OTAN, España y Europa frente a la guerra en Ucrania

María Irache Cabello

El pasado miércoles 1 de junio, el Círculo de Bellas Artes acogía en su sede a José Manuel Albares, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación junto con Máriam Martínez-Bascuñán, profesora de Teoría Política en la Universidad Autónoma de Madrid y usual colaboradora en El País, en un diálogo bajo el título de OTAN, España y Europa frente a la guerra en Ucrania.

Este seminario organizado por la revista de origen francés Grand Continent, con motivo de su reciente lanzamiento en español, pertenece a lo que se han referido como “los miércoles de GC”, siendo el presente el primer seminario organizado de manera presencial. Tras la presentación del presidente del CBA, Juan Miguel Hernández León, quien celebraba acoger el primer encuentro presencial en español de la revista dando la bienvenida a los participantes, el director de la edición española de la revista, Florent Zemmouche, realizó una pequeña presentación sobre los objetivos del seminario.

La revista Grand Continent, nacida en Paris ya hace tres años, lleva dos años apostando por el multilingüismo, publicando en italiano, francés, alemán, español y polaco con el fin de ser una plataforma de referencia internacional para el debate político e intelectual. Presentándose como “una revista en el tiempo” pretende repensar las posibilidades de una revista en pleno siglo XXI, jugando con la reconciliación de temporalidades dispares en nuestro presente como “el tiempo del tweet” y “el tiempo del libro”. De la misma forma que en los seminarios de los miércoles de GC que se habían realizado hasta ahora online, la conversación parte de una pieza de doctrina de la revista, siendo la presente la pieza escrita por el ministro Albares y publicada el mismo día en todos los idiomas bajo el título de “Un nuevo concepto estratégico para la Alianza Atlántica”, donde el ministro explicitaba los objetivos estratégicos a seguir en la cercana cumbre mundial de la OTAN que tendrá lugar en Madrid los próximos días 29 y 30 de junio.

El Círculo de Bellas Artes se convirtió, por tanto, el pasado miércoles en el lugar a albergar las importantes palabras del ministro Albares a escasas semanas de la celebración de una cumbre histórica en nuestro país, coincidente con el aniversario del ingreso de España en la Alianza, la cual tendrá una importancia capital y decisiva no solo para el orden transatlántico de los países miembros de la OTAN, sino para el orden mundial. Albares insistió en cómo el contexto internacional en el que nos movemos es un punto de inflexión histórico en la seguridad europea y euroatlántica muy distinto a con lo que se había trabajado hasta el momento. La “agresión injusta e injustificada” que ha ejercido Rusia sobre el territorio de Ucrania, cruzando el límite hasta ahora inquebrantado de la amenaza hacia la violencia efectiva, ha supuesto una brecha histórica en la paz que hasta ahora había mantenido Europa en su territorio.

Por ello, para Albares, uno de los pilares fundamentales sobre los que se vertebrará la cumbre de Madrid y, en definitiva, la política exterior europea y española es el de terminar con este uso de la guerra y de la violencia como motor político; frenar la utilización de recursos tan vulnerables como la propia vida de los migrantes, de los suministros energéticos o los ciberataques a modo de herramientas políticas para la consecución de los intereses rusos. Para el ministro, por tanto, está en juego la resolución de una dicotomía tal como la de la democracia frente a la violencia, a saber, la defensa de un orden internacional asentado sobre normas democráticas plurales frente a un modelo autoritario que pretende que “la razón de fuerza gobierne sobre la fuerza de la razón”. El objetivo fundamental de los europeos será, por tanto, el retorno de la paz al territorio ucraniano y la retirada de las fuerzas armadas rusas hacia el interior de sus fronteras.

El conflicto histórico entre Rusia y Ucrania ha provocado una necesaria reconfiguración de las propias posiciones de las fuerzas políticas como españoles, como europeos o como aliados de la OTAN. Para Albares, las propias consecuencias de este conflicto con las demandas de adhesión a la Alianza de Finlandia y Suecia son muestra, precisamente, del valor que tiene la misma para la protección democrática. Un punto fundamental que remarcará el ministro es la capitalidad de la necesaria respuesta que se ha dado a nivel europeo y transatlántico al conflicto en cuestión: una respuesta fuerte, rápida y, sobre todo, compuesta en unidad, mostrando el rechazo masivo a la agresión rusa. El objetivo se encuentra ahora, precisamente, en mantener esta unidad con la que se ha respondido ahora sin dejar que el paso del tiempo haga que nos acostumbremos a estas imágenes de guerra. Por ello, un punto fundamental en la cumbre celebrada en Madrid será el de reflejar esta unidad tratando de construir un sistema de seguridad colectivo que se ocupe de frenar la entrada de una posible crisis alimentaria que ya se está sufriendo en zonas ajenas al conflicto como África o América Latina por el incremento del precio del cereal provocado por el bloqueo de los puertos ucranianos.

