Ajedrez, enseñanza y psicología

Incluimos a continuación un texto de Fernando Braga (M.I de Ajedrez – FIDE Trainer) y María Enriqueta Granero Duarte (Lic. en Psicología).

Enseñar ajedrez a niños

¿Por que enseñar ajedrez a los niños?

El aprendizaje del ajedrez en los niños es muy beneficioso ya que estimula el desarrollo de las estructuras cognitivas mediante la concentración, memoria, atención, coordinación, abstracción y desarrollo de tácticas y estrategias componentes esenciales en el juego-ciencia.

A grandes rasgos se podría decir que la conducta ofrece dos dimensiones esenciales y estrechamente relacionadas, la afectiva y la cognoscitiva que suministra las estructuras según las cuales se realiza el intercambio entre el mundo exterior y el sujeto.

La dimensión cognoscitiva se organiza a su vez en una serie de sub-estructuras que desembocan en otras tantas operaciones encaminadas a lograr la adaptación del niño al medio.

Por ello al estimular el razonamiento lógico mediante el ajedrez estamos colaborando a la formación de esas estructuras que va a facilitar la adaptación al sistema intentando alejarlos de futuras conductas desadaptadas ya que el niño a través de las partidas aprende a controlar sus impulsos, disciplinar la conducta, fortalecer la paciencia y a controlar sus sentimientos de frustración ante la derrota y convertirlos en energía positiva para enfrentar el próximo reto superando los errores cometidos.

Estudios realizados demuestran que los períodos de atención/concentración aumentan favoreciendo el aprendizaje.

El desarrollo de una partida presenta múltiples alternativas y tiene generalmente una duración significativa, una desatención puede ocasionar la pérdida de la misma ,por lo tanto el ajedrecista debe mantener un altísimo grado de concentración durante la misma, se comienza por un entrenamiento con períodos cortos incrementándolos en el tiempo hasta lograr la generalización a otras áreas como la escolar.

¿Qué estimula el aprendizaje del ajedrez?

El análisis y síntesis: Durante la partida de ajedrez el niño se enfrenta en cada jugada a múltiples alternativas y a ala necesidad de contestar a la amenaza del contrario y a plantear a su vez una amenaza al rival. Ello hace que deba analizar múltiples alternativas de respuestas y sintetizar cual es la más apropiada, desarrollando a su vez un pensamiento crítico.

Memoria: debido a la multiplicidad de alternativas para cada jugada durante una partida de ajedrez y al relativo corto tiempo para escoger la mejor respuesta ,para el ajedrecista la memoria es un aliado muy importante, muchas de las respuestas pueden basarse en la experiencia o el conocimiento del ajedrecista de posiciones similares jugadas o estudiadas en otras partidas.

Empatía: Es imprescindible considerar que hay un “otro” que realiza jugadas para comprender la es-trategia del oponente y para anticiparse a sus acciones las cuales hay que observar para poder responder adecuadamente y asi ganar la partida.

Resolución de problemas y toma de decisiones: El ajedrez genera responsabi-lidad en la toma de decisiones, por que remite a hacerse cargo en cada jugada que un realiza. Durante la partida, el niño enfrenta diferentes problemas para los que debe definir y aplicar una estrategia de solu-ción. Como el tiempo es un factor limitante en las partidas de ajedrez deben también tomarse importantes decisiones sobre la estrategia a seguir bajo presión de tiempo.

Socialización: El ajedrez favorece la integración dentro de los grupos ya que no es importante la edad, ni la nacionalidad, ni el idioma, pueden jugar niños con jóvenes o con personas mayores y no hay que ser un gran jugador para participar en los torneos abiertos.

A nivel personalidad: Fomenta la capacidad organizativa y el equilibrio entre lo racional y lo emocional.

Creatividad e imaginación: En el ajedrez no es suficiente con responder a las jugadas del oponente o tratar de seguir patrones de jugadas estudiadas o practicadas previamente a fin de lograr ventajas claras sobre el contrincante, el ajedrecista debe imaginar posiciones distintas a la que está presente en el tablero y definir estrategias que le permitan llegar a ellas.

