Libro del desasosiego

Nueva edición de Richard Zenith, Acantilado, Barcelona, 2013 (traducción de Perfecto E. Cuadrado)

Me golpea entonces, siempre que así siento, la vieja frase de no sé qué escolástico: Deus est anima brutorum, Dios es el alma de los brutos. Así entendió el autor de la frase, que es maravillosa, que podía explicarse la certeza con que el instinto guía a los animales inferiores, en los que no se adivina inteligencia, o se adivina apenas un bosquejo de ella. Pero todos somos animales inferiores ―hablar y pensar no pasan de ser nuevos instintos, menos seguros, por nuevos, que los otros. Y la frase del escolástico, tan justa en su belleza, se me ensancha y digo: Dios es el alma de todo.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 254, p. 264


PANTEÍSMO
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Me golpea entonces, siempre que así siento, la vieja frase de no sé qué escolástico: Deus est anima brutorum, Dios es el alma de los brutos. Así entendió el autor de la frase, que es maravillosa, que podía explicarse la certeza con que el instinto guía a los animales inferiores, en los que no se adivina inteligencia, o se adivina apenas un bosquejo de ella. Pero todos somos animales inferiores ―hablar y pensar no pasan de ser nuevos instintos, menos seguros, por nuevos, que los otros. Y la frase del escolástico, tan justa en su belleza, se me ensancha y digo: Dios es el alma de todo.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 254, p. 264


SENSUALISMO / SENSACIÓN
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Nos sentimos contentos porque, hasta cuando pensamos y sentimos, somos capaces de no creer en la existencia del alma. En el baile de máscaras en que vivimos, nos basta el encanto del traje, que en el baile lo es todo. Somos esclavos de las luces y de los colores, entramos en el baile como en la verdad, y no somos conscientes ―salvo si, solitarios, no bailamos― del enorme frío de la ya bien entrada noche exterior, del cuerpo mortal por debajo de los andrajos que le sobreviven, de todo cuanto, a solas, juzgamos que es lo que esencialmente somos, pero al final resulta ser apenas la parodia íntima de la verdad de lo que creemos ser.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 255, pp. 266-267


NOCHE
VERDAD
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Me gusta hablar. O mejor: me gusta palabrear. Las palabras son para mí cuerpos tangibles, sirenas visibles, sensualidades incorporadas. Tal vez porque la sensualidad real carece para mí de cualquier interés ―ni siquiera mental o de ensoñación―, se me transmutó el deseo en aquello que en mí crea ritmos verbales, o los oye de los otros. Me estremezco si hablan bien.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 259, p. 270


SENSUALISMO / SENSACIÓN
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Me gusta hablar. O mejor: me gusta palabrear. Las palabras son para mí cuerpos tangibles, sirenas visibles, sensualidades incorporadas. Tal vez porque la sensualidad real carece para mí de cualquier interés ―ni siquiera mental o de ensoñación―, se me transmutó el deseo en aquello que en mí crea ritmos verbales, o los oye de los otros. Me estremezco si hablan bien.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 259, p. 270


FÁRMACOS
SUEÑO
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El arte consiste en hacer sentir a los otros aquello que nosotros sentimos, en liberarlos de ellos mismos, proponiéndoles nuestra personalidad como forma especial de liberación.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 260, p. 271


FÁRMACOS
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El tedio…; Quien tiene Dioses nunca tiene tedio. El tedio es la falta de una mitología. A quien no posee creencias, hasta la duda le resulta imposible, el mismo escepticismo carece en él de fuerza para desconfiar. Sí, el tedio es eso: la pérdida, por parte del alma, de su capacidad de ilusionarse, la ausencia, en el pensamiento, de la escalera inexistente que le permite subir sólido hasta la verdad.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 263, p. 278


FÁRMACOS
VERDAD
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Haber leído ya los Pickwick Papers es una de las grandes tragedias de mi vida. (No puedo volver a releerlos.)

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 269, p. 282


FÁRMACOS
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Poseer es perder. Sentir sin poseer es guardar, porque es extraerle a una cosa su esencia.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 270, p. 283


FÁRMACOS
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El arte nos libera ilusoriamente de la sordidez de ser. Mientras sentimos los males y las injurias de Hamlet, príncipe de Dinamarca, no sentimos los nuestros ―viles por ser nuestros y viles por ser viles.

El amor, el sueño, las drogas y sustancias intoxicantes, son formas elementales del arte, o mejor, de producir sus mismos efectos. Pero amor, sueño y drogas tienen cada uno de ellos su desilusión. El amor harta o desengaña. Del sueño se despierta, y, mientras se durmió, no se vivió. Las drogas se pagan con la ruina del mismo físico al que sirvieron de estimulante. Pero en el arte no hay desilusión porque la ilusión se presupuso ya desde el principio.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 270, pp. 282-283