El ministro Albares destaca tres objetivos estratégicos sobre los que Madrid tratará de centrar el dialogo entre la Alianza. El primero sería, por tanto, el de garantizar el triunfo del dialogo y la diplomacia frente a la guerra como una herramienta de resolución de conflictos a través de la elaboración de una respuesta unitaria a Rusia con el fin de devolver la paz al pueblo ucraniano. El segundo objetivo será el de atraer la atención de los aliados no solo a lo ocurrido en el este sino también a las amenazas provenientes del Sur, que España vive de primera mano y en el que puede tener un papel estratégico, procurando una confrontación a la inestabilidad del mediterráneo y del Sahel. Por último, el tercer objetivo, se centraría en la exigencia de colaboración y coordinación entre la Unión Europea y la OTAN, destacando cómo para el reforzamiento del vínculo transatlántico es preciso el desarrollo de Europa como actor global efectivo a partir del desarrollo de políticas comunes de seguridad y defensa.

Tras la intervención del ministro, Máriam Martínez-Bascuñán, asumiendo su papel de “tábano socrático”, comienza una ronda de preguntas que orbitarán en torno a la cuestión por una mirada largoplacista hacia la situación estratégica europea y transatlántica, también sobre la posición española frente a conflictos del flanco sur como el del Sahara y sobre las propuestas de España para su futura quinta presidencia en la Unión Europea en julio de 2023. Máriam comienza su intervención preguntando acerca de si el cambio en la perspectiva de la seguridad transatlántica de la OTAN alrededor de la cual percibe un cierto jubilo transatlántico no ha sido un mero reflejo instintivo ante su posible “muerte cerebral” tras el estallido del conflicto que ni pudieron prever ni han conseguido aún resolver. El ministro resalta cómo hasta el momento todos los canales de comunicación diplomática con Rusia estaban abiertos con la esperanza y la certera confianza en que el diálogo era la opción válida, pero es en el momento de la agresión cuando la OTAN se presenta como una apuesta necesaria en su papel de alianza defensiva -y no ofensiva-ante la voluntad única de un conflicto bélico alentado por Vladimir Putin. Lo paradójico del conflicto amenazante hacia la integridad europea es que precisamente ha provocado que el lazo entre los países sea más fuerte que nunca como respuesta a esta amenaza potencial de agresiones territoriales; de esto es señal el giro histórico de países tradicionalmente “neutrales”, como Suecia o Finlandia, que rompen con su identidad histórica para la defensa de su integridad territorial y democrática ante la gravedad de la amenaza rusa proveniente de una escalada de agresiones (Osetia, Chechenia, Crimea, Ucrania), recurriendo a la OTAN como una posibilidad defensiva que garantice su seguridad y estabilidad ante la amenaza.

Máriam insiste, de nuevo, en la pregunta por el futuro centrando la mirada en los peligros que puede acarrear el conflicto, sobre todo si se convierte en un conflicto extendido a largo plazo con posibles consecuencias devastadoras a nivel mundial, como las que ya estamos presenciando en términos de inflación y de crisis alimentaria, trayendo a colación la pregunta de si no estamos ante un posible recalentamiento de las imágenes de dos bloques enfrentados propias de la Guerra Fría tal y como podemos ver en la des-neutralización de los países ya mencionados. El ministro insiste en que no estamos ante un conflicto antitético entre dos bloques enfrentados, sino que estamos ante una guerra que sólo se inicia como consecuencia de la voluntad de una parte y es que la OTAN no está atacando a Rusia de manera frontal, sino que propone una estrategia defensiva. Muestra de que nadie quería esta guerra más allá de Rusia es la mayoría abrumadora que ha respondido en contra, como se puede ver en la resolución de la Asamblea de Naciones Unidas que exigía el cese del conflicto con una mayoría remarcable.

La conversación se dirige ahora hacia la Unión Europea, su posible pulsión imperial y cómo esta expansión progresiva podría acarrear un aumento en los conflictos morales, políticos o identitarios además de una pregunta por la compatibilidad de la autonomía estratégica europea y la alianza transnacional de la OTAN. El ministro Albares no comparte esta visión de la UE como pulsión imperial y resalta cómo ante dos crisis enormes, como la del COVID’19 y la del conflicto ucraniano, la Unión Europea ha demostrado que puede dar una respuesta política ágil, potente y eficiente en contraposición a la lentitud burocrática alejada de cambios efectivos que hasta el momento se le atribuía. Además, insiste en cómo la unión entre la Unión Europea y la OTAN es condición de posibilidad de una respuesta contundente ante el conflicto. Europa entra ahora en un proceso de reflexión ante el que debe clarificar su papel y, precisamente, la cumbre de Madrid intentará insistir en ello a través del fomento de esta unidad de respuesta.

Las preguntas de la profesora se dirigen hacia el conflicto del Sahara con Marruecos, el papel de España en el mismo, el marco en el que se engloban las posibles resoluciones y la pregunta por la garantía de la integridad territorial española ante territorios como Ceuta y Melilla. El ministro destaca cómo la posición española se engloba en la carta del presidente Sánchez a Mohammed VI enviada en marzo de este mismo año, exigiendo una respuesta de mutuo acuerdo en el marco de Naciones Unidas y subraya cómo la integridad del territorio español está absolutamente garantizada por el Gobierno español. Finalmente, se lanza una pregunta sobre el planteamiento de la Presidencia española en la Unión Europea en 2023, ante la cual el ministro destaca que, ante la volatilidad de nuestra realidad política, es aún pronto para la fijación de objetivos pero que, desde luego, sustentarán la Presidencia cuestiones centrales para España como América Latina o nuestra vecindad sur o, igualmente, cuestiones de política social y autonomía estratégica europea.

