Con sus dos compañeros habituales, la gran Elisabeth Leonskaja ofrece dos de las obras más impactantes de las dedicadas al género del trío con piano, fórmula preferida en los ámbitos domésticos vieneses de principios del siglo XIX, que Franz Schubert elevó a alturas estéticas deslumbrantes. Escritas entre el verano y el otoño de 1827, a poco más de un año de su prematura muerte, Schubert muestra en ellas su preocupación por el equilibrio entre los tres instrumentos y por la coherencia interna de cada pieza, lo que consigue sin renunciar a su proverbial encanto melódico y a su absoluta maestría en el manejo de las modulaciones, con las que es capaz de crear esa magia que fue escogida para envolver una de las escenas más famosas de la historia del cine, la del juego en Barry Lyndon de Kubrick.