Ingmar Bergman

Considerado como uno de los realizadores clave de la segunda mitad del siglo XX, Ingmar Bergman dirigió más 40 películas y más de cien obras de teatro.

Bergman no se conformó con ser el protagonista absoluto del cine escandinavo. Este escritor, director y productor de teatro, cine, radio y televisión, nacido en Upsala (Suecia) en 1918, se crió en un hogar envuelto en la metafísica religiosa. Hijo de un estricto pastor protestante, Bergman decidió estudiar literatura e historia del arte en la Universidad de Estocolmo. Entre 1944 y 1952 se convirtió en el director artístico del Teatro Municipal de Helsingborg, además de rodar Crisis, su ópera prima, y una serie de adaptaciones para el productor independiente Loren Malmstedt en las que ya despuntaban las preocupaciones existencialistas que se convertirían más tarde en marca de la casa.

La obra de Bergman contiene distintas tonalidades genéricas. El director sueco rodó tanto comedias ligeras como dramas psicológicos y filosóficos de suma profundidad. Entre las primeras, caracterizadas por un tratamiento poético de la sexualidad, destacar Sonrisas de una noche de verano (1955), película que le catapultó internacionalmente, y cuyo éxito en el Festival de Cannes le convirtió en el director de moda dentro del cine europeo y propició la recuperación de sus cintas anteriores. El séptimo sello (1956) es, por su parte, un insigne representante de su filmografía más profunda, una alegoría visual de la relación del hombre con Dios y con la muerte.

Durante los años sesenta Bergman combino el cine con el teatro. Así, su primera etapa al frente del Teatro Dramático de Estocolmo no le impidió rodar películas Como en un espejo (1961) y El silencio (1963), ¡Esas Mujeres! (1964) o la antológica Persona (1966), película que supuso el inicio de su colaboración con Liv Ullmann y en la que realizó una incisiva exploración del alma humana.

Su posición a la vanguardia del cine europeo se afianzaría en los años setenta gracias a películas como Gritos y susurros (1972), La flauta mágica (1974), El huevo de la serpiente (1977), o Sonata de otoño (1978). Su intensa actividad fílmica no le impidió dirigir una serie de obras de teatro –El pato salvaje (1972), El misántropo (1973) o El camino de Damasco (1974)- o rodar emblemáticos trabajos televisivos como Secretos de un matrimonio (1973) o Cara a cara (1975).

En la década de los ochenta el cineasta se despide temporalmente de la gran pantalla con Fanny y Alexander (1982), su película más popular, ganadora de cuatro Oscars. La última fase de su filmografía queda clausurada con Sarabanda (2003), film que recuperaba a los personajes de Secretos de un matrimonio.

Ingmar Bergman murió el pasado 30 de julio.