La conversación convocada por la revista francesa Grand Continent trajo, como hemos relatado, unas cuestiones profundamente relevantes ante la situación internacional de nuestro presente tras un conflicto histórico que deja una Europa amenazada. El Círculo de Bellas Artes además de albergar un encuentro de tal vitalidad para la política exterior española y europea, ha mostrado hasta ahora siempre una conexión con nuestro presente sociopolítico a nivel internacional en su compromiso con la difusión de solidaridad con el pueblo ucraniano y las terribles consecuencias que acarrean el conflicto bélico, tal y como se puede ver en su adhesión a la declaración sobre Ucrania y contra la rusofobia de la European Alliance of Academies o el proyecto Russian culture against war e, igualmente, con iniciativas culturales como Música por Ucrania en marzo o el concierto Europa por Ucrania celebrado el pasado 23 de mayo.

In awating for harmony

Anastasiia Pestinova

El 31 de marzo se celebró un concierto de música clásica que reunió a músicos de diferentes nacionalidades que interpretaron un amplio abanico de composiciones, desde los clásicos hasta la modernidad. La primera impresión del evento fue la cantidad de gente que acudió, mucha y de diferentes edades, que ascendió por las escaleras de mármol para entrar en el teatro de cámara de tres pisos con una corona dorada en el techo. Un escenario con un gran piano de cola de color negro brillante estaba iluminado en azul intenso. La gente hablaba en diferentes idiomas, principalmente en español, pero también se oía el inglés y el alemán.

Cuando sonó la última campana, las luces se apagaron y en la escena entró la primera pareja de artistas para tocar la Passacaglia para violín y viola publicada por el compositor noruego J. Halvorsen y basada en el movimiento final de la suite para clave en sol menor del compositor alemán G. F. Haendel: un diálogo breve pero intenso de dos maestros. La siguiente artista que apareció era bastante extraordinaria y se diferenciaba de las demás por la edad pero no por el talento: una chica refugiada de Kiev. Vestida con una larga falda negra y una blusa blanca, y con el pelo largo, parecía un ángel, tal vez un angelus novus, un ángel de la historia que surge de las ruinas.

A continuación, un dúo de dos artistas presentó composiciones ucranianas inspiradas en el folclore y combinadas con la poesía de Ivan Franko y Taras Shevchenko, ambas figuras básicas para la identidad ucraniana y formativas para el lenguaje poético. La música de V. Silvestrov -compositor ucraniano aún vivo- apareció varias veces durante la velada. La primera parte del concierto finalizó con un instrumentista peruano que tocó el bandoneón, un instrumento que pertenece a una clase de cajas de presión entre las que se encuentra también el acordeón o el bayán y que tiene una técnica fascinante de tocar que produce un sonido estridente.

La segunda parte presentó al público algunas figuras nuevas: la pianista rusa A. Fedorova, que interpretó obras de Tchaikovsky, Chopin, Rachmaninov; la violinista bielorrusa con las obras de Reinhold Glière, compositor soviético nacido en Kiev. Conmovedora y profunda fue la “Oración” de M. Kugel presentada por el pianista ucraniano y el violista neerlandés, una rigurosa composición religiosa cercana a una especie de confesión. El concierto terminó con la nota alta de la voz de soprano de Tatiana Melnychenko, de Odesa, que presentó obras clásicas de los compositores italianos G. Caccini y G. Verdi: el poderoso “Ave María” y “La fuerza del destino”.

La ley básica de la música es la armonía como combinación más expresiva de las vibraciones acústicas para el oído, y como equilibrio dimensional del conjunto de voces, temas y partes individuales. Cada conflicto es una violación de la armonía social, una violación del balance y el equilibrio de las fuerzas internacionales, no un conjunto, sino un traqueteo, furioso e incapaz de restaurar la sinfonía de la coexistencia pacífica. Los eventos musicales durante los conflictos son a menudo el primer trago de la tan esperada paz, una especie de semilla cultural para la cristalización inicial de la armonía, un punto de partida y crecimiento de una voluntad consciente del mundo, un lugar donde las voces de los diferentes pueblos suenan juntas, llamando al menos a seguir escuchando los sonidos del mundo a través del rugido del conflicto.

Hoy en día necesitamos eventos como este donde la gente pueda reunirse y hacer algo juntos, un lugar donde los rusos no sean perseguidos y los ucranianos sean aceptados en su tragedia. Sin estos lugares no habrá posibilidad de diálogo y perspectivas constructivas. Quizá nada funcione tan profundamente con las experiencias traumáticas como el arte. Y si el pasado no puede ser totalmente redimido por él, entonces tal vez al menos parcialmente curado. Este tipo de iniciativas están construyendo las bases para un nuevo mundo que viene.

