sorpresa

La masa no desea que la ‘instruyan’, y así sólo puede recibir y acoger el conocimiento con el pequeño shock que, al producirse, enclava lo vivido en su interior. Su formación es una serie de catástrofes que la van sorprendiendo [como] en la oscura tienda de una feria.

La gran feria de la alimentación

Obras, IV, I, p. 485.

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La auténtica exposición es la que impide el entregarse a la contemplación. Para integrar en la exposición al visitante […], lo óptico es preciso contenerlo. Pero, además, una visión en la que falte el momento de sorpresa es algo que embrutece. Lo que vemos no puede ser lo mismo –ni tampoco lo mismo más o menos– que lo que diría un pie de foto. Y siempre ha de ofrecernos algo nuevo, una especial forma de evidencia de las que no se obtienen con palabras.

Entrada con flores

Obras, IV, I, p. 518.

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