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SUR, la escuela viva que apuesta por el artista total

David Sánchez Usanos • Gonzalo Velasco Arias • Valerio Rocco Lozano • Elena Córdoba • Lucía Jalón • Victoria Herreros (Vicky) • Fidel Moreno • Daniel Gómez-Valcárcel
Fotografía MIGUEL BALBUENA

SUR constituye un nuevo concepto de escuela de profesiones artísticas. Con un programa de dos años, ha sido fundada por el Círculo de Bellas Artes y La Fábrica y cuenta con el apoyo de Acciona como empresa asociada. En su currículo se fusionan disciplinas clásicas con otras que no lo son tanto, y la barrera entre teoría y práctica se diluye para ofrecer una formación artística sólida, transversal y multidisciplinar. Algunos de los profesores de la escuela mantuvieron una conversación para Minerva, en la que exploran la importancia de una propuesta educativa que, en contra de la especificidad imperante, reivindica un conocimiento general, abierto e inestable, una actitud despierta y una mirada consciente y crítica. En suma, «una manera artística de estar en el mundo».

LA CAJA DE HERRAMIENTAS Y EL ESPEJO

Daniel:

Cuando tenemos que presentar SUR, argumentamos que la escuela ofrece a nuestros alumnos una caja de herramientas y un espejo. La primera está llena de una gran variedad de técnicas artísticas y profesionales, conceptos y argumentos. El segundo nos permite identificarnos: saber quiénes somos y cómo estamos ubicados en un proceso cultural e histórico. ¿Estáis de acuerdo? 

Valerio:

Creo que lo que vertebra a SUR es la combinación entre teoría y práctica en la medida en que todo artista debe manejar una serie de recursos, que no son meramente prácticos y artísticos, sino también conceptuales y de la propia Historia del Arte. Solo se puede ser verdaderamente original y creativo, si se conoce, se ama y se traiciona una tradición. Creo que ser tradicional e insertarse en una tradición, implica traicionarla y modificarla. 

David:

Lo primero que cuestionamos es la división entre teoría y práctica. La noción de teoría es puramente instrumental. Intentamos ofrecer un mapa para ver dónde estamos y qué problemas nos parecen interesantes con la idea de que surja una «mirada» para traicionar las coordenadas de ese mapa o reivindicarlo de otra manera, para que cada uno decida si hacerlo volar por los aires o no. Es fundamental apartar la idea de que teoría va por un lado y práctica por otro.

UNA MIRADA QUE CUESTIONA

Daniel:

Un mapa, ¿solo de referencias?

David:

Hablamos de consumidores de arte. Exige que tomen distancia y cuestionen el mundo en el que están inmersos. Trabajamos para que aprendan a hacerlo, a medir y poner en cuestión lo que les viene dado, a plantearse que pueden ser de otra manera; que tienen un origen histórico, pero que no tienen por qué ser siempre así, aunque a veces a uno le puedan parecer bien. 

Lo importante es mirar de otra manera, saber desvelar qué puede ser una cárcel o un palacio.

Lucía:

Entendemos nuestra función como una invitación a problematizar referencias, pero no solo por lo que han producido sino por sus formas de hacer, dando herramientas para comprender mejor el territorio en el que estamos. La creación artística no es renuente al conocimiento. Al contrario, eso se hace a través de conocimiento: el artista debe saber cómo están organizadas las cosas, cómo puede jugar con ellas, ponerlas a su disposición y hacer que jueguen a su favor. 

Vicky:

Eso me sugiere la palabra «descubrimiento», que tiene que ver con esa nueva mirada de la que habláis, con releer teorías y tradiciones, conceptos de ayer y hoy. Pero tampoco hay que olvidar el diálogo que se establece entre las distintas disciplinas y el que surge entre los alumnos entre sí y entre ellos y nosotros. 

Gonzalo:

Parece mentira, pero hay un modelo de creatividad que todavía tiene vigencia: la idea del artista genial que crea en su soledad y a partir de una especial capacidad personal. Vivimos en un mundo en el que, por un lado la fusión del liberalismo político, jurídico, el romanticismo y la pasión por la expresividad y la búsqueda de la autenticidad y, por otro, la explosión de la cultura popular y el afán de diferenciarnos y hacer una estética de la propia existencia, hacen que seamos individualistas en el campo expresivo y busquemos en nuestras propias capacidades y disposiciones personales aquello que queremos aportar.

