La vida es ciencia

En el colegio a menudo le preguntan ¿Por qué te llamas Berenice? Y ella siempre responde “Porque me gusta”. La relación entre su nombre y la afición por la astronomía de su padre es algo que prefiere mantener en secreto, de momento. Algún día se animará a contarlo, porque el amor entre ellos dos es una ciencia sin muros.

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Las clases de gym-jazz son todo un reto para ella. No por el cansancio, sino por la sensación de estar todo el rato aprendiendo física con el cuerpo: saltos, contorsiones, bailes, ondeando su larga cabellera con cada movimiento. Una auténtica física de malabares la que realiza con su hermana en el centro cultural del barrio dos veces por semana. A la salida, agua y alimentación, porque la física ilumina pero las tripas rugen. De camino a casa, un océano de aire a su disposición para improvisar un taller de jabones con los botes de pompas que les ha traído su madre.

Por la noche, antes de dormir, a Berenice le gusta observar los planetas que cuelgan de su lámpara. De noche todo cambia, y sobre todo cómo percibimos la realidad. Al apagar la luz, las esferitas brillan el tiempo suficiente como para quedarse dormida mirándolas. Es como si le dijeran ven, atrapa la luz antes de que se desvanezca. Mientras, las pinturas del pasillo parecen cuadros enigmáticos envueltos en sombras.

A la mañana siguiente, las primeras luces del día se cuelan por las rendijas de su persiana. Los juguetes, aquí y allá, golpeados por los rayos toman un aspecto extraño, como de artes mágicas. Buenos días, desayunos, bañera, ropa puesta del revés, achuchones, lo normal cada mañana, un CSI en colores. De boca a boca y beso porque me toca. Del fondo de su vaso surgen burbujitas que se arraciman en la superficie de su colacao. Ella se imagina una civilización de diminutos seres de colores viviendo en esas burbujas, con sus casitas, sus coles, sus parques y sus niños haciendo burbujitas en sus vasos de desayuno soplando por diminutas pajitas, que a su vez generan otros mundos más pequeños aún. Todo un viaje al nanomundo.

Berenice se fija en la multitud de cosas necesarias para cuidar de ella y sus hermanos: radiadores, bombillas, agua caliente, secadores de pelo… ¿Cómo puede haber eficiencia energética con tanto dispendio? Ya hubo otros que inventaron esos aparatos, ahora os toca a vosotros hacer que consuman poco, les dice su madre con su libro de diseño e impresión 3D bajo el brazo. Mientras el más pequeño frunce el ceño para tratar de averiguar qué ha querido decir mamá, papá le guiña un ojo desde la puerta y le dice sonriendo ven a ingeniar el futuro.

Suena el timbre y salen a recreo. Berenice saca un par de mandarinas de la ricas de su mochila y decide compartirlas con su mejor amiga número uno y su mejor amiga número dos. Somos tres… hay catorce gajos… esto son matemáticas que se tocan. Somos dos hermanas, tu portal es el 37, once años cumples en mayo, números primos a tu alrededor durante todo el día.

De la cocina sale un delicioso aroma a algo dulce difícil de determinar. Un poco más de concentración y deberes terminados. Veamos esos reflejos, ponte a prueba… ¡Con un par de videojuegos! La tarta aparece en el salón. Por favor, no tocar, aún quema. Esta tarde va a ser genial.

Un cuento antes de dormir: “Érase una vez… Arduino en el planeta robótico Cubic_3”. Berenice se queda dormida, hoy con la luz encendida y el libro abierto sobre el pecho, soñando con su excursión al Círculo de Bellas Artes para asistir a la feria científica Con Ciencia en la Escuela. Porque la vida es ciencia y los sueños ciencia son.


 

(Las negritas de este texto hacen referencia a los nombres de los proyectos que se desarrollarán los días 9 y 10 de marzo en la VI Edición Con Ciencia en la Escuela. Más información en http://www.circulobellasartes.com/humanidades/vi-edicion-ciencia-escuela/)

Juan Bordes abre el 7 de marzo Los lunes, al Círculo “jugando a las vanguardias”

El escultor, arquitecto y coleccionista Juan Bordes inaugura el ciclo Los lunes, al Círculo, el lunes 7 de marzo a las 19:30h con la conferencia Jugando a las vanguardias.

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El comisario de la exposición Juguetes de construcción. Escuela de la arquitectura moderna ,que estará en el CBA hasta el 15 de mayo de 2016, es el encargado de abrir el ciclo de conferencias de Los lunes, al Círculo, que se celebrará en la misma Sala Picasso donde se expone, y que pretende llevar el debate y el saber en torno a la exposición, desde distintos puntos de vista del arte y el pensamiento. Juan Bordes destaca que «el juego en el XIX influye en la iconografía de las vanguardias y a la vez en el cambio que se produce de lo académico a lo moderno».

La historia de los juguetes de construcción comienza en el s.XVIII, pero entonces eran «artesanales, muy caros y dirigidos a la aristocracia». Sin embargo, ante las quejas de los educadores, comenzaron a hacerse más populares. Pero el aspecto interesante viene cuando Friedrich Froebel implanta el uso de estos juguetes, no sólo como divertimento, sino con carácter pedagógico en los kindergarten. Las escuelas se convirtieron en un nido de grandes genios que abanderarían años más tarde las vanguardias que estaban por venir, sobre todo en el mundo de la arquitectura. Entre ellos, Bruno Taut, Frank Lloyd Wright o el mismo Le Corbusier.

Escucha el audio de Ecos del Círculo de Radio Círculo, con el reportaje sobre la exposición que incluye las declaraciones de Juan Bordes en la rueda de prensa de presentación.

No te pierdas la primera de las ocho conferencias en torno a estos juguetes de construcción. Recuerda: 7 de marzo a las 19:30h. Sala Picasso del CBA. Jugando a las vanguardias, por Juan Bordes. ENTRADA LIBRE. #LunesAlCírculo