Pier Paolo Pasolini: más que un autor

Carmen Peinado 

El pasado día 30 de mayo de 2022 se celebró el ciclo de debate de Los lunes, al Círculo con ocasión de este “Año Pasolini”. En el debate, que llevó por título “Pensar fuera de palacio”, intervinieron el catedrático de Metafísica Ángel Gabilondo y la autora del libro Tanta luz. Pasolini, Aurora Freijo 

La autora definió su libro como un banquete en el que pone a dialogar diversos autores que no tuvieron por qué coincidir o conocer la figura de Pasolini, pero que guardan un aire de familia en cuanto al modo de acercamiento a ciertas dinámicas de la realidad social. Cabe añadir: no hay un solo capítulo destinado a tratar a Pasolini sensu stricto, a pesar de que todos de algún modo u otro lo estén, porque Pasolini es trascendental al libro, es su condición de posibilidad. Ángel Gabilondo destacó que la figura de Pasolini no podría resumirse en un número determinado de sentencias, sino que es un autor que va contra el concepto mismo de autoría: no se puede estudiar de una manera pedagógica, es más complejo de apresar, y por ello es particularmente apropiado el modo en que lo trata Aurora Freijo en su libro, rodeándolo con diversas voces. 

¿Qué pretende decirnos Aurora Freijo con el título de su libro destinado a Pasolini? Tal vez, que a veces demasiada luz resulta cegadora, y que en cambio podemos encontrar orientación con pequeños destellos de luz como lo serían las luciérnagas. Pasolini describió en El artículo de las luciérnagas cómo en la Italia rural que él había conocido durante su infancia se iban apagando las luces, iban desapareciendo las luciérnagas. Este escrito no era meramente poético, sino que tenía una finalidad política. Las luciérnagas eran la metáfora de los individuos singulares que escapan a la homogeneización propia del capitalismo; son entidades que iluminan formas de microrresistencia ante el desarrollo industrial y capitalista que nos empuja a una vida basada en el consumo. Lo que Pasolini estaba observando era una realidad basada en el consumismo, en el conformismo, en la mercantilización de lo humano, en la homogeneización del mundo. Ante esta situación, Pasolini enuncia que “vivir es temblar” y propone una mirada despierta contra el aplanamiento de la vida, una resistencia a ser normalizado. En su lugar, Pasolini busca lo sagrado, es decir, aquella excepcionalidad que constituye una parte de nosotros que no puede ser meramente arrastrada por la homogeneización, aquello que no puede ser convertido en mercancía y reproducido en serie para la obtención de capital. 

Esta búsqueda de lo sagrado le llevó a huir de la Roma de su época, vencida bajo el consumo. Pensaba que el consumismo era la nueva forma de fascismo en Italia. Huye a Yemen, Eritrea, India, en búsqueda de rastros de la sacralidad. En cambio, allí encuentra la contaminación, no la pureza: hasta allí habían llegado bolsas de patatas fritas. No quedaba lugar en el mundo que se hubiese resistido de manera completa y exitosa a la industrialización. Por ello, acude a los mitos, para pedir que dejemos de ser como Teseo, es decir, personas ordenadas que salen del laberinto, que acaban con el minotauro, que resuelven los enigmas. En su lugar, su propuesta, cercana a Nietzsche, no es otra que la de seguir las pautas de Dioniso. Salir de palacio y encarar la realidad, sin dejar de reír, jugar y bailar; mirar a la vida todavía con ojos de sorpresa. 

La presentación del proyecto “Año Pasolini” tuvo lugar el día 7 de febrero, y mostró como objetivo la conmemoración de la gran figura de Pier Paolo Pasolini en el primer centenario de su nacimiento. Debido a la huella indeleble que dejó en el panorama cultural europeo, la fuerza disruptiva y el temperamento crítico de sus escritos, el violento asesinato que interrumpió su vida y su obra, el carácter polifacético de este autor inabarcable e inclasificable (pues fue escritor, poeta, dramaturgo, cineasta), se han coordinado diversas entidades para poner en valor su obra y celebrarla en una multiplicidad de eventos tales como congresos, conciertos, espectáculos, proyecciones y debates. El proyecto está coorganizado por el Istituto Italiano di Cultura di Madrid, el Círculo de Bellas Artes, la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Complutense de Madrid, junto con el apoyo oficial de la Embajada de Italia en España y la colaboración de la Real Escuela Superior de Arte Dramático.  

