Con Alberto Conejero, Alejandra Arroyo y Alejandro Ruiz de la Puente.

Cuando escribimos estas líneas, la flotilla global por la libertad acaba de partir de nuevo para abrir un corredor humanitario en Gaza. Este verano, por fin, algunos han aprendido que no hay forma digna de adoptar una postura neutral respecto de la actitud genocida, asesina e inhumana del estado de Israel con el pueblo Palestino.

Rodrigo García Marina, un querido poeta de nuestro ciclo, compartió este verano un vídeo en una red social en el que denunciaba que, ante la agresión de un hombre hacia su pareja en el metro, todo el vagón se quedó impasible, como si no estuviese sucediendo nada. Afortunadamente, él decidió actuar, defendió a la mujer y la acogió esa noche en su casa.

¿Hay alguna forma de hacer cultura en 2025 en el que la propiedad de neutralidad no deje en evidencia nuestro compromiso con las personas agredidas, nuestro rechazo a la violencia y una mediación constante y a veces desquiciante con el presente que nos está tocando vivir En La Mesa Redonda lo hemos encontrado.

En general, las categorías estéticas se enuncian mediante una locución construida a partir de un artículo neutro. En este foro de la palabra escrita por jóvenes, la única opción de neutralidad que contemplamos es la que generan estos artículos, Como una especie de varita mágica, convierten cualquier propiedad lingüística en toda una cartografía conceptual rica en relieves, profundidad y matices.