Xoel López y su locura hermosa

Xoel López cierra el viernes 17 de junio el Frontera Círculo Ámbar 2016 con un concierto para el que se agotaron todas las entradas hace meses. En esta entrevista nos cuenta por qué va a ser un concierto diferente, nos habla de parar y comenzar de nuevo, de abandonar Deluxe para reencontrarse consigo mismo en un continente otrora lejano, de poesía y de inspirarse en el viento, en las ciudades, en los desiertos y las montañas, en las gentes…, de cómo un estado personal y social pueden dar lugar a dos discos en solitario tan distintos como Atlántico y Paramales.

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Pregunta (P). ¿Han supuesto estos dos discos un reencuentro contigo mismo incluso más allá de la propia música?
Respuesta (R). En mi caso creo que es inevitable que lo personal y lo musical vengan de la mano. Mis cambios musicales vienen derivados de cambios en mi vida y en ese sentido sí que ha habido un reencuentro. El bajar las revoluciones de mi carrera desde el último concierto de Deluxe en 2008 sí que han afectado a mi vida y por lo tanto a mi música. Tuve más tiempo, un tiempo que gané con el trabajo de antes. Quise disfrutar al máximo. Además, yo compongo sobre la marcha desde los 15 ó 16 años y en ese tiempo de reflexión, sobre todo con Atlántico, sí que medité más. Son dos discos que sí que me representan realmente.

P. El mundo va a una velocidad de comunicación, información, etc. Con la música pasa igual, ahora hay que hacer muchos más conciertos. ¿No es en ocasiones casi obligatorio parar y dedicarle más tiempo a la poesía?
R. Sí, la poesía necesita espacio vital y eso es lo que hace falta, aunque tampoco hay que olvidar que hay que seguir lidiando con lo otro: trabajo, horas de conciertos, promoción, redes sociales, colaboraciones, etc. Un concierto conlleva mucho detrás entre entrevistas, ensayos y tal. Todo eso también quita tiempo para componer. Aunque hay que reconocer que en las entrevistas, a veces, aprendes mucho. Pero sí, en general, los que nos dedicamos a esto debemos mimar el espacio, el manantial del que sale todo. Si no cuidamos esa fuente no podemos navegar a gusto por ese río; esa semilla es la parte poética y hay que darle aire.

P. De todos modos, “no son buenos tiempos para la lírica”, como decía la canción.
R. Pero al final cuando es algo que tiene que salir sí o sí, la luz siempre llega entre los escombros. En mi caso tuve que hacer un corte radical, pero tampoco hace falta: se puede hacer de forma abrupta o de una manera más armónica, pero es una necesidad vital que acaba saliendo.

P. En el disco Atlántico la canción Tierra dice: “sin las palabras dime qué nos queda”.
R. Sí, es un poco peligroso sacarlo de contexto porque a veces las palabras ni siquiera son suficientes o no te representan. Hay cosas que solo se pueden decir con melodías, pero quería decir que sin empatía y comunicación entre los seres humanos, ¿qué nos queda? No me interesan ni el individualismo ni la soledad.

P. Entrando en tus dos discos, ¿no es cierto que con Atlántico encontramos un álbum más contemplativo, visual, casi de postal y viaje, mientras que con Paramales nos topamos con algo más directo, carnal y pasional?
R. Sí, Atlántico es tranquilo, contemplativo, corresponde a esa época en la que estuve más relajado y tuve tiempo para mirar alrededor. Hay mucho viaje, mucho país. Son postales, un disco de viaje. Paramales es más anárquico, más común y real quizás, un reflejo de los cambios en mi vida: volver a España, estar en La Coruña, los últimos coletazos de Buenos Aires, pero sin tanta emoción de viajero. Tiene más que ver con la vida de todo el mundo.

P. Una vida que a veces te golpea y en la que reaccionas como con Todo lo que merezcas. Difícilmente podemos encontrar tanto odio expresado de una manera tan armoniosa. ¿A quién le dedicarías esta canción en este preciso momento?
R. Es una canción que solo debe servir para unos segundos de tu vida, pero es la manera de desahogar esa rabia que te producen las injusticias de la vida, los abusos de poder o el daño que te pueda hacer alguien cercano por actitudes egoístas o falta de empatía y solidaridad. El mundo es injusto y aunque no son sentimientos muy constructivos ni muy útiles, forman parte del ser humano y en mi caso florecieron como una canción y ahí quedaron. Si alguien lo quiere usar como espejo, ahí la tiene. Y eso que no es muy representativa de mi lírica ni mi trayectoria. De estos rincones uno no está especialmente orgulloso, pero son parte de la vida.

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Emotivo punto de inflexión de Rufus T. Firefly en su concierto de #FronteraAmbar

Llegaba Rufus T. Firefly al ciclo #FronteraAmbar del Círculo de Bellas Artes con la promesa de un concierto especial celebrando sus 10 años de existencia, después de haberse confirmado en 2015 como una de las bandas más prometedoras del panorama del rock alternativo nacional y de haber recibido unas excelentes críticas por su último álbum, Nueve.