Entre los diversos eventos que están teniendo lugar en el Círculo de Bellas Artes cabe destacar un concierto tributo de jazz con el cual se inauguró el año: Le Nuvole di Pier Paolo; así como el “Mitofórum Pasolini: el mito en el cine” que consistió en un ciclo de cine acompañado de tertulia en el que se proyectaron diversas películas de Pasolini rastreando algunos de los mitos presentes en su obra. El Círculo de Bellas Artes contaba ya con una publicación monográfica de este autor en Ediciones Pensamiento: Visiones de Pasolini, un libro editado por Mariano Maresca que cuenta con artículos de diferentes especialistas italianos. Próximamente, el día 13 de junio, tendrá lugar el segundo Lunes al Círculo destinado a Pasolini, con la presencia de Juan Barja, Aurora Freijo y Patxi Lanceros: “La contradicción de llamarse Pierpaolo”.  

El cine esperpéntico que le hubiera gustado ver a Valle-Inclán

El Cine Estudio del CBA inicia este jueves 16 de marzo de 2017 el ciclo Valle-Inclán y el cine con seis películas —dos en la misma sesión— que podríamos calificar de esperpénticas y que estamos seguros de que este genio de nuestras letras habría disfrutado como el que más. De hecho, la relación entre Valle y el cine, no viene solo por los paralelismos temáticos de algunas películas con su obra, sino porque además el escritor gallego era un gran aficionado al séptimo arte.

   

En la mesa redonda de apertura del Incentenario Valle-Inclán (#IncentenarioValle), el director de cine José Luis García Sánchez expuso que Valle era un gran aficionado al séptimo arte y que, por ejemplo, estaba fascinado por El Acorazado Potemkin de Eisenstein. Pensar en Valle escribiendo para el cine en plena etapa franquista o en nuestros días es, sin duda, muy sugerente, pero por desgracia las cosas no se dieron así. A Valle le pilló esto del cine ya mayor y cuando aún no tenía el desarrollo ni la repercusión que tuvo después de su muerte, pero al menos sí le dio tiempo a hacer sus pinitos en la película La malcasada de Francisco Gómez Hidalgo, en la que el escritor y dramaturgo hace de sí mismo junto a la actriz María Banquer, posando para un cuadro en el estudio de Julio Romero de Torres.

La segunda acepción de la palabra esperpento en el diccionario de la RAE lo deja claro: «concepción literaria creada por Ramón M.ª del Valle-Inclán hacia 1920, en la que se deforma la realidad acentuando sus rasgos grotescos».

Aunque no queda claro que podamos hablar de un género esperpéntico como tal y que no haya una traducción similar en otro idioma —quizás grotesco es lo más parecido—, sí que el CBA ha querido proponer una selección de películas pensando en que quizás le hubieran gustado a él y que, sin duda, se ajustan de alguna manera a su significado.

Ojos verdes

Basilio Martín Patino hizo siete fakes documentales con Andalucía: un siglo de fascinación. De ellos Ojos verdes es la rescatada para el ciclo de Cine Estudio. Podemos hacernos una idea de las intenciones de Patino por la respuesta a una pregunta relacionada con estos falsos documentales en una entrevista concedida a la revista Minerva.

«¿Qué hemos hecho siempre en el cine sino simular realidades, eso sí, aprisionados con las más empalagosas escrupulosidades artísticas? ¿Dónde están los límites pudorosos del respeto a nunca he sabido qué reglas del juego? ¿Cuál es la Biblia del arte cinematográfico? ¿Y por qué no filmar yo mismo esas materias primas, a mi aire? A estas alturas, ¿a quién vamos a engañar? Perdónenme de nuevo los historiadores especialistas. Con todos mis respetos más sinceros, decidirme por este nuevo juego amplió mis perspectivas y mi horizonte. A partir de ahí las huellas las recompondré yo, sin otras limitaciones que las que encuentre en mi invitación a la complicidad con el espectador, mi otro yo al que me dirijo. Pero con voz y metodología propia, de primera mano».

Una carta de presentación genial para venir a verla y seguir los pasos del marqués de Almodóvar, sus festejos folclóricos organizados a Franco y conocer sus fetiches y recuerdos.