FÁRMACOS
AMOR
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Esto me sirve de consuelo en esta oficina reducida, cuyas ventanas mal lavadas dan a una calle sin alegría. Me sirve de consuelo, y en ello tengo por hermanos a los creadores de la conciencia del mundo ―el dramaturgo desordenado William Shakespeare, el maestro de escuela John Milton, el gandul Dante Alighieri —e incluso, si se me permite la cita, el Jesucristo aquel que no llegó a nada en el mundo, hasta el punto de que los historiadores dudan de su existencia. Los otros son de otra especie ―el consejero de estado Johann Wolfgang von Goethe, el senador Víctor Hugo, el jefe Lenin, el jefe Mussolini

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 274, p. 285


FÁRMACOS
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Oh, noche donde las estrellas fingen su luz, única cosa del tamaño del Universo, vuélveme, en cuerpo y alma, parte de tu cuerpo, que yo pueda perderme en ser pura tiniebla y me haga también noche, sin sueños que en mí sean estrellas, ni sol esperado que desde el futuro me ilumine.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 280, p. 291


NOCHE
SUEÑO
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Primero es un ruido que produce otro ruido, en la concavidad nocturna de las cosas. Después es un aullido vago, acompañado de un oscilar arrastrado de los letreros de la calle. Más tarde se hace de pronto un alto en la voz rugiente del espacio, y todo se estremece, no oscila, y hay silencio en el miedo de todo esto como un miedo sordo que ve a otro miedo mudo pasar.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 281, p. 291


NOCHE
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No duermo. Entresoy. […] Hay siempre en aquello que juzgo que es el sueño un ruido de final absoluto, el viento en la oscuridad, y, si sigo escuchando, el ruido en de los pulmones y del corazón.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 281, pp. 291-292


NOCHE
SUEÑO
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La libertad es la posibilidad de mantenerse aislado. Eres libre si puedes apartarte de los hombres, sin que te obligue a recurrir a ellos la falta de dinero, o la necesidad gregaria, o el amor, o la gloria, o la curiosidad, cosas que ni del silencio ni de la soledad pueden alimentarse. Si te resulta imposible vivir solo, es que naciste esclavo.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 283, p. 293


FÁRMACOS
AMOR
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No rocemos la vida ni con la punta de los dedos.

No amemos ni con el pensamiento.

Que ningún beso de mujer, ni siquiera en sueños, se convierta en una sensación nuestra.

Artífices de la morbidez, perfeccionémonos en enseñar a desengañarse. Curiosos por las cosas de la vida, observémosla con atención desde lo alto de todos los muros, cansados de antemano por saber que no vamos a ver nada nuevo o hermoso.

Tejedores de la desesperanza

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 284, p. 294


FÁRMACOS
AMOR
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Sólo la abstención es noble y elevada

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 289, p. 300


FÁRMACOS
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La reductio ad absurdum es una de mis bebidas predilectas.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 297, p. 305


FÁRMACOS
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Creé en varias personalidades. Creo personalidades constantemente. Cada sueño mío pasa a encarnarse de inmediato, nada más aparecer soñado, en otra persona que pasa a soñarlo y que ya no soy yo. Para crear me destruí. Tanto me exterioricé dentro de mí que en mi interior no existo sino exteriormente. Soy la escena desnuda por donde pasan varios actores representando diferentes obras.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 299, p. 307


FÁRMACOS
SUEÑO
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Me gusta, en las tardes lentas de verano, el sosiego de la parte baja de la ciudad, y sobre todo aquel sosiego que el contraste acentúa en el momento en que el día se entrega más al bullicio.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 3, p. 18


CIUDAD
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Yo de día soy nulo, y de noche soy yo. No hay diferencia entre yo y las calles de la parte de la Alfândega, salvo el ser ellas calles y yo ser alma, lo que puede que nada valga ante lo que es la esencia de las cosas. Hay un destino igual, porque es abstracto, para los hombres y para las cosas ―una designación igualmente indiferente en el álgebra del misterio.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 3, p. 18


CIUDAD
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Pasa todo eso, y nada de todo eso me dice nada, todo es ajeno a mi destino, ajeno incluso al destino mismo ―inconsciencia, círculos de superficie cuando el azar lanza piedras, ecos de voces incógnitas― la ensalada colectiva de la vida.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 3, p. 19


FÁRMACOS
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Soy todas esas cosas, aunque no lo quiera, en el fondo confuso de mi sensibilidad fatal.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 30, P. 40


SENSUALISMO / SENSACIÓN
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El reloj que está allá atrás, al fondo, en la casa desierta, porque todos duermen, deja caer lentamente el cuádruple sonido claro de las cuatro de la madrugada. No he dormido aún ni espero hacerlo. Sin que nada me distraiga la atención, y así me impida el sueño, o me pese en el cuerpo, y por eso no pueda sosegar, mantengo sepultado en la sombra, que la luz vaga de las farolas de la calle hace todavía más desamparada, el silencio amortiguado de mi cuerpo extraño.

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 31, p. 40


NOCHE
SUEÑO
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Todo dormía como si el universo fuera un error; y el viento, fluctuando incierto, era una bandera sin forma desplegada sobre un cuartel sin ser. Nada se desgarraba en el aire alto y fuerte, y los marcos de las ventanas sacudían los cristales para que la extremidad pudiera oírse. En el fondo de todo ello, callada, la noche era la tumba de Dios

Bernardo Soares
Libro del desasosiego

FR. 32, p. 42


NOCHE
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