nombre

Pero ¿qué hilera de árboles, si ni siquiera hay árboles?
La hilera, y los árboles, en plural, no son cosas, son nombres.
¡Tristes almas humanas, que todo lo ordenan,
y que trazan sus líneas entre cosa y cosa,
que colocan letreros con sus nombres encima de unos

[árboles totalmente reales,

Alberto Caeiro
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1

«El guardador de rebaños», XLV, vss. 2-6, p. 143


SENSUALISMO / SENSACIÓN
---------

¿Es que acaso una flor tiene belleza?
¿La tiene acaso un fruto?
No: tienen color y forma
y apenas existencia.
La belleza es el nombre de algo que no existe
que yo doy a las cosas a cambio del agrado que me dan.
No significa nada.

Alberto Caeiro
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1

«El guardador de rebaños», XXVI, vss. 6-9, p. 101


SENSUALISMO / SENSACIÓN
---------

Solamente es divina la Naturaleza, pero ella no es divina...
Si a veces hablo de ella como si fuera un ser
es porque al hablar de ella he de valerme del lenguaje de los

[hombres

que atribuye a las cosas personalidad,
y que a las cosas les impone nombre.

Alberto Caeiro
Poesía I. Los poemas de Alberto Caeiro 1

«El guardador de rebaños», XXVII, vss. 1-5, p. 103


PANTEÍSMO
---------

Por eso no hay ventaja en dar nombres errados a las cosas,
ni siquiera en darles ningún nombre.

---------

Canto en mi verso a los trenes, canto a los automóviles, canto a

[los vapores,

pero es que en mi verso, por más que lo ice, sólo hay ritmos e

[ideas,

no hay hierro, acero o ruedas, no hay maderas ni cuerdas,
ni la realidad de cualquier piedra callejera y nula;
la de aquella piedra que, casualmente, nadie mira al pisar,
pero puede mirarse y ser pisada, y tomarse en la mano,
y mis versos en cambio sólo son como ideas, como ideas que

[pueden no ser comprendidas.

Lo que quiero no es cantar al hierro: es el hierro.
Lo que pienso es dar sólo la idea de acero –pero no es

[el acero–.

Lo que más me enfurece en la emoción de la inteligencia
es el no poder cambiar mi ritmo, ese ritmo que imita al agua

[que canta,

por lo que es el real frescor del agua tocando mis manos,
el sonido visible de ese río, ése en el que puedo entrar y

[mojarme,

que puede dejar mi traje chorreando,
donde podría ahogarme, si quisiera,
que tiene la natural divinidad de estar ahí sin literatura.
¡Mierda! ¡Mil veces mierda a todo lo que yo no puedo hacer!
¿Qué todo, Walt –me oyes–?, ¿qué es todo, qué es todo?
¡Y que mil rayos partan la falta que nos hace no ser Dios
para escribir poemas al Universo y a la Realidad por nuestra

[carne,

tener ideas-cosas, pensamiento Infinito!
Para lograr tener estrellas reales en el interior de mi

[ser-pensamiento,

nombres-números ya en los confines de la gran reina

[emoción-la-Tierra.


¡Futilidad, irrealidad, […] estática de todo arte,
condena del artista a no vivir!

¡Oh quién nos diera, Walt,
esa tercera cosa que es la media entre el arte y la vida,

---------