 

Amanece, que no es poco

¿Qué puedo decir de ella que no se haya dicho ya? Todos somos contingentes, pero sin duda José Luis Cuerda es necesario. Merece la pena ver esta película una y mil veces porque está llena de detalles increíbles. Y si encima lo haces sabiendo que, por ejemplo, muchas cosas salieron mal, pero como reconoce Cuerda, a la gente le da igual porque «en este tipo de películas si las cosas no están bien, parecen hechas adrede» (Minerva 24, Esta gente se va a empeñar en que escriba comedias. Entrevista, 2015). Una de las anécdotas más curiosas que cuenta Cuerda es que en la escena de Ngé Ndomo con las cabras, éstas estaban congeladas y con los focos, la extensión del rodaje y tal, se fueron descongelando y como confirma el director manchego…

«las cabras aparecen con la barriga por el suelo con unos palos puestos que sobresalen por el espinazo, ¡algo lastimoso!»  

 

Pajaritos y pajarracos (Uccellacci e uccellini) + Che cosa sono le nuvole?

Esta doble sesión de Pier Paolo Pasolini nos introduce, en primer lugar, en las conversaciones trascendentales de un agricultor y su hijo con un cuervo que habla; y, en segundo, en las interpretaciones de dos marionetas que cobran vida del Otelo de Shakespeare. Ya lo decía el mismo Pasolini de sí mismo.

«Hablando genéricamente (y dando confianza al lector), se podría decir que Pasolini ama la realidad pero, hablando de nuevo genéricamente, quizá se podría decir también que Pasolini no ama –con un amor igualmente completo y profundo– la verdad ya que, como él dice, “el amor por la verdad acaba destruyéndolo todo, porque no hay nada verdadero”». (Cita incluída en Pasolini reseña a Pasolini, texto del dossier dedicado al autor en la revista Minerva 1).

 

El ciclo se completa con dos películas más, bien distintas: Esperpentos de José Luis García Sánchez con una de las últimas interpretaciones de Juan Luis Galiardo y la legendaria e inquietante La parada de los monstruos (Freaks) de Tod Browning.

 

Ciclo Valle-Inclán y el cine

  • Cine Estudio del CBA (c/ Marqués de Casa Riera, 4).
  • 16 de marzo al 31 de marzo  
  • ¡Puedes ver el ciclo entero por 18€!
  • Precios: 5’5€ gral. 4€ reducida. 18€ abono de 5 pases en taquilla.    

 

una historia del nacimiento de la modernidad cinematográfica

Una historia, que no “historia” a secas, sin artículo, pues la llegada de la modernidad al lenguaje cinematográfico sigue unas sendas no lineales y, como tal, la narración puede realizarse desde varios puntos de vista diferentes y a través de multitud de películas. Ésta es uno de ellos.

2014.11. Resnais, Alain - El año pasado en Marienbad - estatuas 2

El ciclo Una historia de la modernidad cinematográfica que comienza en el Cine Estudio es, por lo tanto, un punto de vista sobre los cambios que tuvieron lugar en la narrativa cinematográfica tras la conclusión de la II Guerra Mundial. Unos cambios que iban a modificar para siempre la forma de realizar, contemplar y reflexionar el cine. Con el final de la contienda una nueva generación de directores, guionistas y espectadores buscan en el cine un punto de reflexión que reflejara desde un prisma diferente los cambios sociales, los avances tecnológicos y científicos, la nueva conciencia que ha creado el fin de la guerra. Para ellos, los cauces tradicionales de la narrativa cinematográfica no son suficientes para recoger esta nueva sociedad. El resto de disciplinas artísticas (la literatura, las artes plásticas, la música) han sufrido esta renovación en la década de los veinte, con la llegada de las vanguardias posteriores a la I Guerra Mundial, pero no es sino hasta este momento cuando esta nueva conciencia llega a la pantalla. La idea de una historia única, narrativa, donde el montaje ayude a la comprensión lineal de las películas comienza a resultar escasa para representar esta nueva sociedad. Los valores miméticos dejan de ser inevitables, la fragmentación comienza a ser concebible también en el mundo del cine, la forma y el contenido ya no tienen por qué ser dos elementos comunes, la estructura lógica pasa a ser sólo una opción entre otras posibles, la psicología comienza a alcanzar la relevancia de la narración. La modernidad no será un modelo que se impone sobre las formas clásicas, sino una nueva manera de narrar y escribir la imagen que coexiste con ellas. A lo largo de la década de los 50 el cine madura este nuevo concepto y da lugar a una larga lista de películas que modificarán para siempre la narrativa cinematográfica.

Leer más