Este domingo día 23, como complemento de la exposición Walter Benjamin: Constelaciones, arranca en el Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes una amplia retrospectiva dedicada al realizador con mayor relevancia entre la intelectualidad alemana de la época, Friedrich Wilhelm Murnau.
La filmografía de Murnau está compuesta por 21 títulos, muchos de ellos desaparecidos o conocidos sólo de manera fragmentada. La retrospectiva actual recoge la práctica totalidad de películas del realizador que se conservan íntegramente, con copias provenientes de la Friedrich-Wilhelm-Murnau-Stiftung, institución que se ha convertido en legataria de las obras clave del cine alemán de la época.
Nosferatu, el vampiro (1922)
La retrospectiva está compuesta por diez películas, entre las que figuran todos los clásicos incontestables del realizador. De su etapa alemana destacamos particularmente las proyecciones de Nosferatu, el vampiro (Nosferatu, eine Sumphonie des Grauens, 1921), primera versión –apócrifa- del Drácula de Bram Stoker y pieza angular del cine de terror; El último (Der letzte Mann, 1924), cinta de tintes expresionistas con una memorable interpretación de Emil Jannings; y Fausto (Faust, eine Deutsche Volkssage, 1926), enorme superproducción que adapta a Goethe en la que Luciano Berriatua, gran experto del cine de Murnau, califica como “la película más bella de la historia”. Pero no menos recomendable para el cinéfilo es la revisión de películas de más difícil acceso para el espectador actual, como Der Gang in die Nacht (1921), El castillo Vogeloed (Schlo? Vogeloed, 1921), Phantom (1922) o Tartufo (Herr Tartüff, 1925), todas ellas claves en el asentamiento del primer cine europeo y que convierten a Murnau en el realizador más reputado del momento.
Foto de rodaje de Amanecer (1927)
La enorme fama alcanzada por Murnau le abre las puertas del continente americano. Para la 20th Century Fox realizará City Girl (1930), y sobre todo una de las películas más sobresalientes de la Historia del Cine, Amanecer (Sunrise: A Song of Two Humans, 1927), en la que lleva a su máxima expresión las líneas más destacadas de su filmografía. Incómodo entre la maquinaria cinematográfica de los grandes estudios, huirá hacia las islas de Sur, donde concluye su última gran película, Tabú (Tabu: A Story of the South Seas, 1931), cinta de tintes antropológicos en la que colaboró con el gran documentalista Robert Flaherty. Murnau morirá en un accidente de tráfico en 1931, poco antes de concluir el montaje de Tabú.
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