Самым первым впечатлением от мероприятия стало количество пришедших – множество людей разных возрастов поднимались по мраморным лестницам, чтобы зайти в камерный трёхъярусный театр с золотым венцом на потолке. Сцена с большим блестяще-черным роялем была освещена темно-синим светом. Люди говорили на разных языках, преимущественно на испанском, но слышались также английский и немецкий.

Когда раздался последний звонок и погас свет, на сцену вышла первая пара артистов, исполнявших Пассакалью для скрипки и альта, изданную норвежским композитором Ю. Хальворсеном и основанную на финальной части из сюиты немецкого композитора Г. Ф. Генделя — короткий, но насыщенный диалог двух исполнителей. Появившаяся следом пианистка производила необычное впечатление, отличаясь от остальных исполнителей возрастом, но не талантом – девочка беженка из Киева. Одетая в длинную черную юбку, белую блузку и с длинными волосами, она казалась ангелом, может быть, angelus novus, ангелом истории, восставшим из руин.

Затем последовал дуэт двух музыкантов, представивших композиции, вдохновленные украинским фольклором и соединенные с поэзией Ивана Франко и Тараса Шевченко – двух важных фигур для украинской идентичности, сформировавших поэтический язык. В течение вечера несколько раз звучала музыка В. Сильвестрова – современного украинского композитора. Первая часть концерта завершилась игрой перуанского инструменталиста на бандонеоне, инструменте, относящемся к классу гармоник, к которым так же относятся аккордеон и баян, обладающем завораживающей техникой игры, и производящем довольно пронзительный звук.

Во второй части концерта появились новые фигуры: российская пианистка А. Федорова, исполняющая произведения Чайковского, Шопена и Рахманинова; скрипачка из Белоруссии с произведениями Рейнгольда Глиэра, советского композитора, родившегося в Киеве. Трогательной и глубокой была «Молитва» М. Кугеля в исполнении украинского пианиста и альтистки из Голландии – строгое религиозное сочинение, близкое к своеобразной исповеди. Концерт завершился на высокой ноте сопрано Татьяны Мельниченко из Одессы, представившей классические произведения итальянских композиторов Дж. Каччини и Дж. Верди: сильные «Аве Мария» и «Сила судьбы».

Основой музыки является гармония, и как наиболее благозвучное для уха сочетание акустических вибраций, и как соразмерная уравновешенность ансамбля голосов, отдельных тем и частей. Конфликты представляют из себя нарушение социальной гармонии, баланса и равновесия международных сил, не ансамбль, а скрежет, яростный и не содержащий в самом себе возможность восстановить симфонию мирного сосуществования. Музыкальные события во время конфликтов зачастую являются первой весточкой долгожданного мира, культурным зерном для начальной кристаллизации гармонии, точкой отсчёта и роста осознанной воли к миру, местом, где голоса разных народов звучат вместе, призывая как минимум продолжать вслушиваться в звуки мира сквозь грохот боевых действий.

Сегодня как никогда нужны такие мероприятия, где люди могут встречаться и что-то делать вместе, где россиян не будут преследовать, а украинцев будут принимать в их трагедии. Без таких событий не будет возможности для диалога и конструктивных перспектив. Наверное ничто не работает так глубоко с травматическим опытом как искусство. И если прошлое не может быть полностью искуплено им, то, возможно, хотя бы частично залечено. Такие события закладывают основу для грядущего мира.

March 31st was held a concert of classical music that united musicians of different nationalities performing a wide range of compositions from classics to modernity. The very first impression of the event was the number of people who came – a lot and of different ages, all ascending the marble stairs to enter the chamber three-tiered theatre with a golden crown on the ceiling. A stage with a large, brilliantly black grand piano was illuminated in deep blue. People spoke different languages, mainly Spanish, but English and German were also heard.

When the last bell rang, the lights went out and at the scene entered the first pair of artists to play Passacaglia for a violin and viola published by Norwegian composer J. Halvorsen and based on the finale movement from the harpsichord suite in G minor by German composer G. F. Handel – a short but intense dialog of two master players. The next artist who appeared was quite extraordinary and differed from the others by age but not by talent – a refugee girl from Kiev. Dressed in a long black skirt with a white blouse and long hair she seemed an angel, maybe angelus novus, an angel of history rising from the ruins.

Then came a duet of two artists that presented Ukrainian compositions inspired by folklore and combined with poetry of Ivan Franko and Taras Shevchenko – both basic figures for Ukrainian identity and formative for poetic language. Music of V. Silvestrov – still alive Ukrainian composer – appeared several times during the evening. The first part of the concert ended with Peruvian instrumentalist playing bandoneón, an instrument that belongs to a class of squeeze-boxes among which stands also accordion or bayan and has fascinating technique of playing that produces strident sound.

Second part introduced to the audience some new figures: Russian piano player A. Fedorova doing the works of Tchaikovsky, Chopin, Rachmaninov; Belorussian Violinist with the works of Reinhold Glière, soviet composer born in Kiev. Touching and profound was a «Pray» of M. Kugel presented by Ukrainian pianist and Netherlandish violist – rigorous religious composition close to a kind of confession. The concert was finished on the high note of soprano voice of Tatiana Melnychenko from Odessa who presented classic works of Italian composers G.Caccini and G.Verdi: powerful «Ave Maria» and «The force of the destiny».