Aceptación de reglas: En el ajedrez se requiere el seguimiento de una serie de reglas cuyo incumplimiento no es aceptable y es penalizado. El niño tampoco puede echarle a nadie la culpa de sus errores son sus propias capacidades y acciones las que determinan su desempeño. En el ajedrez se promue-ve la honestidad y la integridad del jugador.

El ajedrez es un combate mental en el que para mejorar hay que empezar dominándose a sí mismo .Esto hace que conforme se vaya mejorando en el juego se vaya incrementando la autoestima y tomando más confianza para aprender.

Enseñar a niños de 3 a 7 años

Enseñar ajedrez en esta etapa indica tener un acercamiento al pensamiento lógico que se comienza a estructurar en los niños ya que como dicen en su libro de Psicología genética Casterina, Fernández y Lenci ”La experiencia no es accesible jamás sino por intermedio de cuadros lógicos matemáticos que consisten en clasificaciones, ordenaciones, correspondencias y funciones”, es decir que la experiencia no se lee de forma directa, por lo tanto el ajedrez es uno de los pocos juegos que nos da la posibilidad de aprender matemáticas jugando.

Los niños a esta edad tienen un predominio del pensamiento intuitivo, imaginario, les gusta observar e investigar y se basan en hechos concretos, aun no simbolizan, es decir que no imaginan jugadas de forma abstracta, necesitan verlas concretamente en el tablero.

Cuanto más pequeños son se les debe enseñar utilizando el cuerpo (moviéndose por ejemplo, como lo hacen las torres, los peones etc. para que vayan explorando las relaciones constitutivas de numero y espacio, temas fundamentales por decir sintéticamente que se trabajan en el ajedrez.

Ahora bien operar con abstracciones representadas por símbolos debe transmitirse luego de aproximadamente los 7 u 8 años.

Podríamos resumir diciendo que primero es importante el contacto con el material donde el niño realice juego libre con este nuevo material que se ha puesto a su disposición (tablero, piezas), le contamos cuentos, donde haremos hincapié en las características del juego.

Si son pequeños los hacemos dibujar y pintar las piezas. A partir de allí fomentaremos en todo momento la exploración perceptual de los objetos (formas, tamaños colores), y dejemos que ellos jueguen sin indicación alguna, sintiéndose libres donde hagan torres con las piezas o salten con sus caballos etc. esta etapa psicológicamente corresponde a la fase de acomodación.

En la siguiente etapa comenzaremos a bosquejar reglas básicas. Por ejemplo:

”Para jugar hacen falta dos personas” Estas se sientan enfrentadas, las negras van de un lado las piezas blancas de otro, las blancas juegan primero, es una jugada cada uno…

Aquí, más que reglas del juego son limitaciones que permiten ubicarlos. Dentro de esta etapa se comienza a trabajar la noción de tablero de forma tanto corporal como verbal, esta noción colabora con delimitación de fronteras como: adentro/afuera, lateralidad, direcciones, clasificaciones.etc.

La tercera etapa sería el movimiento de las piezas, comenzando una por una, primero la torre ,luego el alfil, siguiendo con la dama (que mueve como el alfil y la torre) el caballo, el peón y por último el rey, que al tener mas jugadas especiales, como el jaque, el jaque mate, el ahogado, el enroque, tanto largo como corto y la imposibilidad de hacerlos cuando se está recibiendo jaque o se pasa por una casilla que lo este, marca un índice de complejidad mayor, por tanto es bueno hacerlo como último eslabón de aprendizaje

En lo referente al valor de cada una de las piezas, hay que ir con los tiempos de ellos y detenerse lo que sea necesario para que el niño asimile la nueva pieza, cuando se enseña la siguiente no hay que olvidarse de repasar junto con ellos las anteriores vistas, no debemos olvidarnos que alrededor de los cinco años empiezan con la noción de tiempo y espacio y finalmente nos introduciremos en la iniciación de las estrategias, que les permita elaborar la mejor forma de mover las piezas, trabajando para lograr una mejor visión asociativa del conjunto.