Y en realidad es necesaria la mediación, pasar por otros filtros, comprender que uno no crea solo, sino que estamos instalados en un lenguaje y un aparato cultural. Y que si uno no piensa ni reflexiona sobre ello es cuando más vulgar es, porque está condenado a reiterar y recrear aquello en lo que se ha formado, educado y aculturado, sin problematizar. Por ello tratamos de impulsar el ejercicio de un distanciamiento reflexivo mediante la práctica. 

FRENTE A LO ESPECÍFICO, LO TOTAL

Fidel:

Es un momento en el que la fusión de las artes ya se da de hecho, venimos de una concepción artística de muchos departamentos estancos en los que las artes están muy separadas. Uno de los reclamos es «artistas totales»; podemos reírnos de él en cuanto a su pretenciosidad, pero hay una base de verdad. En un momento en el que el soporte de referencia es digital, donde es posible que se unan distintos lenguajes que durante siglos han estado separados –palabra, imagen, vídeo, sonido…–, de pronto una persona de hoy tiene que tener un conocimiento apasionado sobre las distintas disciplinas porque se va a ver obligado a utilizarlas. Se trata de dar respuesta a esa necesidad de formar gente con una visión amplia, tanto teórica como práctica, para adaptarse a la bastardía de los tiempos. 

David:

Hay que destacar la labor destructiva de la escuela y lo fecunda que es. Por una parte, tratamos de explicar la utilidad de acabar con cierta superstición y mitología en torno a la idea de artista, de genio. Por mi parte, procuro destruirlo en cada una de mis clases, pero sin renunciar a la especificidad, si esta se concibe como una invitación a escuchar y a aprender, aunque creas que ya sabes. Los alumnos pasan por distintos talleres y, aunque a lo mejor a priori no les interesen algunos, romper esas barreras desde esa especificidad es muy interesante. Otro aspecto destructivo es el de incorporar al discurso artístico y al concepto de arte cosas que no siempre estaban ahí. Celebro que se pueda hablar de narrativa, literatura, sonido, mapas, música contemporánea, popular… dentro de este discurso. El tipo que baila, no solo baila y va a ver bailes, también lee, va al cine, juega a videojuegos… 

Vicky:

Esa visión multidisciplinar además, no nos pertenece solo a los profesores, sino a los propios alumnos, porque esa mezcla, riqueza y fusión enorme que encontramos, viene también de ellos, que son muy inquietos y han tocado muchos palos. De ese diálogo aprendemos y nos enriquecemos todos. 

Gonzalo:

Es curioso ver el contraste que se plantea con cómo es el aprendizaje en los grados y las carreras universitarias, donde se enseñan primero los rudimentos con una estructura muy arquitectónica: primero gramática, después lingüística del mensaje audiovisual, etc. Elementos que juntándolos al final de un programa de estudios de cuatro años debe permitir acceder a la obra en su conjunto y a comprenderla. Aquí los profesores nos basamos mucho en la comprensión que los alumnos tienen de las obras. Ellos ya comprenden y es, a partir de esa comprensión, donde se desgranan estrategias interpretativas y las formas de analizar y estudiar el mensaje artístico, sin que sea necesario partir de los ladrillos aislados e individuales que se van uniendo hasta componer el conjunto. Lo que pasa es que es necesario estudiar, trabajar y practicar para descubrir las diferentes maneras de potenciar esa comprensión y esa actuación. 

Valerio:

Ese sentido tiene el lema de la campaña de este año en SUR: «Empieza por todo». No un todo de combinación de todas las prácticas artísticas, sino un todo en el sentido de comprender y ver ese contexto más global, amplio, en el que nacen las obras de arte, que son fruto de complejas mediaciones y de la intervención de una serie de factores económicos, materiales y sociales, que muchas veces explican y ayudan a comprender determinadas formas de arte. Pero además, es total en el sentido de que intentamos dar a los estudiantes estrategias de comprensión y justificación de su propia obra para tener un discurso conceptualmente rico, preciso y articulado, sobre ella, y sobre las relaciones que esta mantiene con el panorama cultural y artístico, y con la tradición.
 