The basic law of music is harmony as the most expressive combination of acoustic vibrations for the ear, and as a dimensional balance of the ensemble of voices, individual themes and parts. Each conflict is a violation of social harmony, violation of the balance and equilibrium of international forces, not an ensemble, but a rattle, furious and incapable of restoring the symphony of peaceful coexistence. Musical events during conflicts are often the first swallow of the long-awaited peace, a kind of cultural seed for the initial crystallization of harmony, a starting point and growth of a conscious will to the world, a place where the voices of different people sound together, calling at least to continue to listen to the sounds of the world through the roar of conflict. Nowadays we need the events like this where people can meet and do something together, place where Russians won’t be chased and Ukrainians will be accepted in their tragedy. Without such places there will be no possibility for dialogue and constructive perspectives. Perhaps nothing works as deeply with traumatic experiences as art. And if the past cannot be wholly redeemed by it, then maybe at least partially healed. Such initiatives are building the bases for a new world upcoming.

Imágenes: Miguel Balbuena

The war as “unproductive waste”

Е.Летов 80-ые / E.Letov 80s

Anastasiia Pestinova

El atardecer era un festín – el amanecer se consumía

Ardiendo en la cara de un enemigo ebrio

Desde la tierra natal hasta el séptimo cielo

Furiosa y ruidosamente llegó el sonido: “¡Victoria!”

La puesta de sol estaba de fiesta – el amanecer estaba muriendo

El dolor retrocedió, gotas escarlata

Cayeron de la cruz, y los labios muertos

Orgullosa y obstinadamente susurraron: “¡Victoria!”

Deseo levantarme de cuerpo entero – pero no hay piernas

Apretar mi palma en un puño – pero no hay nada que apretar

No hay más palabras, no hay más “nosotros”

Sólo queda una cosa en el mundo – la Victoria.

Nuestra victoria.

Nuestra victoria.

  • El músico, poeta y artista soviético y ruso Yegor Letov es uno de los representantes del underground siberiano y padre de la escena industrial rusa. A lo largo de su vida, creó numerosos proyectos artísticos, entre ellos “Grazhdanskaya Oborona” (Defensa Civil), “Instruktsiya po Vyzhivaniyu” (Instrucciones para la supervivencia), “Comunismo” y otros. Es un vivo ejemplo de la disidencia soviética, ya que fue sometido en repetidas ocasiones a la persecución política y a la represión, y también se vio obligado a pasar por un tratamiento obligatorio en un hospital psiquiátrico, durante el cual no dejó de hacer poesía para no derrumbarse y no perder el resto de la personalidad.

Los textos de Letov están llenos de angustia existencial, ironía cáustica, humor negro y metáforas que socavan el lenguaje -una de las más famosas es “la eternidad huele a aceite”-, una afirmación que penetra en la raíz de la agenda político-económica y que fue expresada casi tres décadas antes del pensamiento de R. Nagerestani.

En el texto de la canción “Victory”, del álbum “The Unbearable Lightness of Being”, los labios muertos susurran obstinadamente la palabra “victoria”, a pesar de que la personalidad, junto con la vida y las partes del cuerpo, desaparecen / se destruyen en sus rayos marchitos y aniquiladores. Vencer a pesar de la vida, a pesar de la pérdida de uno mismo, ser crucificado en la cruz de la victoria, ¿es éste el destino que queremos?

Letov erosiona los límites conceptuales habituales de lo que se entiende por guerra. En lugar de un pathos heroico, se nos ofrece una visión trágica de la relación entre el individuo y el sistema, el “heroísmo de la derrota”. En el espíritu de J. Bataille, niega el carácter utilitario de la guerra y afirma que la guerra es un “derroche improductivo”. Deconstruyendo el mito de la Segunda Guerra Mundial como base de la identidad soviética, intenta convertirlo en un mito metafísico, en un mito sobre la guerra como trauma colectivo, intentando así reactivar la memoria histórica. Quizá una identidad basada en la tragedia y el reconocimiento de la experiencia traumática tenga más futuro que una basada en el heroísmo.

Акция А. Бренера «Первая перчатка» на Красной площади / Action of A. Brener “First Glove” on the Red Square.
  • Nacido en Alma-Ata en 1957, Alexander Brener es un artista de origen judío y representante del Accionismo Moscovita, un movimiento de artistas caracterizado por la transgresión, el radicalismo y la provocación. Brener solía actuar como una especie de santón, organizando escándalos sobre diversos temas sociales y políticos. Sus acciones se caracterizan por lo que puede describirse como la poética del fracaso, ya que no se vieron coronadas por el éxito, sino que fracasaron una y otra vez, deliberadamente o no. Según el galerista y gestor de arte M. Gelman: “Todas sus actuaciones estaban asociadas a todo tipo de complicaciones y a menudo causaban muchos problemas”.

Entre sus acciones destaca el “Primer Guante”, realizado en febrero de 1995. Estaba dedicado a la Primera Guerra de Chechenia que lanzó Rusia en diciembre de 1994 y que duró dos años. Brener salió en calzoncillos y guantes de boxeo a la Plaza Roja al grito de “Yeltsin, sal” para pedir cuentas al presidente por la actuación de las tropas rusas. Nadie acudió a sus llamadas, salvo la policía, que lo detuvo rápidamente.

