En 1949, la Liga de la Enseñanza Francesa encarga a un joven estudiante de cine un documental destinado a poner en valor la misión educativa de Francia en sus colonias. Sin efectos de estilos, René Vautier, con tan solo veintidós años, plasma una realidad molesta, violenta, injusta, simétricamente opuesta a la imagen oficial que Francia quiere dar de su papel en los territorios colonizados. Afrique 50 cuesta a su autor dos años de cárcel y la incautación de las cintas. El propio Vautier, con la complicidad de un policía, consigue recuperar un tercio del rodaje completo con el que monta las imágenes del primer testimonio sobre el colonialismo francés en África.