LA POÉTICA DE ESTAR PERDIDO Y CÓMODO A LA VEZ

Lucía:

Además, se les dan esas herramientas para aprender a justificar e interpretar su propia práctica, pero otra vez se les invita también a desorientarse a cuestionar ese «desaprendizaje». A decir «oye, esto que tenía aprendido no era así» o «voy a problematizar y poner en cuestión esta interpretación». 

Daniel:

Sí, en esta escuela los sistemas de coordenadas que permiten al espectador ubicar el objeto observado cambian constantemente. 

Elena:

Esa es la gran herramienta de SUR: hacerte mirar un mismo hecho a través de muchos ojos, de muchas disciplinas; automáticamente aparecen otros códigos. Lo importante es el cambio de mirada sobre la materia. Un cambio constantemente teórico, pero en los talleres es donde vamos desviando las percepciones, los focos de atención y la naturaleza de esas materias. La inmovilidad es imposible. 

Vicky:

Es muy bonito que, gracias a esta «mirada» nueva y esta «desorientación», los propios alumnos se perciban de otra manera diferente a como lo hacían cuando llegaron. Ese «aprender a estar cómodo cuando se está desorientado», y que el objetivo sea perderse. Es ese proceso lo que más nos interesa.

Fidel:

Es inevitable que se haga no solo desde el ámbito teórico, sino también desde el práctico. La creación es un ejercicio de humildad. No es solo tener conciencia teórica de lo que uno hace, sino poner en suspenso las ideas preconcebidas acerca de la creación. Pongo el acento en perder el miedo a estar perdido, porque me molestan mucho los artistas que saben de sobra lo que hacen y que tienen una excesiva conciencia teórica. Ha habido una gran preocupación por justificar lo que se hace para adecuarlo a un lenguaje comprensible a cualquiera, pero a medida que se hace, se está matando la obra en cuanto a capacidad de sugerencia. Se trata de tener una conciencia teórica, pero de poner en crisis lo que uno hace. Por decirlo con Bakunin: la destrucción es una pasión creativa.

Daniel:

Flotan aquí dos nociones de teoría. La que tú comentas ahora, Fidel, se referiría a conjuntos de reglas que indican un camino o estructuras reconocibles, pero creo que cuando hablamos en SUR de teoría y de la falsa separación entre teoría y práctica, hablamos de desvelar el conjunto de tensiones que hacen que emerja un hecho artístico determinado en un momento concreto: hacer visible lo invisible, en palabras de Bourriaud. Creo que nosotros tratamos de fomentar más esta noción.

Valerio:

Volviendo a la conciencia teórica de algunos artistas, me gustaría aclarar que el concepto es un recurso más. De hecho, una de nuestras asignaturas teóricas se llama «Recursos», y estos son conceptos (estructura, forma, autor, público...) que sirven no tanto para comprender y arrojar una luz teórica del concepto aplicada al arte, como para problematizar, poner en tensión y ofrecer recursos para volver más compleja y rica la propia obra desde una perspectiva crítica alejada de las nociones cientificistas o estructurales. 

Gonzalo:

La noción de «teoría crítica» nos puede ser útil para explicar lo que hacemos. Hay una crítica «kantiana», que trata de estudiar los límites que no deberíamos traspasar –porque caeríamos en un falso conocimiento–. Pero, por otro lado, está la crítica por la que podemos percibir los límites que podemos transgredir, aunque hubiéramos pensado que no. Esta última es la idea de crítica que caracteriza a SUR.

La percepción de la historia de la cultura que hay en la escuela no reproduce una causalidad lineal, sino que estudia las supervivencias del pasado en nuestro tiempo presente, donde no se trata de entender qué sentido tenía una determinada creación artística en su momento histórico dado, sino el sentido de que todavía sobreviva, de que tenga una vida hoy; o la idea de que no haya una separación entre la teoría y la práctica. Aquí entendemos por quiasmo, la práctica donde se entiende la teoría y no hay una necesidad de pasarlo todo por la conciencia, sino también por el cuerpo. Todo esto implica una identidad de escuela.