Aquí hay juegos muy útiles como el come-come. Carrera de peones, laberinto de caballos, etc. Con mucha paciencia habremos logrado en esta primera etapa el acercamiento de los niños al juego–ciencia, y será muy agradable observar cómo comienzan a avanzar muy rápidamente.

Enseñar ajedrez a niños de 8 a 12 años

A partir de los 7-8 años se producen cambios rápidos en las capacidades mentales, como razonar, clasificar, asociar, seriar objetos, se realiza un pasaje del pensamiento intuitivo e imaginario al pensamiento lógico-racional.

Este es un período que se caracteriza por la curiosidad, preguntan constantemente el por qué y para que de las cosas, ya no se conforman con respuestas tranquilizadoras, y buscan también el conocimiento de los procesos desarmando y armando lo que ven. Muchos ajedrecistas han comenzado a jugar en esta franja de edad al ajedrez, ya que como dice J. Piaget existe un predominio de operaciones concretas, porque son capaces de pensar en forma lógica, igualmente las actividades mentales que llevan a cabo están vinculadas a objetos y situaciones que necesitan ver y tocar, ya que aun presentan dificultades para la abstracción, por lo tanto necesitan en el aprendizaje la imagen, por ejemplo ver el tablero y las piezas para resolver situaciones que se encuentran a más de una jugada a distancia.

En este periodo se desarrolla la capacidad de pensar, comenzando a tener flexibilidad para las operaciones mentales reversibles, facilitando así el aprendizaje del cálculo, tan importante en el ajedrez.

El egocentrismo lentamente comienza a quedar atrás, pudiendo ver que hay un “otro” que realiza jugadas e intentan captar que es lo que realmente desean hacer con sus jugadas. También comienzan a controlar el factor tiempo, por lo que el monitor debe considerar la posibilidad de introducir el reloj, ayudando en la mejora de la capacidad de atención y concentración organizándose en un límite de tiempo.

Aquí el profesor de ajedrez puede exponer partidas cortas, donde se explicaran los mecanismos que llevan a la victoria y los errores de valoración que llevan a la derrota, aprenderán la importancia de la consecución de los planes, donde el ganar no será el objetivo sino la tarea creativa, y en donde todos puedan participar de manera constructiva. Ellos se encuentran en una edad expansiva y de gran apertura y vitalidad, no les gusta en esta etapa estar solos por lo que trabajar en grupo será gratificante para ellos.

Curiosos buscarán caminos, elementos que les permitan alcanzar sus objetivos y allí el monitor será el faro que ilumine el camino a seguir, pero permitiéndoles desarrollar sus ideas y mostrándoles los limites.

Enseñar ajedrez a adolescentes de 12 a 18 años

En este periodo los adolescentes se caracterizan por tener dentro de sí un torrente de emociones y sentimientos que fluyen constantemente buscando definir su identidad y personalidad, los replanteos, cuestionamientos, enfrentamientos, ambivalencias, florecen mientras transitan un camino que va desde la niñez a la adultez.

Es un desafío para el monitor de ajedrez, intentar ser una represa de contención, hacer que reflexionen, que piensen, sosteniendo a su vez límites que el adolescente seguramente intentara saltar y dando certezas en este periodo donde la incertidumbre pareciera apoderarse de ellos.

También realizan una transición a nivel estructura del pensamiento desde el pensamiento concreto hacia las operaciones lógico-formales, reemplazando así los objetos por ideas, generalmente aplican las operaciones lógicas a diversos problemas que en el tablero podamos plantearles, antes de que puedan aplicarla en sus dilemas personales.

Les gusta que el monitor le indique problemas de mates, acertijos en diferentes situaciones o que digan que jugada es la siguiente en partidas de grandes maestros ya que a ellos desean los desafíos, las clases deberían ser dinámicas y matizadas con torneos rápidos donde puedan sentirse que la autoestima se eleva ya que en este periodo fluctúa , aunque son muy críticos, sería importante que el monitor colabore con la estimulación de los logros positivos, porque les es difícil sentirse bien consigo, debido a la movilización interna presente.

