Max Ernst

Max Ernst (1891) fue una de las figuras más influyentes del arte de vanguardia del siglo XX. Nacido en Brühl (Alemania), se formó en filosofía y psicología en la Universidad de Bonn, pero pronto abandonó los estudios académicos para dedicarse por completo al arte. A lo largo de su trayectoria, participó activamente en dos de los movimientos más radicales del siglo: el dadaísmo, surgido en respuesta al horror de la Primera Guerra Mundial, y el surrealismo, al que se unió en París en la década de 1920.

Ernst fue un artista profundamente experimental. Inventó técnicas como el frottage (frotado de lápiz sobre superficies texturadas), el grattage (técnica por la que se raspan o graban los pigmentos ya secos sobre un lienzo o tabla de madera) y exploró con el collage como forma de crítica social y poética visual. Su obra revela un imaginario híbrido, en el que conviven elementos de la naturaleza, figuras míticas y escenas fantásticas, siempre en diálogo con el inconsciente y los sueños.

Entre sus obras más destacadas se encuentran La Virgen María castigando al Niño Jesús delante de tres testigos (1926), El bosque gris (1927) o la novela-collage Una semana de bondad («Una semaine de bonté») (1934), compuesta de 182 imágenes creadas recortando y reorganizando ilustraciones de enciclopedias y folletines victorianos.

Tras exiliarse en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, con la ayuda de Peggy Guggenheim, que se convertiría en su tercera esposa, Ernst regresó a Europa en los años 50 del siglo XX. En 1954 recibió el Gran Premio de Pintura en la Bienal de Venecia, consagrando su influencia a nivel internacional. Murió en París en 1976, dejando un legado decisivo en la historia del arte.

Actualizado el 28 de abril de 2025

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