AQUÍ Y AHORA

David:

Atendería también a lo especial que es la gente que está en SUR y me gustaría hablar de una escuela que constituye un espacio y un tiempo de acontecimientos cuyos resultados se desconocen aún; pero auguro que sucederán cosas interesantes. Nuestro discurso podría invitar a pensar en el alumno como una materia moldeable; pero no, ellos tienen vida propia. Efectúan conexiones cuando les da la gana y también nos devuelven cosas. Es un espacio y un tiempo de circulación con un grupo de gente que tiene una manera de ver las cosas muy interesante. 

Fidel:

Ellos están creando y no solo en la disciplina en la que ellos puedan ser más diestros. Lo que está viviendo aquí la mayor parte de los alumnos es como una gran aventura porque salen fuera de su zona de confort. Se generan una serie de inquietudes, turbulencias, perturbaciones, que producen una transformación en ellos mismos. Querría también reivindicar la utilidad de lo inútil. Hasta ahora, todo lo que era dedicarse al arte era una invitación a morirse de hambre. Sin embargo, mientras que la mayoría de estudios académicos buscan la especialización, apostar por una formación transdisciplinar tan rica y con tanta práctica, pero también con su visión teórica, hace que la gente esté más preparada para el mundo cambiante de hoy, en el que es absurdo apostar por la especialización. Es mucho mejor apostar por la flexibilidad mental, la capacidad para buscar soluciones imaginativas a una formación especializada que, en cuanto terminas, se ha quedado obsoleta.

Vicky:

Estoy de acuerdo y, la idea de profesionalizar el arte, que preocupa a todo creador, es mucho más fácil con tantas herramientas. 

Daniel:

Entre las que están las profesionales, además. No solo las disciplinares. 

Lucía:

Ese concepto instrumental de escuela como caja de herramientas no es tanto aprender una técnica, sino a navegar en todo ese marco, porque es cierto que esa dispersión puede colapsarte. Me hace gracia cómo los alumnos al principio tenían ese momento de «es que esto son muchísimas cosas», de sentirse abrumados, y, en cambio, ves cómo van desarrollándose esos instrumentos a lo largo del tiempo para detectar sus relaciones propias, cómo ciertas cosas riman unas con otras. Este viaje se convierte en un acto poético de cada uno, pero, además, con una dimensión compartida. 

Valerio:

Sobre todo cuando esa proliferación de intereses o de posibilidades expresivas no se hace de una manera autónoma, dispersa, sino que se hace en el marco de una estructura de un programa académico que tiene su lógica, su rigor y se hace acompañada de lo que es casi más importante: la experiencia humana de esa hibridación. Cuando se acompaña el programa de estudios bien armado con ese momento personal de intercambio y diálogo, ese carácter interdisciplinar o «total», cobra sentido y solidez.

David:

También puede tener un cierto aspecto de desafío al signo de los tiempos y una dimensión transformadora en un universo poético. Siento como si me hubieran dado un cheque en blanco para plantear, desde luego con trabajo y esfuerzo, cuestiones en la forma en que creemos que deben ser planteadas desde un punto de vista intelectual, sin burocracia asociada, sin tener que ceñirnos a un determinado ordenamiento. El tiempo lo pide, hablabas de la utilidad de lo inútil. Pero daría un paso más: tiene un punto de desafío a la sociedad y al mundo en que vivimos. Hasta ahora lo hemos leído únicamente en clave puramente artística, pero desde el punto de vista grupal-social, esto es un espacio que está fuera de control, para lo bueno y lo malo. Incluso para los alumnos puede ser una bomba de relojería interesante.

