Tras licenciarse en Empresariales en París, Frank vuelve a su ciudad natal para ocupar un puesto en el departamento de Recursos Humanos de la fábrica en la que su padre lleva toda la vida trabajando como obrero. Está a punto de ser aprobada la semana laboral de 35 horas en Francia y Frank decide llevar a cabo un estudio sobre su implantación en la empresa. Con el tiempo, descubrirá que los altos cargos han manipulado los resultados de su investigación para llevar a cabo un plan de reestructuración de la plantilla.