La positividad de la influencia del accionismo es controvertida y es criticada tanto por las autoridades como por los artistas por su efecto de choque y por destacar la figura del performer, que no cambia la situación política, no ofrece ninguna solución concreta, sino que sólo sabotea al público. Sin embargo, incluso la mera formulación de la cuestión en forma de cuerpo vivo opuesto al orden simbólico que establece los límites de lo que se puede hacer y decir, y de lo que no, representa una visión crítica de la sociedad sobre sí misma y por ello tiene un valor. Según J. Butler, filósofa estadounidense que propuso su teoría de la performatividad, los cuerpos como tales, en su silenciosa presencia espacial, están llenos de sentido y son portadores de significado político. Mientras tanto, el régimen de un Estado está determinado por dónde y bajo qué circunstancias se permite la presencia de los cuerpos, y dónde y bajo cuáles – no.

Кадр из анимации “Полигон”/ A shot from animation “Polygon”
  • La animación soviética es un verdadero almacén de arte, en el que se puede encontrar una gran variedad de tramas: fantástica, surrealista, sátira social, utopías y distopías. Por supuesto, el tema militar no podía escapar a la atención de los animadores. El dibujo animado de 1977 con el pesado título de “Polígono”, filmado por Anatoly Petrov y basado en una historia fantástica escrita por Sever Gansovsky, es una cinta de diez minutos creada con una tecnología fotográfica especial.

En el centro de la trama, vemos un tanque que tiene la capacidad específica de leer los pensamientos de la gente. Para activar el modo de defensa, el tanque necesita captar el impulso de odio, el deseo de destruir el tanque que proviene de un humano. A la inversa, para activar el modo de ataque, el tanque necesita captar el impulso del miedo. “El enemigo controla las acciones del tanque en contra de su voluntad”, dice el científico, y es una afirmación vívida que demuestra la interconexión de los oponentes. En la naturaleza de cualquier conflicto se esconde una simbiosis de fuerzas opuestas, su alimentación mutua, la codependencia. Respectivamente, el conflicto sólo puede resolverse con la conciencia de esta profunda conexión. El Tanque -materia inorgánica y muerta, la encarnación de la muerte- está dotado de cualidades no sólo humanas, sino sobrehumanas, telepáticas, asemejándose así a algo parecido al Océano de Solaris.

Ni los soldados ni el científico-creador pueden llevarse bien con este tanque, ya que todos tienen algunos motivos ocultos y tensiones no resueltas en su interior. Sólo una tribu de salvajes y sus hijos -el dibujo animado termina con un plano que representa a niños aborígenes jugando sobre un tanque- encuentran la armonía con esta máquina, que es en su naturaleza una prueba de fuego, una imagen especular del entorno en el que aparece. No nos fijemos demasiado en las posibles referencias coloniales de un noble salvaje, a las que recurre el autor de la trama. Lo más importante es que si el entorno está impregnado de conflicto, la máquina lo intensifica y lo lleva a la descarga, a la aniquilación, y si el entorno está en calma, entonces la máquina no actúa. Al igual que en muchas otras obras de ciencia ficción (recordemos, por ejemplo, la película “Aniquilación” de Alex Garland), vemos un escenario en el que la humanidad genera una entidad que resulta ser una lección para esta humanidad, demostrando sus debilidades y límites.


Пиpовал закат — выгоpал pассвет 

Полыхал в лицо пьяному вpагу 

От pодной земли до седьмых небес 

Яpостно и звонко звучало: «Победа!» 

Пиpовал закат — умиpал pассвет 

Отступала боль, алая капель 

Падала с кpеста, а мёpтвые уста 

Гоpдо и упpямо шептали: «Победа!» 

Стать бы во весь pост — да нету больше ног 

Сжать ладонь в кулак — да нечего сжимать 

Hету больше слов, нету больше нас 

Лишь одно осталось на свете — Победа. 

Hаша Победа. 

Наша Победа. 

  • Советский/российский музыкант, поэт и художник Егор Летов является одним из представителей сибирского андерграунда и отцом русской индустриальной сцены. На протяжении своей жизни он создает множество арт-проектов среди которых «Гражданская оборона», «Инструкция по выживанию», «Коммунизм» и другие. Выступает ярким примером советского диссидентства, поскольку не раз повергался политическим гонениям и репрессиям, а также был вынужден проходить принудительное лечение в психиатрической больнице, в течение которого не переставал писать стихи, чтобы не сломаться и не утратить остатки личности.   

Тексты Летова полны экзистенциального надрыва, едкой иронии, черного юмора и метафор, подрывающих язык – чего только стоит знаменитое «вечность пахнет нефтью» – фраза зрящая в корень политико-экономической повестки и высказанная за почти три десятилетия до размышлений Р. Нагерестани.  

В приведенном тексте песни «Победа» из альбома «Невыносимая легкость бытия» мертвые уста упрямо шепчут слово «победа», несмотря на то что личность вместе с жизнью и частями тела исчезают/уничтожаются в ее испепеляющих ничтожащих лучах. Победить вопреки жизни, вопреки утрате самого себя, быть распятым на кресте победы – этой ли участи мы желаем?  