Fidel:

Aunque vivimos en una época individualista en la que todo el mundo se preocupa por su marca personal, ese mismo signo de los tiempos está hablando de lo contrario, de la necesidad de agruparnos. Hoy en día, aunque seguimos perturbados por la idea de esta ilusión del genio creador en su torre de marfil, sabemos que para llevar a cabo una carrera artística, tenemos que asociarnos constantemente con gente de otras disciplinas. Aquí, en una misma clase, hay arquitectos, bailaores, escritores… Pueden surgir muchas cosas. Tampoco vamos a esperar que salgan artistas que inunden la historia con sus obras, pero lo que sí tiene sentido es el «aquí y ahora», al margen del resultado.

David:

Pero en ese «aquí y ahora», aunque no es unívoco, podemos detectar una especie de discurso oficial del individualismo. Eso genera ciertas insatisfacciones y aquí me gustaría pensar que estamos planteando o institucionalizando esas insatisfacciones de un modo más riguroso.

Vicky:

Yo resumiría este aprendizaje como una manera de estar en el mundo del arte. Y, en general, en el mundo. Pero nosotros, como creadores, diferenciamos claramente ciertas maneras de estar en el mundo.

Elena:

Es en realidad un proyecto que se construye. También su diseño: un proyecto que está en movimiento. 

Valerio:

Aquí se nos dio ese cheque en blanco y nosotros lo utilizamos para escribir un programa, un discurso a seis manos y, a pesar de las diferencias de planteamiento, conceptuales, teóricas, también tenemos muchísimas cosas que nos unen. El resultado ha sido extremadamente fructífero, ante todo para nosotros mismos, porque esa posibilidad de integrar en una misma propuesta docente perspectivas tan distintas aplicadas a los mismos temas y a los mismos objetivos es algo que ningún otro lugar del mundo te permite y, no solo te lo permite sino que te lo obstaculiza.

David:

Es muy exigente, pero desde el punto de vista de la seriedad y el rigor, no lo encontramos en otro sitio. Tiene un carácter poético y algo casi revolucionario desde el punto de vista intelectual. No es tan fácil hacer estas cosas.

Lucía:

Se nota en el ambiente. Creo que cuando nos reunimos y nos encontramos en SUR hay un sentimiento de excitación fabuloso, porque verdaderamente sientes ese cheque en blanco.

Gonzalo:

Es significativo que lo que nos preguntamos los profesores, cuando nos encontramos por los pasillos, no es tanto «¿qué has dado hoy?» sino «¿qué ha pasado hoy en tu sesión, en tu espacio? ¿cómo se han comportado? ¿qué te has visto obligado a explicar a través de su reacción?» y, por lo tanto, «¿cuál es el acontecimiento que se ha producido cada día?» Esto es lo interesante, que hay una disposición en todos para que nos pasen cosas. 

UNA MANERA DE ESTAR

Fidel:

Me ha parecido muy interesante lo que ha dicho Vicky, esa idea de que aquí enseñamos una manera de estar. Estamos acostumbrados a estar en el mundo distraídos, a estar a merced de lo que nos sirven. Entonces, claro, el acto de pasar a la acción mediante la creación es muy significativo. No es enseñar a ser artista, sino a estar en el mundo de una manera artística, que tiene mucho más sentido que estar en el mundo estrictamente vinculado a lo político, a lo literario… en un sentido amplio, saber que el mundo está y que podemos transformarlo. 

Gonzalo:

Daría una palabra a esto: es ética. No en el sentido de reflexión sobre la moral y los códigos de conducta, sino como forma de estar en el mundo, tu disposición física y tu forma de estar. En tanto que escuela, SUR aporta un componente ético y existencial, una manera de ser y vivir, una forma de vida en relación con otros.

Lucía:

No es tanto que se enseñe esta forma de estar como de que la estamos construyendo de forma conjunta. Hay una especie de sujeto colectivo y sentir que somos muchos con distintas capacidades, pero esas formas de estar van ocurriendo y se van enriqueciendo y tienes ganas de ver cómo van a seguir y cómo van a crecer. 

Valerio:

En este sentido, cuando intervienen en SUR grandes personalidades del mundo de la cultura, la filosofía, la ciencia…, se nota que vienen a un caldo de cultivo especialmente fértil para que sus reflexiones y experiencias puedan ser contadas, porque ya se ha creado ese clima de hibridación y esas propuestas no llegan de una manera unilateral, sino que a cada uno le llegan desde múltiples prismas, como espejos, que a su vez son todas las disciplinas que están viendo. Aquí te das cuenta de que lo exprimen, utilizan, problematizan, critican… de una manera más rica.

