] es, como es bien sabido, el gran tema del Heidegger maduro. Por otra parte, sabemos también que el propio Heidegger estuvo profundamente interesado por la obra de ciertos artistas en cuyo trabajo veía un intento por llevar a cabo, a través del arte, los mismos proyectos que él intentaba realizar con su pensamiento. De entre estos artistas que despertaron su interés, los más conocidos son Cézanne, Klee y Chillida.

¿Cómo puede ayudarnos Heidegger, si es que puede, a comprender nuestro presente? ¿Sigue teniendo vigencia su crítica del humanismo?

En mi opinión, hay algo aún más relevante que su crítica del humanismo y es su interpretación de la esencia de la tecnología moderna, que en estos momentos da forma a nuestro mundo en mayor medida que cuando Heidegger desarrolló su punto de vista. Igualmente significativas son sus ideas acerca de cómo el arte y el pensamiento pueden responder a la posibilidad de un nuevo comienzo más allá de los confines de la modernidad.

¿Cuáles cree que han sido los principales desarrollos del proyecto ontológico de Heidegger después de su muerte? ¿Hay autores que realmente hayan continuado sus ideas más allá de la pura interpretación historiográfica?

A mi modo de ver, el autor que más ha desarrollado, y de una forma francamente creativa, las cuestiones planteadas por Heidegger ha sido Jacques Derrida. La propia palabra déconstruction, tan íntimamente vinculada al pensamiento de Derrida, era en realidad su traducción del término heideggeriano Destruktion. Pero, naturalmente, hay otros muchos filósofos importantes, especialmente en Francia y en Estados Unidos, que han sabido desarrollar ciertos aspectos del pensamiento heideggeriano de una forma novedosa y creativa.

¿Qué papel juegan en la obra de Heidegger las peculiaridades lingüísticas y su particular uso del lenguaje? ¿Qué dificultades específicas plantea la traducción de la obra heideggeriana?

El pensamiento de Heidegger, especialmente su pensamiento tardío, está profundamente enraizado en la lengua alemana y, en algunos casos, también en el dialecto alemánico, que Heidegger conocía y hablaba. Cuando nos disponemos a repensar y a traducir la obra de Heidegger, es fundamental trasladarla al estilo o al tipo de expresión del idioma de destino, pero conservando al mismo tiempo la fidelidad más rigurosa al sentido del original. En ocasiones, esto requiere recuperar las fuentes pertenecientes al otro idioma, muy en especial las que han quedado preservadas en la obra de los poetas. Lo que quiero decir es que, en la medida en que Heidegger mantiene un vínculo estrecho con la esfera de la poesía de Hölderlin y de Trakl, tal vez nosotros, los anglosajones, a la hora de repensar lo que Heidegger pensó, debamos recurrir a las fuentes lingüísticas que hallamos en poetas como Shakespeare o Keats.

¿Aporta la filosofía heideggeriana algo a la teoría de la traducción? ¿Qué consideración le merece Heidegger en tanto que traductor de términos griegos?

La contribución de Heidegger a una comprensión más rigurosa y posmetafísica de la traducción ha sido fundamental. Y su aportación se ha producido tanto a través de sus propias traducciones –y muy en especialmente de sus versiones de textos filosóficos griegos– como a través de los diversos apuntes y reflexiones en torno a la naturaleza de la traducción que aparecen dispersos en sus obras. He reunido y contextualizado algunas de estas reflexiones en un reciente trabajo de investigación, Das Ende der Übersetzung [El final de la traducción], así como en mi libro On Translation.

Topographies, Bloomington, Indiana University Press (en prensa)

Platonic Legacies, Albany, State University of New York Press, 2004

On Translation, Bloomington, Indiana University Press, 2002

Force of Imagination: The Sense of the Elemental, Bloomington, Indiana University Press, 2000

Chorology: On Beginning in Plato’s «Timaeus», Bloomington, Indiana University Press, 1999

Shades: Of Painting at the Limit, Bloomington, Indiana University Press, 1998

Double Truth, Albany, State University of New York Press, 1995

Stone, Bloomington, Indiana University Press, 1994

Crossings: Nietzsche and the Space of Tragedy, Chicago, University of Chicago Press, 1991

Echoes: After Heidegger, Bloomington, Indiana University Press, 1990

Spacings: of Reason and Imagination, Chicago, University of Chicago Press, 1987

Delimitations: Phenomenology and the End of Metaphysics, Bloomington, Indiana University Press, 1986