identidades trasnacionales

Raíces, estereotipos, identidades: palabras que son piezas clave en el mosaico de la inmigración, un fenómeno que alcanzó dimensiones considerables en España a finales de la década de los noventa, cuando olas de inmigrantes comenzaron a entrar en nuestro país de manera incesante. Hoy, los hijos de aquellos que llegaron en masa afrontan realidades específicas que difieren de las de sus padres. Dichas realidades son las que se abordaron en las jornadas Identidades trasnacionales. Hijos de inmigrantes en España, organizadas por el colectivo Gea Photowords el pasado mes de noviembre en el Círculo de Bellas Artes.

Incluimos a continuación una pieza audiovisual producida en el seno de este proyecto. Diferentes voces, entre ellas las de algunos profesionales del sector y las de los propios inmigrantes, se escuchan en este vídeo, en el que se exponen temas como las diferencias entre asimilación e integración, la estigmatización de las nacionalidades o las dificultades que entraña afrontar la combinación de culturas.

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2 comentarios en «identidades trasnacionales»

  1. Interesante el planteamiento. Ojalá se realizaran más proyectos de este tipo. El tema es más que actual, pero el desconocimiento y la falta del respeto por el inmigrante siguen a la orden del día. Gracias por el vídeo

  2. Nací en Argentina, tierra de inmigrantes europeos, que poblaron un país prácticamente desierto, lleno de potencialidades. Casi todos descendemos de ellos, en mi caso, de Irlandeses y Vascos. Ciento treinta años atrás se encontraron Cecilia Clancy y Claudio Eguiguren. Ella viajaba con su familia, exiliados católicos provenientes de Dublin y Claudio, un joven bachiller anarquista que tuvo que huir de Irún por problemas de militancia política, junto a su hermano y otros amigos. Dos jóvenes que por casualidad se encontraron en un puerto africano antes de de cruzar el Atlántico con un mismo rumbo. Corría la década del 80, pero del siglo XIX. Un mundo tan lejano, que por las noches todavía se iluminaba con fuego. Así se fue formando la sociedad argentina, con las ilusiones de los que llegaban con el desarraigo, en un mundo en el que todo quedaba más lejos, tanto, que la mayoría de los inmigrantes jamás pudo volver a su tierra natal.

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