Летов размывает привычные границы того, что понимается под войной. Вместо героического пафоса, нам предлагается трагический взгляд на отношения между индивидом и системой или «героизм поражения». В духе Ж.Батая он отрицает утилитарный характер войны и утверждает войну как «непроизводительную трату». Деконструируя миф о Второй мировой как базовый для советской идентичности, он превращает его в миф метафизический, миф о войне как коллективной травме, таким образом осуществляя попытку перепрошить историческую память. Возможно, что идентичность в основу которой будет положен трагизм и признание травматического опыта имеет больше будущего, чем та, в основании которой лежит героика.  

  • Александр Бренер родился в Алма-Ате в 1957 году, является художником еврейского происхождения и представителем московского акционизма – движения перформеров, отличающегося трансгрессивностью, радикальностью и провокационностью. Бренер выступает в роли своеобразного юродивого, устраивая скандалы на самые различные социальные и политические темы. Его акции характеризуются тем, что можно обозначить как поэтика неудачи, поскольку не увенчивались успехом, но каждый раз проваливались умышленно или нет. По словам галериста М.Гельмана: «Все его перформансы были свя­заны со всяческими осложнениями и часто вызывали кучу проблем». 

Среди его акций выделяется «Первая перчатка», совершенная в феврале 1995 года и посвященная Первой чеченской войне, начатой Россией в декабре 1994 и продолжавшейся в течение двух лет. Бренер вышел в боксерских трусах и перчатках на Красную площадь с криками «Ельцин, выходи», чтобы призвать президента к ответу за действия российских войск. На его призывы не вышел никто кроме полиции, которая его быстро арестовала.  

Позитивность влияния акционизма является спорной и критикуется как властью, так и художниками за эпатирование и выпячивание фигуры перформера, которые не меняют политическую ситуацию, не предлагают никаких конкретных решений, но только саботируют публику. Тем не менее сама постановка вопроса в виде живого тела противопоставляемого символическому порядку, устанавливающего границы того, что можно делать и говорить, а что нельзя, является как бы критическим взглядом общества на самое себя и представляет ценность. Так согласно Д.Батлер, которая предложила свою теорию перформативности, тела как таковые, в их молчаливом пространственном присутствии имеют значение и несут политический смысл, а режим того или иного государства определяется тем, где и при каких обстоятельствах тела присутствовать могут, а где и при каких – нет.  

  • Советская анимация – это настоящая кладезь искусства, в которой можно найти самые разнообразные сюжеты: фантастические, сюрреалистические, социальную сатиру, утопии и антиутопии. Конечно же и военная тема не могла ускользнуть от зорких глаз аниматоров. Мультфильм 1977 года с тяжеловесным названием «Полигон», снятый Анатолием Петровым по фантастическому рассказу Севера Гансовского представляет собой десяти минутную ленту, созданную по особой технологии фотографики.  

В центре сюжета находится танк, обладающий способностью читать мысли людей. Чтобы активировать режим защиты, танку необходимо уловить импульс ненависти, желание уничтожить танк, идущее от человека. И наоборот, чтобы активировать режим атаки, танку необходимо уловить импульс страха. «Противник против своей воли руководит действиями танка» – яркое утверждение демонстрирующее взаимосвязанность противников. В природе любого конфликта заложен скрытый симбиоз противостоящих сил, их как бы подкармливание друг друга, созависимость, соответственно и конфликт может быть разрешен только с осознанием этой глубинной связки. Танк – неорганическая, мертвая материя, воплощение смерти, оказывается наделен не просто человеческими, но сверхчеловеческими, телепатическими качествами, напоминая тем самым что то вроде Океана из Соляриса.  

Ни у военных, ни у ученого-создателя не получается ужиться с танком, поскольку все они имеют задние мысли. Только племя дикарей и дети – мультфильм завершается кадром детей аборигенов, играющих на танке – находят гармонию с этой машиной, которая является лакмусовой бумажкой, зеркальным отражением той среды, в которой пребывает. Не будем сильно концентрироваться на около-колониальном образе благородного дикаря, к которому прибегает автор сюжета. Главным является то, что если среда пронизана конфликтом, машина этот конфликт эскалирует и доводит до разрядки, до аннигиляции, а если среда спокойна, то машина не действует. Так же как во многих других научно-фантастических произведениях (вспомним, фильм «Аннигиляция» Алекса Гарленда) мы видим сценарий того, как человечество порождает сущность, которая оказывается этому человечеству уроком, демонстрирует его слабые места и границы.  


The sunset was feasting – the dawn was burning out 

Blazing in the face of a drunken enemy 

From native land to the seventh heaven 

Furiously and loudly came the sound: “Victory!” 

The sunset was feasting – the dawn was dying 

The pain receded, scarlet drops 

Fell from the cross, and dead lips 

Proudly and stubbornly whispered: “Victory!” 

I wish to stand up full-length – but there are no legs 

Squeeze my palm into a fist – but there is nothing to squeeze 

There are no more words, there are no more «us» 

There is only one thing left in the world – Victory. 