Rufus T. Firefly sobre el escenario de #FronteraAmbar 2016.
Rufus T. Firefly sobre el escenario de #FronteraAmbar 2016.

Recuerdo esas palabras un tanto cursis y manidas de Valdano: “El fútbol es un estado de ánimo”. Lo cierto es que todo lo que surge de la mano del hombre es reflejo de un estado de ánimo, y más en el campo de la creación y la cultura. Rufus T. Firefly está en ese punto de inflexión en el que, tras estos 10 años de camino independiente, está llamado a dar el gran salto, como ya ocurriera en su momento con Vetusta Morla o con Izal. La banda arancetana está en un vértice de felicidad, pasión, emoción, puro disfrute…, algo que Vic dejó entrever en sus palabras antes de comenzar el concierto y que corroboraron a lo largo de cada minuto del mismo encontrando una emoción recíproca en el público congregado, desde sus primeras canciones en inglés (There are no fireflies, Invisible, Disilusion…), hasta los temas con los que cerraron, Pompeya, El increíble hombre menguante o El problemático Winston Smith, pasando por La historia secreta de nuestra obsolescencia, Somos el enemigo, Demerol y piedras o Un mundo sin abejas, entre otras muchas.

Esperamos no equivocarnos, ya no sólo por el bien de Rufus T. Firefly, que se merece todo lo mejor después de 10 años batallando con 5 discos y 48 canciones en la mochila, sino por el bien de la música española en general. Creemos que este segundo concierto del ciclo #FronteraAmbar será de esos en los que, para los que tuvieron la suerte de asistir, con los años podrán sacar pecho y presumir como un pavo: “Yo estuve allí”.

El grupo derrochó talento y desparpajo en el escenario de la Sala de Columnas, por el que también desfilaron amigos del grupo como Manuel Cabezalí, uno de los productores musicales más importantes del panorama indie, así como a Alberto, que dejó la banda en noviembre, y que ofreció la alternativa a su sustituto Rodrigo a los teclados, después de subirse al escenario en la cuarta canción.

Musicalmente cabe destacar el virtuosismo de los cinco. No creo que se pueda poner un pero ni a la base rítmica, ni a los solos, ni a las voces y coros. Estamos ante uno de los quintetos que más dará que hablar este 2016 (si les dejan). Es tiempo de festivales y de que les den la alternativa en plazas más grandes para demostrar que esa sinergia increíble que produjeron el viernes pasado en el CBA, la puedan repetir con un público masivo.

Pero tras la tempestad toca calma, por lo menos hasta el 29 de abril, fecha en la que regresa un nuevo concierto fronterizo a #FronteraAmbar. En esta ocasión, Julián Maeso, que nos deleitará con otro concierto diferente y no menos especial en acústico. Las entradas estarán contadas, ya que es “sentado”. ¡Date prisa! Anticipada a 12€.

Balago y Boris Divider, experiencia electro-audiovisual en #FronteraAmbar

Frontera Círculo Ámbar, #FronteraAmbar, que arranca el viernes 12 de febrero de 2016, explora nuevos caminos fronterizos dentro del festival con un concierto experimental enfocado a la música electrónica más underground, independiente y vanguardista. Balago y Boris Divider se complementan a la perfección para ofrecer un repertorio plagado de atmósferas y ambientes que entremezclan audio y vídeo y tecnologías analógicas y digitales.

Balago y la espiritualidad musical

“En el Círculo pasaremos unas proyecciones sobre insectos que nos gustan bastante, variando un poco la línea que traemos últimamente más relacionada con el humo y las luces”, adelantó David Crespo (Balago) en Ecos del Círculo (Radio Círculo). Balago repasará en el concierto su último disco Darder, después de haberlo hecho en diversos templos religiosos de Cataluña. Una conexión con la espiritualidad que de alguna manera tiene su música experimental, “más envolvente y relacionada con las bandas sonoras”.

Balago utiliza el equipo de hace 15 años y utiliza instrumentos analógicos para no perder el sonido que les identifica. “Vamos con samplers antiguos, sintetizadores de los 90”. Este trío catalán promete crear una atmósfera inquietante en el CBA.

Divider

Boris Divider y su nueva forma de comunicación

Por su parte Boris Divider, con una trayectoria de más de 15 años en la música, ha abandonado la experiencia de club y baile por “la de museos y espacios culturales”, asegura el artista. Divider, que acude al Círculo con una apuesta fifty fifty en cuanto a audio y vídeo, sí que deja “espacio a la improvisación en tiempo real, ya que necesito ese punto de error humano en esta era tan digital”.

La nueva era electroexperimental de Boris en la música tiene un discurso que, de alguna manera, se acerca al de Madatac, Muestra de Arte Digital Audiovisual y Tecnologías Avanzadas Contemporáneas, recientemente celebrado en el Círculo de Bellas Artes. La explicación que Boris Divider da a su giro musical, tiene más que ver, según él mismo explica, con “una nueva forma de comunicación”.

¿Te interesa el concierto? Compra tus entradas a sólo 12€ anticipada (hasta 24h antes del inicio).