LA GRAN SEDUCCION

Los habitantes del pueblecito costero de Sainte-Marie-La-Mauderne, antaño orgullosos pescadores, se ven obligados a vivir de subsidios gubernamentales. Pasa el tiempo, siguen cobrando los cheques, pero el orgullo desaparece, dejando sitio a la melancolía, la somnolencia y la desesperación.