La Mesa Redonda celebra el centenario del Círculo de Bellas Artes con una ligera metamorfosis formal y conceptual. Desde hace tres años, cada una de nuestras sesiones está presidida por la esquemática columna dórica del balconcito de La Pecera que reviste parte del gran pilar esquinero que soporta una parte importantísima de las cargas de la estructura del edificio que hace un siglo proyectó Fernando Palacios y que hoy es nuestra casa. Una columnita -solo en apariencia-de la que se mofó Federico García Lorca a través del su heterónimo Isidoro Capdepón, pero que para nosotras es el símbolo conceptual de cómo seguir abordando nuestra cartografía de la literatura joven actual: fijarnos en lo ornamental/formal para intentar atisbar la magnitud de lo que implican las palabras que los jóvenes necesitan escribir.

Esta temporada 25/26, que en el CBA se abordará el tema transversal “Los futuros del pasado”, damos una vuelta de tuerca al mapa de conceptos que venimos esbozando sesión a sesión hace tres años y nos proponemos, a modo de divertimiento, tentativa y crítica cultural, acuñar una remesa de nuevas categorías estéticas. Además, abrimos la Mesa Redonda a otros géneros literarios más allá de la poesía, para que el poder de la palabra frente al auge de los fascismos sea todavía más elocuente y enérgico.