El legislativo, en su prudencia cuando se ejerce en calma y libremente, se asemeja a un gran río majestuoso que va haciendo avanzar, siempre pacífico, el caudal de sus aguas a través de los valles que fecunda. Mientras que el poder ejecutivo, abandonado en manos de uno solo, se asemeja a un torrente aterrador que, tras haber partido de su fuente, se oculta debajo de la tierra para mostrarse luego desbordando fieramente su lecho y amontonar sus olas con estruendo y derribar así cuanto se oponga a su curso brutal e impetuoso. De ahí vienen los males espantosos que provoca esa forma de gobierno desde hace tanto a la humanidad
J -P. Marat
Les Chaînes de l’esclavage
Si los hombres, en estado natural, nacen todos iguales en derecho, de hecho en cambio no nacen iguales, dado que la fuerza y el instinto, que también vienen por naturaleza, establecen entre ellos una gran desigualdad de suerte, pese a la igualdad en los derechos; mas su reunión y sus instituciones no pueden tener otro objetivo que mantener de hecho esa igualdad en el derecho, protegiendo al débil de la opresión del fuerte, y sometiendo así la industria de unos a la común utilidad de todos. El error más funesto y más cruel en que ha caído la Constituyente, al igual que la Legislativa y, por fin, que la Convención, al seguir en esto servilmente a los legisladores diferentes que las han precedido, es no haber señalado límites al derecho de propiedad y abandonar al pueblo a las especulaciones ávidas del rico
G. Babeuf
Manifeste des plébeiens