Gonzalo:

Se empieza a ver ese espacio subversivo. Reciben la palabra, la aportación de la experiencia de personajes absolutamente consolidados, no con insolencia en el sentido de mala educación, pero sí en el sentido de que no se adaptan a la recepción que en principio se debería esperar de ese tipo de personajes. Viene Gamoneda aquí y no hay una cohorte de filólogos y estudiosos que han leído todas sus obras y que están al último artículo o apunte de hermenéutica, sino que tienen una pureza de mirada que viene de una desorientación previa, que a lo mejor viene de la experiencia en el taller de danza, y no del de poesía o narrativa, pero que le permite recibir lo que le aporta este gran personaje de un modo absolutamente distinto. 

VIVIR CON PASIÓN

Fidel:

Señalaría el carácter apasionado que tiene la experiencia de pasar por SUR. Estamos acostumbrados a que se dé una visión aburrida o represiva de lo que es la cultura, como «lo que hay que saber». Aquí, en la medida en que se combinan la teoría y la práctica de una manera tan híbrida, al final realmente recuperamos esa idea de la cultura como un campo de batalla, como algo que se vive y por lo que uno incluso esta dispuesto a «morir». Esos términos tan épicos, hay que recuperarlos para empezar a vivir de forma apasionada la cultura, que es por lo que estamos todos aquí.

David:

Eso a mí me parece crucial: la mala prensa institucional del placer. Yo estoy siempre a favor del placer. Significa que uno se aproxima al arte y a la cultura porque le gustan estas cosas, las consume; pero cuando quiere ir a una institución educativa a que le expliquen eso, parece que va casi dispuesto a aburrirse. Esto me parece nefasto. Me divierto muchísimo en clase porque no hay una imposición externa para que no sea puramente interactual y vivencial a la hora de organizarlo. Me gustaría pensar, que es un sello distintivo, aunque no tengo control de lo que pasa en otras instituciones.

La metáfora del deporte creo que puede servir. Es muy divertido, pero necesitas un entrenamiento, un esfuerzo y, aunque no suene seductor, quizá SUR es un campo de entrenamiento.

Lucía:

Me gusta más la figura del funambulista que utilizamos en Mapas. Es cierto que existe ese placer cargado de inquietud, porque estás todo el rato pensando si verdaderamente estoy bien entrenado, si mi cuerpo no resiste, si no sabré reaccionar a todo este ámbito en el que me estoy moviendo, si caigo y me mato. Estamos entrenando para ser acróbatas en un ámbito de incertidumbre. 

Vicky:

Yo creo que estamos todos de acuerdo en que es muy excitante. 

Valerio:

Apasionante, y nada grande en el mundo se ha hecho sin pasión, como decía Hegel (¡tenía que citarlo!).

Fidel:

Una frase que me gusta mucho del Bhagavad-Gita dice: «Eso que buscamos no puede ser hallado mediante la búsqueda, pero solo los buscadores lo encuentran». Se está hablando mucho de mapas, pero hemos hablado poco de brújulas. Estamos dando unas pautas, pero luego el extravío artístico le pertenece a los alumnos.

Daniel:

Buena conclusión, Fidel. ¡Muchas gracias a todos!

MESA REDONDA SUR Y SU APORTACIÓN COMO ESCUELA TOTAL
05.05.15 

ORGANIZAN SUR • CBA
PARTICIPAN DANIEL GÓMEZ-VALCÁRCEL (DTOR ACADÉMICO) • DAVID SÁNCHEZ USANOS (TEÓRICA) • GONZALO VELASCO ARIAS (TEÓRICA) • VALERIO ROCCO LOZANO (TEÓRICA) • ELENA CÓRDOBA (TALLERES) • LUCÍA JALÓN (TALLERES) • VICTORIA HERREROS (TALLERES) • FIDEL MORENO (TALLERES)