Obra de los pasajes

Traducción española de Juan Barja

Mientras Aragon queda sujeto al dominio del sueño, lo que aquí ha de hallarse es la constelación del despertar. Mientras que se mantiene, en Aragon, siempre un elemento impresionista –a saber, la ‘mitología’–, aquí ha de disolverse, justamente, dentro del espacio de la historia. Algo que sólo puede suceder despertando un saber que aún no es consciente de lo sido.

Obra de los pasajes, N 1, 9

---------

Desarrollar el arte de citar sin comillas hasta alcanzar el máximo nivel. La teoría [...] coincidirá con el montaje.

Obra de los pasajes, N 1, 10

---------

Lo que hay que mostrar no es el origen económico de la cultura, sino el efecto de la economía en la cultura.

Obra de los pasajes, N 1 a, 6

---------

Método [...]: montaje literario. [...] Nada que decir. Sólo mostrar. No hurtar ahí nada valioso, ni hacerse con las ideas más agudas. Pero los harapos, los desechos, eso no es lo que hay que inventariar, sino dejar que alcancen su derecho de la única forma en que es posible: a saber, empleándolos.

Obra de los pasajes, N 1 a, 8

---------

Contemplar como uno de los planteamientos metódicos el que es propio de aquel materialismo histórico que, justamente en sí, ha aniquilado la idea de progreso. Pues justo aquí el materialismo histórico tiene sin duda todos los motivos para diferenciarse estrictamente de la forma burguesa de pensar. Su concepto principal no es el progreso, sino que es la actualización.

Obra de los pasajes, N 2, 2

---------

La ‘comprensión’ histórica ha de captarse, en lo fundamental, en calidad de supervivencia, precisamente, de lo comprendido.

Obra de los pasajes, N 2, 3

---------

Buscar la superación de los conceptos de ‘progreso’ y ‘período de decadencia’. Son las dos caras de una misma cosa.

Obra de los pasajes, N 2, 5

---------

Retomar en la historia lo que es el principio del montaje. Erigir las grandes construcciones con los más pequeños elementos, confeccionados con perfil seco y cortante, para descubrir en el análisis del pequeño momento singular el cristal del total acontecer. Provocar de este modo la ruptura con el naturalismo histórico vulgar. Comenzar a captar la construcción de la propia historia en cuanto tal, haciendo de la estructura comentario.

Obra de los pasajes, N 2, 6

---------

La naturaleza no se afirma en la dialéctica como presente-y-viva desde siempre. Antes bien, la dialéctica se detiene en la imagen y cita al mito en la historia más reciente como aquello-pasado-inmemorial: naturaleza como prehistoria. Por eso las imágenes, que, al modo de la imagen interior, llevan la dialéctica y el mito hacia una completa indiferencia, son en sí ‘fósiles antediluvianos’. Se pueden llamar imágenes dialécticas –si utilizamos la expresión de Benjamin–, cuya potente definición de alegoría vale, para la intención alegórica de Kierkegaard, como figura propia de la dialéctica histórica de una parte y la naturaleza mítica de otra. En consecuencia, «en la alegoría, la facies hipocrática de la historia será, a los ojos del observador, petrificado paisaje originario».

Theodor Wiesengrund-Adorno. Kierkegaard, Tubinga 1933, p. 60. Cit. en Obra de los pasajes, N 2, 7

---------

El momento prehistórico del pasado –a consecuencia y condicionamiento de la técnica– ya no queda encubierto por la tradición de la iglesia y la familia. El viejo estremecer de lo prehistórico se infiltra en el entorno de nuestros padres, por cuanto ya no estamos ligados a él por la tradición. Eso que son los mundos perceptivos se descompone cada vez más rápido, y así lo que en ellos hay de mítico viene a mostrarse cada vez más rápido y cada vez de forma más brutal; y así también más rápidamente se hace enteramente necesario erigir un mundo perceptivo por completo distinto, que se contrapone al precedente. Así sin duda es como aparece, bajo el punto de vista de la actual prehistoria, el tempo acelerado de la técnica.

Obra de los pasajes, N 2 a, 2

---------

Sin duda que no es que lo pasado venga a volcar su luz en lo presente, o lo presente sobre lo pasado, sino que la imagen es aquello en la cual lo sido se une como un relámpago al ahora para formar una constelación. Dicho en otras palabras: imagen es la dialéctica en suspenso. Pues así como la relación del presente respecto del pasado es puramente continua, temporal, la de lo sido respecto del ahora es en cambio dialéctica: no es curso, es imagen, y se produce en discontinuidad.

Obra de los pasajes, N 2 a, 3

---------

Pues el índice histórico de las imágenes no nos dice tan sólo su pertenencia a un tiempo bien concreto; nos dice, sobre todo, que tan sólo en un tiempo bien concreto vienen a un punto de legibilidad. Y ese ‘venir a legibilidad’ es un punto crítico concreto del movimiento dado en su interior. Porque todo presente se concreta por las imágenes que le son sincrónicas: y es que todo ahora es el ahora de una concreta cognoscibilidad. Ahí, en ese ahora, la verdad aparece en tensión, hasta estallar: cargada de tiempo.