Ya pueden pensar en abstracto, no es necesario que movilicen las piezas para resolver una situación, pueden visualizar varias jugadas adelante con solo mirar el tablero, se sienten cómodos formulando definiciones, elaborando conceptos, utilizan el pensamiento hipotético deductivo, comprobando el valor de cada hipótesis trazada, es decir que puede valorar las distintas posibles soluciones a un problema, desarrollan la capacidad crítica al relacionar realidades concretas con reglas abstractas, podrá reflexionar sobre ciertas realidades posibles, razonar a partir de principios conocidos, considerar distintas opiniones. Pero, debemos recordar que el pensamiento está impregnado por la presencia de aspectos emocionales interfiriendo muchas veces en la capacidad de pensar con mayor complejidad. Y tener presente que muchas veces son muy diferentes entre sí, ya que como decía J.Piaget: “El adolescente construye sus propias formas basándose en su propio nivel de maduración y en sus experiencias reales”. El monitor de ajedrez debe tener la suficiente flexibilidad para poder comprenderlos, guiarlos y a su vez mantener un lugar de firmeza donde ellos se sientan contenidos para que el aprendizaje sea posible.

Enseñar ajedrez a adultos

En la enseñanza del ajedrez a los adultos debemos considerar varios aspectos, ya que en esta etapa se muestran generalmente más estables emocionalmente, con un predominio del pensamiento hipotético deductivo, y con algunos hábitos más desarrollados como el de la toma de decisiones, una mayor búsqueda de recursos ante determinadas situaciones y si consideramos la autoestima, veremos que cuanto más alta, habrá mayor capacidad de adaptación a los temas nuevos que el monitor imparta, ya que le resultara más fácil comprender posiciones, ideas y como encaminar las posibilidades que se puedan presentar en el tablero, en cambio si la autoestima es baja y le sumamos que ya concurren con aprendizajes previos más difícil será que logren cambios, por lo que el monitor debería considerar el guiarlos lentamente, respetando sus tiempos y fundamentando lógicamente los temas nuevos.

El aprendiz adulto a diferencia de otras etapas previas ven la partida como un dialogo, en donde el énfasis esta puesto en los puntos de vista y como lograr los objetivos incluyendo a un otro que también tiene argumentos con lo cual intentara evitar que desarrolle las ideas. También debemos considerar que cuando concurren a las clases de ajedrez, pueden llegar cansados de sus tareas laborales por lo que se puede inferir que la atención en determinados horarios sea más lábil, necesitando ser aun mas estimulados por el profesor, impartiendo una enseñanza más participativa, que potencien su capacidad lógica y no imponerles conocimientos de forma que se hallen pasivos frente a la información, por lo tanto las clases deberán ser interactivas.

Generalmente las necesidades muchas veces del adulto con respecto al ajedrez son diferentes, ya que no se basan solo en lo competitivo, sino también en el conocimiento, por tanto se trabaja de una manera distinta, les agrada la historia del ajedrez y sus ideas, las anécdotas de los grandes ajedrecistas, ya que fundamentalmente, desean pasar momentos agradables, por lo tanto el monitor deberá matizar la abstracción que supone el conocimiento de las estructuras, pasando por los elementos de táctica que le permitan comprender de que manera pueden lograr primero objetivos simples para luego hacerlos más complejos, y finalmente puedan lograr un conocimiento más sólido y universal del ajedrez, sin olvidar el placer que brinda jugar al finalizar la clase alguna partida entre ellos.

Las aperturas y defensas que se enseñen deben tener, un denominador común, donde sea prioritario el razonamiento lógico, y cuidando en la complejidad de las mismas la etapa evolutiva ajedrecística que lleve el grupo y así saber a quién está dirigida la enseñanza, sin entrar en variantes muy complejas y concretas, debemos recordar que el adulto dispone de menos tiempo para dedicarle a su “pasatiempo o afición” en la que está colocado el ajedrez. Cuando compita, necesita conocer una vez finalizada la partida de una manera lógica en donde estuvo su error, de esta manera esperará con ganas una nueva oportunidad.

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