burguesÃa
La gran Revolución francesa comenzó con la triunfal proclamación de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano; pero ese derecho, –proclamado para toda la humanidad– no era realmente sino sólo un derecho de clase para aquello que era el ciudadano como código de la burguesía (a saber, el Código Civil). Ese Código de Napoleón, formulación en abreviatura de la naturaleza, real e histórica, de la gran Revolución francesa, revolución burguesa como tal. Proclamado derecho natural como el del ciudadano –el propietario–, como derecho innato estrictamente”. “La burguesía se representa la revolución burguesa, más o menos, como ‘un señor de traje oscuro’ que, bajo el nombre de ‘revolución’, realiza un ‘milagro’ al poner en práctica los principios del derecho natural y al derribar, al mismo tiempo, a los odiados señores feudales, instaurando así la libertad y la garantía de la libertad de la propiedad privada. Si además se producen algunas tensiones, es decir, los calificados como “males de la revolución”, “el terror” y las ejecuciones –unas que ni siquiera se detienen ante la sagrada persona del rey–, constituyen casos desgraciados que habrá que olvidar a toda prisa o, incluso, negarlos, borrarlos del todo de los libros de historia–
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
Hay una revuelta cada día. Los estudiantes, hijos de burgueses, confraternizan con los trabajadores, y los obreros creen por su parte que ha llegado el momento. Hasta creen contar con el apoyo de los alumnos de la Politécnica
Quand j’étais photographe
El Código civil no ha creado la sociedad burguesa contemporánea. La sociedad burguesa, al contrario, encuentra expresión jurídica en ese código. Tan pronto como deje de corresponder a las relaciones sociales imperantes, se transformará, pura y simplemente, en un mero pedazo de papel
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
Conmemorando el día de la mujer, las mujeres organizadas se manifiestan en contra de su falta de derechos. Pero dicen algunos: ¿por qué ha de haber tal separación?; ¿por qué ha de haber un día de la mujer, panfletos especiales para trabajadoras, conferencias y mítines?; ¿no es una concesión a las feministas y sufragistas burguesas? Solamente aquellos que no entiendan la radical diferencia que se da entre el movimiento de mujeres socialistas y las sufragistas burguesas pueden argumentar de esa manera. En efecto, ¿cuál es el objetivo de las feministas burguesas? Conseguir las mismas ventajas, el mismo poder y los mismos derechos en la sociedad capitalista que ahora poseen sus maridos, y sus padres y hermanos. Pero, ¿cuál es en cambio el objetivo para las obreras socialistas? Abolir todo tipo de privilegios que deriven del nacimiento o la riqueza. A la mujer obrera nada importa si su patrón es hombre o es mujer. […] El día de la mujer es un eslabón en la larga y sólida cadena de la mujer en el movimiento obrero
DÃa de la mujer
En el marco institucional […] la burguesía, dada su insuficiente potencia económica, no pudiendo imponer en consecuencia relaciones sociales coherentes que garanticen su dominio como clase, elige la solución que le resulta más fácil, a saber, el partido único. […] Así, no crea un Estado que asegure y ampare al ciudadano, sino uno que lo persigue, que lo inquieta. Ese Estado que, en su discreción, debía desarmar y dar confianza, se impone espectacularmente, se exhibe, arrolla, brutaliza, haciendo saber al ciudadano que se encuentra en peligro permanente. El partido único es la forma moderna de la dictadura burguesa sin máscara, sin escrúpulos y sin disfraz. […] En algunas regiones, el partido se organiza como un gang, donde el tipo más duro pasa a asumir la dirección. […] Para ocultar ese marasmo y enmascarar esa regresión, para asegurarse y ofrecer un pretexto del que enorgullecerse, la burguesía no tiene otro recurso que levantar en la capital unas cuantas grandiosas construcciones y realizar gastos de prestigio. Así, la burguesía nacional vuelve crecientemente las espaldas a la realidad del interior, a las realidades del país, y se inclina hacia la metrópoli, a los capitalistas extranjeros que se aseguran sus servicios. Como no comparte sus beneficios con el pueblo y no le deja disfrutar de las prebendas que entonces le otorgan las grandes compañías extranjeras, pronto descubre la necesidad de contar con un líder popular al que le toca hacer el doble esfuerzo de estabilizar el nuevo régimen y perpetuar a la burguesía en su dominio. La dictadura burguesa de los países subdesarrollados funda toda su fuerza y solidez en la existencia de un líder, […] uno a cuyo abrigo y protección la burguesía de la joven nación de inmediato procede a enriquecerse. […] Así los circuitos económicos de ese joven Estado se deslizan de modo irreversible en la estructura neocolonialista La economía nacional, que antes se encontraba protegida, ahora es literalmente dirigida, y el presupuesto es alimentado por donaciones y préstamos continuos
Les Damnés de la terre