Obra de los pasajes, N 3, 1

---------

Es imprescindible hoy apartarse del concepto de ‘verdad intemporal’. Mas la verdad no es –como cree el marxismo–, sóla y únicamente, una función temporal del conocer, sino que está ligada a lo que es un núcleo temporal, que se halla inmerso, de modo simultáneo, en quien conoce y en lo que se conoce.

Obra de los pasajes, N 3, 2

---------

¿Deberá ser el despertar la síntesis entre la tesis de la conciencia onírica y la antítesis de la conciencia en la vigilia? Así, el momento del despertar sería idéntico con el ‘ahora del reconocer’, aquel en que las cosas nos ofrecen su rostro verdadero –surrealista–. En el caso de Proust, lo relevante es introducir la vida entera en ese grado máximo, dialéctico, que se da en su punto de fractura: estrictamente, en el despertar.

Obra de los pasajes, N 3 a, 3

---------

En la imagen dialéctica, lo que fue en una época concreta es, al tiempo, «lo-sido-desde-siempre». Cierto que en consecuencia, a cada vez, sólo se hace visible a ojos de una época totalmente concreta: a saber, esa misma en que la humanidad, tras haberse frotado bien los ojos, viene a reconocer exactamente esa imagen del sueño como tal. Y así el historiador, en ese instante, da inicio con ella a la tarea de interpretación de los sueños.

Obra de los pasajes, N 4, 1

---------

Utilizar los distintos elementos que componen el sueño al despertar es, como tal, el canon de la dialéctica. Es un modelo para el pensador y es vinculante para el historiador.

Obra de los pasajes, N 4, 4

---------

En lo que concierne [...], por poner un ejemplo, a la epopeya [...] pronto se ve que algunas expresiones importantes del arte no resultan posibles si no es en un grado muy escasamente desarrollado de la evolución artística. Y si eso es cierto en las relaciones entre las distintas especies del arte dentro de lo que es su dominio específico, resulta mucho menos sorprendente que sea el caso de las relaciones entre todo el conjunto del dominio del arte y el desarrollo de la sociedad.

Karl Marx, recogido en Max Raphael, Proudhon, Marx, Picasso, París 1933, p. 160. Cit. en Obra de los pasajes, N 4 a, 1

---------

En cuanto muere su valor de uso las cosas alienadas se vacían, asumiendo después en ese hueco lo que son unos nuevos significados cifrados. La subjetividad se hace con ellas, cargándolas de impulsos de deseo y de miedo. Reapareciendo así las cosas muertas en tanto imágenes de impulsos subjetivos, aquéllas se nos muestran desvanecidas en lo inmemorial y, por lo tanto, eternas. Las imágenes dialécticas son constelaciones que se forman entre aquellas cosas alienadas y los nuevos significados asumidos, interrumpidas de pronto en el instante de la indiferencia entre su muerte y su significación.

Obra de los pasajes, N 5, 2

---------

Nuestro lema [...]: reforma de conciencia; no desde dogmas, sino desde el análisis de la conciencia mística y oscura para su propia autocomprensión, por más que ella misma se presente como política o como religiosa. Y así será fácil constatar que el mundo sueña desde hace mucho tiempo el sueño de una cosa de la que habría de tomar conciencia para al fin tomarla realmente.

Karl Marx. Der historische materialismus. Die Frühschriften, (text. cit. de 1843), ed. de Landshut y Mayer, vol. I, Leipzig, 1932, pp. 226-7. Cit. en Obra de los pasajes, N 5 a, 1

---------

Al materialista histórico le es imprescindible distinguir la construcción de un contenido histórico de eso que, normalmente, se acostumbra llamar ‘reconstrucción’. La ‘reconstrucción’ en la empatía es sólo unívoca. ‘Construcción’ presupone ‘destrucción’.

Obra de los pasajes, N 7, 6

---------

Cualquier posible contenido histórico, una vez expuesto de modo dialéctico, se polariza y crea un campo de fuerzas donde se juega la contraposición entre lo que es su historia previa y lo que es su historia posterior. Con ello se transforma en tanto en cuanto la actualidad actúa en su interior. Así se polariza el hecho histórico, siempre de nuevo y no del mismo modo, entre historia posterior. Y esto es algo que hace en lo externo a sí mismo, cual trazando una línea, en la actualidad en cuanto tal.

Obra de los pasajes, N 7 a, 1

---------

Caracteriza el método científico su desarrollar métodos nuevos al encaminarse a objetos nuevos. En el caso del arte pasa justo lo mismo con la forma, que se distingue por desarrollar lo que van a ser las nuevas formas en su camino a nuevos contenidos. Y esto por cuanto sólo desde fuera una determinada obra de arte tiene una sola forma y un tratado tiene un solo método.

Obra de los pasajes, N 9, 2

---------

Para el concepto de ‘salvación’: el viento del Absoluto en las velas del concepto. (El principio del viento es lo cíclico. La posición de las velas es lo relativo).

Obra de los pasajes, N 9, 3

---------

Lo característico de la experiencia dialéctica: destruir la apariencia de lo siempre-igual, –destruir incluso la repetición–, en el seno mismo de la historia.

Obra de los pasajes, N 9, 5

---------

Lo que importa en el caso del dialéctico: llevar en las velas el viento de la Historia Universal. Pensar es, para él, poner la vela. El cómo sea puesta es lo importante. Porque las palabras son sus velas. El cómo sean puestas las convierte en conceptos.

Obra de los pasajes, N 9, 6

---------