Our Victory. 

Our Victory. 

  • Soviet and Russian musician, poet and artist Yegor Letov is one of representatives of the Siberian underground and father of the russian industrial scene. Throughout his life, he created lots of art projects, among which “Grazhdanskaya Oborona» (Civil Defence), “Instruktsiya po Vyzhivaniyu” (Instructions for Survival), “Communism” and others. He is a vivid example of Soviet dissidence, since he was repeatedly undergone to political persecution and repression, and was also forced to go through compulsory treatment in a psychiatric hospital, during which he did not stop making poetry in order not to break down and not to lose the remnants of personality. 

Letov’s texts are full of existential anguish, caustic irony, black humor and metaphors that undermine the language – one of the most famous is “eternity smells like oil” – an affirmation that permeates into the root of the political-economic agenda and was expressed almost three decades before R. Nagerestani’s thoughts. 

In the text of the song “Victory” from the album “The Unbearable Lightness of Being” dead lips stubbornly whisper the word “victory”, despite the fact that the personality, along with life and body parts, disappear / are destroyed in its withering, annihilating rays. To win in spite of life, in spite of the loss of oneself, to be crucified on the cross of victory – is this the fate we want? 

Letov erodes the usual conceptual boundaries of what is meant by war. Instead of heroic pathos, we are offered a tragic view on the relationship between the individual and the system, the “heroism of defeat”. In the spirit of J. Bataille, he denies the utilitarian nature of the war and affirms the war as “unproductive waste.” Deconstructing the myth of the Second World War as a basic for the Soviet identity, he makes an attempt to turn it into a metaphysical myth, into a myth about the war as a collective trauma, thus making an attempt to reflash historical memory. Maybe an identity based on tragedy and recognition of traumatic experience has more future than one based on heroism. 

  • Born in Alma-Ata in 1957, Alexander Brener is an artist of Jewish origin and a representative of Moscow Actionism, a movement of performers characterized by transgressiveness, radicalism and provocation. Brener used to act as a kind of holy fool, arranging scandals on a variety of social and political topics. His actions are characterized by what can be described as the poetics of failure, since they were not crowned with success, but each time failed deliberately or not. According to gallery owner and art-manager M. Gelman: “All his performances were associated with all sorts of complications and often caused a lot of problems.” 

Among his actions stands out the “First Glove”, conducted in February of 1995. It was dedicated to the First Chechen War that was launched by Russia in December 1994 and lasted for two years. Brener went out in boxing shorts and gloves to Red square shouting “Yeltsin, come out” to call the president to account for the actions of the Russian troops. No one came out to his calls except the police, who quickly arrested him. 

The positivity of the influence of actionism is controversial and is criticized by both the authorities and artists for shocking effect and for sticking out the figure of the performer, who does not change the political situation, does not offer any specific solutions, but only sabotage the public. Nevertheless, even the mere formulation of the question in the form of a living body opposed to the symbolic order that sets the boundaries of what can be done and said, and what – cannot – represents a critical view of society on itself and for this reason has a value. According to J. Butler, American philosopher that proposed her theory of performativity, bodies as such, in their silent spatial presence, are full of sense and do carry political meaning. Meanwhile the regime of a state is determined by where and under what circumstances bodies are permitted to be present, and where and under which – are not. 

  • Soviet animation is a real storehouse of art, in which you can find a wide variety of plots: fantastic, surreal, social satire, utopias and dystopias. Of course, the military theme could not escape the animators’ attention. The cartoon of 1977 with heavy title «Polygon» (Proving ground), filmed by Anatoly Petrov and based on a fantastic story written by Sever Gansovsky, is a ten-minute tape created using a special photographic technology. 

In the center of the plot, we see a tank that has specific ability to read people’s thoughts. In order to activate defence mode, the tank needs to catch the impulse of hate, the desire to destroy the tank coming from a human. Conversely, in order to activate the attack mode, the tank needs to catch the impulse of fear. “The enemy controls the actions of the tank against his will” says scientist and it is a vivid statement demonstrating the interconnectedness of opponents. In the nature of any conflict lies a hidden symbiosis of opposing forces, their feeding of each other, co-dependence. Respectively, the conflict can be resolved only with the awareness of this deep connection. Tank – inorganic, dead matter, the embodiment of death, is endowed with not just human, but superhuman, telepathic qualities, thus resembling something like the Ocean from Solaris. 

Neither the soldiers nor the scientist-creator can get along with this tank, since they all have some hidden motives and unresolved tensions within themselves. Only a tribe of savages and their children – the cartoon ends with a shot representing aboriginal children playing on a tank – find harmony with this machine, which is in its nature a litmus test, a mirror-image of the environment in which it appears. Let’s not focus too much on the possible colonial references of a noble savage, to which the author of the plot resorts. More important is that if the environment is permeated with conflict, the machine escalates this conflict and brings it to a discharge, to annihilation, and if the environment is calm, then the machine does not act. Just like in lots of other science fiction works (remember for example Alex Garland’s film «Annihilation»), we see a scenario of how humanity generates an entity that turns out to be a lesson for this humanity, demonstrating its weaknesses and boundaries.