sirenas

Pues el mundo del mito […] es mucho más joven que el de Kafka, frente al cual el mito había prometido redención. Sólo sabemos esto: Kafka nunca atendió la tentación del mito. Como siendo otro Ulises [en su narración de Las sirenas], la dejó resbalar «por sus miradas, dirigidas a la lejanía; y las sirenas desaparecieron confrontadas a su resolución; y cuando estaba más cercano a ellas, él ya no sabía nada de ellas».

Franz Kafka

Obras II, 2, p. 16

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Un arma aún más terrible que el canto de las sirenas: su silencio.

Franz Kafka

Franz Kafka, Beim Bau der chineschisen Mauer. Erzählungen, Berlín, 1931, p. 39. Cit. en Obras II, 2, p. 16

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